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Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




“Cómo fue que llegamos hasta aquí”

25.12.2014
 Rafael Arraíz Lucca en San Juan de los Morros, quien nos honrara con su visita
Juan Yáñez

                    El pasado jueves 11 de diciembre del 2014, tuvimos los sanjuaneros la ocasión de compartir, la amable presencia de Rafael Arráiz Lucca, un intelectual de viejo cuño, de aquellos que durante lo que se dio en llamar “cuarta república” ilustraron con sus notas y su verbo el acontecer nacional venezolano y aún continúan en ello.

El evento se desarrolló en el auditorio del Colegio Médico de San Juan de los Morros, donde nuestro ilustre huésped, pronunciara una conferencia que auspiciara la Cámara de Comercio y Producción del municipio Juan Germán Roscio Nieves, estado Guárico, Venezuela.

Suficientemente sugestivo encontramos al título elegido para la disertación: “Cómo fue que llegamos hasta aquí”, sin duda de particular atracción para la generalidad de aquellos que en este país vivimos, dadas las circunstancias socio-políticas actuales. El discurso del profesor Rafael Arráiz Lucca significa el oír in situ una autorizada opinión, esclarecedora de los motivos que suscitaron la situación crítica a la que llegamos y a partir de allí, encontrarle una solución viable al problema.

 Ante un nutrido auditorio el Ingeniero Alejandro Haddad, presidente de la entidad patrocinadora, dio inicio al evento, anunciando una representación artístico-musical, en la que intervinieron jóvenes valores de  de nuestra región. Músicos típicos y una pareja danzante interpretaron magníficamente el joropo llanero. Luego de los aplausos  con que los premiaron, continuó el presidente Haddad presentado al ilustre invitado, dando un extenso testimonio de su resumen curricular.

 Dio comienzo el disertante agradeciendo la invitación y manifestándonos la satisfacción de volver a nuestra ciudad después de muchos años de ausencia en que nuevamente admirara los morros de San Juan como otrora.
Como introito al tema, precisó que el enfoque  para explicar el significado de “Cómo llegamos hasta aquí”, lo haría desde el punto de vista histórico por ser éste, el recurso más acertado para comprender el proceso que nos ocupa.     

 En una ilustrativa y amena exposición encaró la realidad histórica venezolana, desde los inicios del antepasado siglo, para que de esta perspectiva se comprendiera lo devenido, dicho en otras palabras lo acontecido hasta llegar al momento histórico actual.  
       
         Se refirió a lo sucedido el 24 de enero de 1848, (a grandes rasgos trataremos de recordar los conceptos de Arráiz Lucca) cuando el gobierno del General José Tadeo Monagas perpetró lo que los historiadores han calificado como “El  Fusilamiento del Congreso Nacional”. Hecho que marcara la barbarie que en el transcurrir de la historia venezolana se mostrara en diferentes ocasiones y de diferentes formas. Aquel hecho no fue otra cosa que la irrupción violenta e irracional de hombres armados en plena sesión de la Cámara de Representantes cuando se debatía la moción de enjuiciar al Presidente por el delito de violación de las leyes y la malversación de las rentas públicas.

 La consecuencia de ese criminal  atentado contra la representación de la soberanía nacional, dio por resultado el asesinato, nada menos que de Santos Michelena, entre otros diputados que también perdieran la vida.  
A partir de ese hecho, José Tadeo Monagas, dio comienzo al gran desorden institucional que convirtiera a los congresos en servidores del ejecutivo.

 El militarismo se hizo presente durante 115 años en la historia nacional. Los generales gobernaron de 1830 hasta 1945, con la excepción de solo tres gobiernos civiles en el siglo XIX (Rojas Paúl, Andueza Palacio, Andrade) gobernantes con el agravante, de representar siempre y de modo irrevocable, al hombre fuerte de turno que los postulara.


Lo que aconteciera históricamente después, alcanza nuestra contemporaneidad y los hechos muestran a las claras que lo que no se aprende se repite. Eso es una constante en la historia universal y ello da una inequívoca respuesta al título de la conferencia.


 Al finalizar con su alocución el profesor Arráiz Lucca invitó al publico presente a formular las preguntas que hubiera lugar. Luego de algunas intervenciones, casi todas planteando dudas sobre la recuperación del país. Las respuestas del disertante fueron elocuentes y por sobre todo ampliamente esperanzadoras, llenas de optimismo y fe.

