Juan YáñezEn la constelación de Orión podemos observar a Betelgeuse, una estrella supergigante roja, que brilla en el cielo nocturno con una intensa luz rojiza y es motivo de curiosidad por la relativa proximidad de su final.
Su nombre proviene de una deformación de un vocablo de origen árabe, que significa ¨El hombro de Orión¨, por lo que su pronunciación, perfectamente se puede ajustar a la gramática castellana. En el espacio sideral el tiempo se mide con unidades de una inmensa amplitud. Ninguno de los que estamos hoy vivos y muchos de los que aún no han nacido veremos su desenlace.
Algunos astrónomos calculan que su vida como supergigante se extinguirá antes de un millón de años; otros calculan que tal vez le queden un poco más de mil. Como se puede apreciar la diferencia de cálculo es abismal y sumamente imprecisa.
De lo que sí se sabe a cabalidad es de su ineludible destino. Su final será anunciado por una formidable explosión atómica, que podrá ser vista desde la Tierra con una luminosidad similar a la de la luna llena. Sería un punto extremadamente brillante en el cielo, que aún sería visible a plena luz del día.
Luego de un periodo de tiempo impredecible que puede durar años, se irá extinguiendo poco a poco, hasta transformarse quizá en una supernova ordinaria, aunque hay opiniones que predicen que se convertiría en una rara enana blanca de oxigeno y neón. También se desconoce si el acontecimiento tendrá efectos importantes para la vida en nuestro planeta. Es probable que la emisión de rayos cósmicos afecte nuestra capa de ozono.
Para imaginar su tamaño, basta compararla con nuestro Sol. ¡Betelgeuse es nada menos que 40 millones de veces mayor! Para sorprendernos aún más, sus dimensiones son de tal magnitud que si la colocáramos en lugar del Sol, tendría a Mercurio, Venus, la Tierra, Marte y a Júpiter en su interior.
Se la conoce desde los tiempos más remotos por la simple razón de su intenso brillo y color; y es fácilmente localizable en la bóveda celeste nocturna por estar a la mira entre las tres estrellas más brillantes, alineadas que forman el cinturón de Orión.
Betelgeuse es una de las diez estrellas con más luminosidad en el firmamento, siendo su color el más rojo de todas y perfectamente perceptible por el ojo humano. Se encuentra a más de 400 años-luz. Está tan lejana que un observador situado en las proximidades de Betelgeuse, necesitaría un telescopio potente para poder distinguir a nuestro Sol. Por su color se sabe que es una estrella fría. Las estrellas de color blanco son calientes y las azules lo son aún más. Betelgeuse agotó la mayor parte de su combustible nuclear.
Otra de sus particularidades es su carácter pulsante, es decir que palpita como un corazón. Ello incide en su luminosidad, la que aumenta o disminuye en un término de unos seis años aproximadamente y hacen que su tamaño se reduzca o aumente en un 60 por ciento. Para tener idea entre su máxima y mínima dimensión, baste decir que en estado retraído la estrella cubre un espacio semejante a la órbita de Marte y en estado expandido alcanzaría, -¡nada menos!- que la órbita de Júpiter.
Ello es debido a los cambios de temperatura de su núcleo que afectan su atmósfera y la hacen dilatar o contraer.En los periodos de máxima luminosidad, a pesar de que su temperatura externa es baja, su máximo brillo es 14.000 veces más luminoso que el Sol. Cuanto más sabemos de sus dimensiones, más pequeños nos volvemos. Para seguir asombrándonos mencionaremos, que si pudiéramos recorrer la estrella de lado a lado a la velocidad de la luz, -(300.000 km. x segundo)- pasando a través de su centro tardaríamos más de dos horas antes de salir por el otro lado…
Sin duda Betelgeuse es una estrella con una personalidad seductora de la que se han enamorado a través de los tiempos, astrónomos de todas épocas y lugares. Su subyugante encanto, misterioso y pleno de belleza, perdurarán mientras este allí en el cielo y podamos verla y disfrutarla. Mientras tanto, ella conocedora de su destino, seguirá dejando un testimonio claro de su temporalidad, la misma ineludible condición que alcanza a todo lo creado...
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Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 28.09.08
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