 En sus últimas palabras se mostró partidario del diálogo, de la democracia social, de la vigencia de la constitución, de la lucha por la recuperación de las instituciones para alcanzar una sociedad igualitaria y unida para el 2015, definitivamente un año difícil, pero que con mucho esfuerzo, mucha constancia y optimismo, superable, precisó.

En el socialismo no todo está perdido: Enrique Tierno Galván, para honra de España.



ENRIQUE TIERNO GALVÁN (Madrid,1918-1986)

Un merecido homenaje

Doctor en Derecho, Doctor en Filosofía y Letras, Catedrático de Derecho Político desde 1948 hasta 1953 en la Universidad de Murcia, y desde 1953 hasta 1965 en la Universidad de Salamanca.  En 1966 se traslada a Estados Unidos donde fue profesor en la Universidad de Princeton(19661967).

Juan Yáñez

                          La cesantía de su cátedra salamanquina y el posterior viaje académico a los EE.UU. fueron dados por motivaciones políticas. En agosto de 1965, junto con los también profesores universitarios José Luis López Aranguren y Agustín García Calvo, fue Tierno Galván apartado de la universidad de Salamanca, acusado junto a los nombrados de adoctrinar a los estudiantes para dar lugar a protestas contra la dictadura de Francisco Franco. Esta situación dejaba en evidencia que la universidad dejaba de ser una entidad soberana, para ser una institución más, controlada  por el régimen franquista y que se doblegara ante la dictadura luego de muchos años de existir en su seno un miedo sustanciado en la circunstancia política española.

Oportunas, sinceras y carentes de la menor hostilidad o rencor, son sus palabras respecto a la sociedad salmantina y otras vigentes en aquellos difíciles años, que encontramos en su libro “Cabos Sueltos”, editado por Editorial Bruguera en 1982 (páginas 208/209) que demuestran sus amplitudes y calidades políticas y sociales. Dicen así:  

“… En aquella España inhóspita, hambrienta y dolorida en la que todos los españoles, o casi todos, tenían más enemigos que amigos, porque las propias dificultades generaban una convivencia en la que la suspicacia y el temor se transformaban en amargura y hostilidad, yo, y en esto mis recuerdos no me engañan, no tengo razón para quejarme de nadie”.  

Entre otros cargos políticos, fue Alcalde de Madrid, durante dos periodos, por reelección,  desde 1979 a 1986, fecha de su muerte en pleno ejercicio de su investidura.  Su popularidad como alcalde fue enorme. Reelegido, como ya anticipamos, en 1983 con mayoría absoluta, siendo, hasta la fecha, el único socialista en lograrlo.

 Su labor como alcalde suscitó una extraña unanimidad a su favor, que fue más allá de su filiación política y su fama traspasó las fronteras del país llegando a presidir la Federación Mundial de Ciudades Unidas.

Madrid vivió en esos años un espectacular renacimiento de su vida cultural, artística y social, adormecida durante el franquismo, que se conoció como «movida madrileña» y que llegó a identificarse con la figura misma del «viejo Profesor», así era conocido con el mayor cariño y reconocimiento, por estudiantes, por todos aquellos que le trataron y hasta por sus adversarios) Su particular popularidad, que se pronunciaba desde la juventud y alcanzaba la tercera edad. En su sepelio, el 20 de enero de 1986 en Madrid, fue despedido por los madrileños con una multitudinaria manifestación de duelo que colapsó la ciudad entera.


Fuentes: Wikipedia, www.biografiasyvidas.com

Facundo Cabral en la Venezuela del nunca jamás...





Una crónica del diario vivir en Venezuela...

Juan Yáñez

                                       Días pasados estuve a punto de pedirle a un chofer de un transporte público, aquí en San Juan de los Morros, que parara su vehículo, para bajarme por la forma irracional de conducir. 
No era yo el único de los que viajábamos que mostrara una justificada angustia por el exceso de velocidad, las maniobras violentas y peligrosas que atentaban contra nuestra seguridad y la de los que circulaban por la vía, vehículos y peatones. 
Opté por reclamarle en alta voz y furioso, y hasta algunos se animaron y me hicieron coro.
 El chofer un alborotado; por su aspecto, definitivamente bronco y grosero, inhibía porque la respuesta hacia nosotros, sus demandantes podría estar ajustada a su estampa. 

Viejo zorro en estas malas mañas, este individuo luego de mirarnos hostilmente, a través del espejo retrovisor, automáticamente cobró mesura, como si nada hubiera pasado. Seguramente sopesó las consecuencias de continuar así la marcha, o acaso de lanzarnos una respuesta precipitada cuando son muchos los que protestan y con sobrada inquina. Suponemos que por instinto eligió la conveniencia de “meter violín en bolsa”, como dice el Perogrullo y continuar su ruta con normalidad.
Agresiones similares, o de diferente forma, abusos, delitos de todo tipo, de la mayor gravedad, atracos, homicidios y paremos de contar, se viven a diario en nuestro país y en otros con parejas connotaciones.

Las estadísticas son lo suficientemente claras, mostrando que la cantidad de delitos contra las personas, unida a la perdida de los valores de una sociedad es directamente proporcional a la corrupción de su sistema de gobierno. Gobernantes, sus acólitos o allegados y sus  representantes gozan de la más absoluta impunidad y esta se hace extensiva a la delincuencia común quienes medran gracias a la indiferencia  y también al apoyo gubernamental, que utiliza esta ralea como fuerza de choque y hasta los arma y uniforma como tropa oficialista. Un obtuso despotismo en desmedro del resto de la sociedad, que soporta, calla o muestra indiferencia, porque teme represalias. 

Venezuela ocupa el primer lugar en el mundo, de muertes por violencia y registra que solo el 7% de los homicidios son resueltos y el 93% permanece impune. (*ver datos abajo, en Apendice)
     
 Viene a nuestra memoria, Facundo Cabral, ese cantautor que hiciera con sus canciones y sus glosas un compendio de la filosofía de la vida, (y que lamentablemente perdiera la vida en el 2011, en un hecho delictivo, en la ciudad de Guatemala). Este artista platense, había nacido en La Plata, Argentina, poseía un fino humorismo, pleno de suspicacia.  Jamás desertaba en sus presentaciones, de dejar una enseñanza, para ponernos a pensar y de hecho sacar conclusiones, para aceptar este mundo con sus aciertos y errores. Empleaba un estilo metafóricamente inducido para que nadie se sintiera directamente aludido y a la vez sonriendo reconociera sus propios errores o tal vez los, ajenos, aunque estuviera metido hasta el cuello en la culpa o en el error.
El tiempo está más cerca de la sabiduría, que de la ignorancia. Un filósofo dijo una vez “el tiempo es  gran señor y grande el tendal que deja”. Vivir es sinónimo de perseverar, de debatir, de bregar, de reconocer nuestros errores y enmendarlos si fuera posible, de exigir aquello que es justo. Lo que no es conveniente es aceptar como válido aquello que esté mal hecho y que estuviera bajo  nuestra responsabilidad, mejorarse o transformarlo en bueno, si las circunstancias lo permitieren.

 De equivocados está el mundo lleno y es compromiso de los justos, que el respeto por los derechos y la vida de los demás no sea quebrantado por nada, ni por nadie. 

En Venezuela la irracionalidad se ha vuelto un mal endémico y pareciera que la PAZ, ha quedado apenas en ser una palabra breve de solo tres letras. PAZ también significa RESPETO, DECENCIA, JUSTICIA, y muchas otras cosa más en las que no debe faltar la VALENTÍA. 
Con toda seguridad, hoy si Facundo Cabral cobrara vida, sería aún más implacable con sus canciones, propias de un rebelde con causa, que  nos haría recordar en sus letras, que imperdonable es para los gobiernos  obrar contra su propio pueblo y del mismo modo seremos corresponsables los habitantes, cuando nos comportamos indiferentes ante las injusticias. Todo ello es señal de cobardía, es acción perversa que envilece el alma. 

* APÉNDICE

 Fuentes de la Universidad Central de Venezuela dicen que la nación, lidera el ranquín de la
violencia mundial, donde por cada 100 mil habitantes, 44 son asesinados a tiros. En América Latina
el promedio es de 30 homicidios por cada 100.000 habitantes. En Venezuela es 44 homicidios,
es decir que estamos un 63% (19 homicidios) por encima de la media latinoamericana y según la
UNESCO es la tasa más elevada del mundo. Ello significa que aproximadamente, cada media hora
ocurre un asesinato en nuestro país.
Expertos en las distintas áreas del sistema de administración de justicia coinciden en que sólo 7%de los homicidios cometidos son resueltos y 93% permanecen impunes.  

La Providencia también sabe jugar al fútbol...





Juan Yáñez

                           
El fútbol es solo un juego, pero tiene en sus entrañas mucho de belicismo o agresividad; una manera de establecer poderío y sometimiento hacia los rivales. Es el circo de los romanos e indudablemente un espectáculo de primer orden. Ello es fácilmente demostrado en la celebración de este mundial de fútbol, por el precio de las entradas y más aún por los escandalosos precios de la reventa de las mismas. Por supuesto que los políticos de todas partes, saben la importancia de este deporte-espectáculo y tratan de aprovechar para sus artimañas y simulaciones, los beneficios del mismo para llevar agua para su molino…. y para allá vamos. 
  
 Fútbol, deporte de mayorías y en Brasil, más que en cualquier otra parte del mundo. En esta práctica todo lo que se haga viene al caso; no solo juegan los integrantes de cada equipo con un balón que es redondo y tratan de embocarlo en el arco contrario, sino que diversos elementos intervienen en el juego.  El arco con sus dos palos y un travesaño, también juega, la terna arbitral, el público, la grama, las líneas pintadas con cal, el clima y un sinfín de cosas más, tantas que hasta la suerte no puede dejarse de lado y como lo señalamos anteriormente, debe incluirse hasta la política. La Copa del Mundo significaba para los gobernantes brasileños de turno, un as oculto en la manga. Detrás de esa ostentación y despilfarro de recursos se escondía la reelección de Dilma Rousseff, otro de los males que se han puesto de moda, especialmente en la mediocridad política latinoamericana, pero el tiro les salió por la culata.

 Ahora habrá mucho que explicar, la gloria del título se esfumó con la escandalosa derrota propinada por los alemanes, -siete a uno es inconcebible - se tratará de echar tierra sobre todo este descalabro deportivo, social, político, administrativo, económico, engendrado con una gran dosis de soberbia.

El Partido de los Trabajadores, que ganara las elecciones y pusiera a Lula como el renovador de las políticas sociales en el Brasil y que continuara la Rousseff, se agotó por la mala administración, incapacidad y los inocultables sucesos de corrupción.
La mandataria no logró soluciones satisfactorias para los graves problemas sociales de la nación. Los disturbios y protestas forman ya parte del escenario de disconformidad que se ha extendido en las principales ciudades de Brasil.
Se protesta por todo lo anterior y se incluyen los altos costos que demandara la realización de la  Copa. La impopularidad demostrada principalmente por jóvenes se lo hizo saber.  Faltaba solo la guinda para la torta  De golpe y porrazo el fútbol finiquitó algo que no estaba en los planes de la Providencia y echara todo para el mismo demonio.

 A todo ello se no ocurre pensar que es preciso aquel viejo refrán que dice: “El hombre propone y Dios dispone” Es evidente que todo obedece a una suprema voluntad y es nimiedad lo que los hombres procuran.   


 Pareciera que la inexorable Providencia también sabe jugar al fútbol... 

Camilo José Cela: el rostro oculto de un premio nobel




ESCRITORES Y ESCRITURAS

Juan Yáñez

                                             Escritores y escrituras serán siempre tema para hurgar o curiosear, que partiendo del interés intelectual o literario de los lectores, se sitúa y se convierte en exigencia o poco menos, para los amantes de los libros y las letras.  Con seguridad, desde la prehistoria ha habido escritores, expresión solo limitada por su por la carencia del lenguaje escrito. Sin embargo la idea que subyace en los escritores debe existir antes de volcarla a los caracteres. Suponemos que se escribiría sobre la mente y ciertamente se guardaría en la memoria lo allí escrito y de hecho podría devenir en literatura de tradición oral. Hoy aún ese es un método para muchos que escriben y moldean la idea para después trasladarla a la escritura. Definitivamente, para ser escritor se necesitan valores o por lo menos franqueza; la ética es fundamental, como un límite infranqueable para no caer en la carencia de decencia. El poeta Homero, el legendario autor de la Ilíada y la Odisea, obras fundamentales de la cultura clásica, fueron consideradas por los griegos de aquella época y por las generaciones posteriores como las obras más importantes en la literatura de la Antigua Grecia y sirvieron  como fundamentos de la pedagogía griega de todos los tiempos. A nadie se le ocurrirá poner en duda la honestidad y dignidad de Homero. No existiendo tampoco elementos para ello; el legendario Homero transitó la senda del conocimiento, la virtud, la educación, la cultura del mundo civilizado. El artículo que presentamos a continuación, titulado "Camilo José Cela: el rostro oculto de un premio nobel" lleva la firma de Cristóbal García Vera, es el reverso de éste, que anotamos como comentario y sirve como consecuencia de la nota, que pone en tela de juicio al fallecido escritor, premio nóbel, Camilo José Cela. 

                                                             ......

Camilo José Cela: el rostro oculto de un premio nobel
Cristóbal García Vera

                                                    Tras la muerte de Camilo José Cela, el 17 de enero del año 2002, los medios de comunicación españoles reprodujeron y ampliaron una auténtica avalancha de elogios sobre la obra y la vida del académico de la lengua y premio Nobel de literatura. No podía ser de otro modo. Es una vieja tradición española demostrar el respeto por los difuntos - o al menos por algunos- resaltando sus bondades e intentando olvidar sus defectos. Aún así, resulta especialmente reveladora la amnesia colectiva que afectó a políticos, periodistas, eclesiásticos, escritores y editores a la hora de enjuiciar la trayectoria del escritor gallego. Entre sus colegas - con algunas excepciones como la del catalán Juan Marsé - los reconocimientos fueron generales. 

En el área editorial esta unánime devoción fue rota tan solo por la aparición de una biografía que bajo el título "Desmontando a Cela"(Ediciones Libertarias) vino a constituir un solitario contrapunto en ese bosque de cumplidos y bombos mutuos en el que, a menudo, se convierte la investigación periodística española. Tomas García Yebra, el autor de este magnífico trabajo, traza una semblanza de Cela en la que se ponen al descubierto facetas de su recorrido personal y literario que habían permanecido oportunamente encubiertas tras el brillo de los premios y los honores institucionales. 

Y es que, Don Camilo fue lo que suele reconocerse en nuestra sociedad como un "hombre de éxito": prestigioso y cotizadísimo novelista, articulista sin precio y dueño de un millonario patrimonio. Frecuentó a ministros - Federico Trillo fue el padrino en su boda con la periodista Marina Castaño- e incluso llegó a ejercer brevemente como senador gracias al democrático dedo de Juan Carlos I. Sin duda, esta consagrada posición social influyó decisivamente en la edulcorada imagen que se fabricó de él para su consumo popular: La de un genial escritor, íntegro aunque algo mal hablado y con un carácter difícil. 

Así pues, no es extraño que los últimos descubrimientos sobre el personaje hayan sido acogidos por muchos con cierta sorpresa. Muy recientemente, el diario londinense The Guardian acusaba a Cela - basándose en unos documentos descubiertos por el historiador Pere Ysàs- de haber sido espía de la dictadura franquista y delator de otros escritores e intelectuales durante la década de los sesenta. Un viejo informe del Ministerio de Información ha desvelado que Camilo José Cela no se conformaba con denunciar a sus compañeros; sino que se permitía sugerir a los jerarcas del régimen - en ese caso concreto a Manuel Fraga- que utilizaran el soborno como procedimiento para "recuperar" a los intelectuales disidentes con convicciones menos arraigadas. En realidad, esta sucia y hasta ahora ignorada historia encaja a la perfección con la calidad humana del difunto marqués. Nos brinda, por tanto, una magnífica oportunidad para recordar quién fue realmente este aclamado "prohombre" al que, 
aún hoy, recuerdan con veneración en ciertos círculos supuestamente progresistas.


LOS BUENOS "OFICIOS" DE DON CAMILO DURANTE LA DICTADURA FRANQUISTA 

Aunque en cierta ocasión Cela llegó a expresar solemnemente "es muy amargo, más que triste, que los hombres se denuncien los unos a los otros para seguir viviendo. Se puede vivir sin caer en la delación"; el insigne escritor no se caracterizó, precisamente, por asumir los consejos que ofrecía a los demás. 

En 1938 - cuando los ya victoriosos ejércitos de Franco imponían el terror y la venganza sobre la España derrotada- Camilo José Cela enviaba una solicitud al Comisario General de Investigación y Vigilancia ofreciendo sus servicios como delator. 

"Que el Glorioso Movimiento Nacional se produjo estando el solicitante en Madrid…" -expresaba el escritor- "y que por lo mismo cree conocer la actuación de determinados individuos… cree poder prestar datos sobre personas y conductas que pudieran ser de utilidad…" 

El autor de "La Colmena" pretendía sacar buen provecho de su conocimiento de los ambientes literarios del Madrid republicano contribuyendo a la caza de los "intelectuales rojos y apátridas", como entonces se les llamaba. Para poder calibrar con exactitud el significado de su ofrecimiento es preciso recordar que en aquellos años ser acusado de "rojo" conducía, en muchos casos, a los paredones de fusilamiento. No sabemos cual fue la suerte que corrió su solicitud pero entre 1943 y 1944 -quien muchos años después ostentaría el título de Marques de Iria Flavia- se encontraba instalado en las oficinas de la Sección de Información y Censura del Glorioso Movimiento Nacional, trabajando como censor bajo las órdenes del ideólogo falangista Juan Aparicio. 

Aunque han transcurrido muchos años desde entonces, las indiscretas hemerotecas aún conservan algunos de sus escritos de esta época. Como el poema publicado en el libro Laureados (Ediciones Fermina Bonilla. Madrid, 1940) que comienza: 

"Mussolini nos dijo que - la historia se mueve con la rueda de la sangre..." para terminar reclamando "la bendición de Dios - Para Francisco Franco, nuestro Caudillo y Padre". 

O el artículo publicado en el diario "El Alcázar" en 1949 con el título "A pie y sin dinero" (Loa del Arma de Infantería en el día de su patrona). He aquí algunos interesantes extractos de las reflexiones con las que el joven Cela comenzaba su carrera como brillante articulista: 

"La guerra no es triste porque da salud- que no se me lleven las manos a la cabeza los timoratos-…la guerra no es triste, porque levanta las almas. La guerra no es triste porque nos enseña que fuera de la bandera, nada, ni aún la vida, importa…" 


Don Camilo dedicaba estas patrióticas líneas a "mi coronel, el general Millán Astray". Y, a tenor de su contenido, muy bien podría haber concluido el intelectual de Iria Flavia con la famosa frase de su admirado coronel "¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia!"

¿Expresaban estos escritos un sentimiento genuino o tan solo la genuina intención de medrar a cualquier costa? Sea como fuere, durante la dictadura franquista - que condenó al exilio o al ostracismo a lo más valioso de la intelectualidad española- Cela publicó sus mejores novelas, escribía asiduamente en la prensa, recibió múltiples premios e ingresó por la puerta grande en la Real Academia de la Lengua.


ODIO ETERNO
A CRÍTICOS Y DETRACTORES 


También en los avatares de su ascenso hacia la posición de escritor consagrado dejó Camilo José Cela buenas muestras de su calidad humana. Según declaraciones de su propio hijo y de uno de sus biógrafos, Mariano Tudela, el escritor gallego jamás perdonó a los académicos que se habían opuesto a su entrada en la Real Academia de la Lengua y conservó hasta el final de sus días sus nombres en una peculiar "lista negra". Tampoco perdonó a los críticos que osaron cuestionar alguna de sus obras. En la medida de sus posibilidades intentó siempre que el peso de su venganza cayera implacable sobre la cabeza de los que consideraba sus "enemigos". 

Un buen ejemplo de esta cristiana actitud nos lo ofrece la historia de "La catira", una novela escrita por encargo por la que recibió la entonces fabulosa suma de tres millones de pesetas del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez. Por esta obra le otorgaron además el "Premio de la Crítica", aunque no con la unanimidad de todo el jurado. Eusebio García Luengo, un conocido y consecuente escritor republicano, fue uno de los que se atrevió a votar en contra de "La catira". Cela lo descubrió e intentó vengarse del agravio escribiendo una carta al director de la revista "Índice", en la que trabajaba García Luengo, con la intención de que lo despidieran. "Ese es un rojo de mierda", escribió, intentando aportar razones de peso para avalar su petición. El director de la revista no solo no accedió a sus pretensiones sino que puso al corriente al novelista extremeño de la tropelía que Cela había intentado cometer. Idéntica reacción tuvo contra el escritor Leopoldo Azancot, qui
en en los años setenta realizó una crítica negativa de su obra "Oficio de tinieblas 5". En esa ocasión, Cela alimentó pacientemente su resentimiento durante veinte años; hasta que, ya en la década de los noventa, se le presentó una ocasión propicia para castigar la terrible ofensa. Por aquel entonces Azancot ejercía la crítica literaria y también escribía una columna de opinión en "El Independiente". Cela no dudó en llamar a su director, Pablo Sebastián, para exigirle que despidiese a su empleado. Solo a medias consiguió sus objetivos, ya que Sebastián mantuvo a su crítico con la condición de que éste evitara mentar al insigne Nobel aunque, eso sí, le retiró su columna de opinión.


LA DECADENCIA INTELECTUAL: DE ESCRITOR A COMERCIANTE DE FERIA 

Acaso haya quien considere que en nada afecta la oculta biografía de Camilo José Cela a la calidad de su obra literaria y que, en cualquier caso, se trata de dos aspectos que deben analizarse por separado. Nosotros mantenemos, por el contrario, que enjuiciar cualquier obra de arte partiendo de una arbitraria división entre estética y ética o entre su contenido y su forma, impide aprehenderla en su totalidad y que, por lo tanto, este procedimiento se convierte en una pobre herramienta para desarrollar una crítica aceptable. Pero tampoco nos parece necesario justificar teóricamente esta concepción, seguramente será mucho más ilustrativo mostrar alguna de las maneras en las que la personalidad de nuestro distinguido novelista afectó a su producción intelectual. 


Muy posiblemente, si Cela se hubiera limitado a escribir "La familia de Pascual Duarte" (1942), "Viaje a la Alcarria" (1948) y "la Colmena" (Buenos Aires, 1951), esta aportación hubiera resultado más que suficiente para otorgarle un lugar destacado dentro de la literatura en lengua castellana. También es cierto que la desgarrada historia de Pascual Duarte difícilmente hubiera visto la luz sin el padrinazgo de su protector, Juan Aparicio, Delegado Nacional de Prensa y poderoso jerarca en el control del pensamiento durante una buena parte de la dictadura. Por supuesto, esta circunstancia no resta un ápice a la indudable calidad de la novela aunque sí nos hace reflexionar sobre la cantidad de escritos que, seguramente, no llegaron a conocerse jamás debido a que sus autores no "disfrutaban" de tan buenas relaciones con los funcionarios de la dictadura franquista.

En cualquier caso, en estas tres obras alcanzó Cela la cumbre de su producción artística. Nada de cuanto alumbró más tarde conseguiría igualar la fuerza transmitida en La Familia de Pascual Duarte o la maestría con la que retrató el Madrid de la posguerra en La Colmena.

En los años sesenta intentó abandonar el "realismo" para ofrecer una literatura de "vanguardia", con obras como la ya mencionada Oficio de tinieblas 5. En nuestra opinión su tentativa de evolución alcanzó unos pobres resultados. Posteriormente su prosa se hizo cada vez más retórica, más vacía. Tal vez no tenía ya historias que contar o quizá le faltaba la necesidad de expresarse, la emoción necesaria para convertir en arte las vivencias más cotidianas. En cualquier caso, también durante esta etapa fueron mayoritarios los halagos y las críticas elogiosas y, por supuesto, continuó acumulando galardones. Entre sus múltiples condecoraciones cabe destacar el premio "Príncipe de Asturias de las Letras" (1987), el "Cervantes" (1995) y, por encima de todos, el anhelado Nobel de literatura (1989), con el que logró consagrarse internacionalmente. 

Muy pocos autores han sabido rentabilizar mejor la ciega admiración y los privilegios que lleva aparejada la posesión de este premio. En realidad, Cela siempre fue un maestro de la autopromoción y a menudo consiguió mantener su popularidad gracias a sus extravagancias y sus truculentas salidas de tono. Pero llegada esta etapa de su vida el escritor fue eclipsado por el comerciante y dedicó buena parte de sus esfuerzos a vender el prestigio de su pluma y de su imagen a todo aquel que pudiera permitirse pagar su nada menguado caché. Cela cobraba absolutamente por todo, conferencias, entrevistas, apariciones televisivas, prólogos para libros, asistencias a actos públicos o meras exhibiciones. Un artículo firmado por el maestro, 250.000 pesetas, publicidad de la Guía Campsa, unos cuantos millones para el maestro… la lista sería interminable.

Don Camilo tuvo la fortuna de encontrar una emprendedora apoderada para sus negocios en su segunda esposa, Marina Castaño, una periodista treintañera que alegró los últimos años de su vida y que a cambio recibiría, a la muerte del escritor, una suculenta fortuna. A Charo Conde, la que había sido su mujer durante más de cuarenta años; la madre de su único hijo; la transcriptora de sus manuscritos; la que en su día evitó que los pliegos de La Colmena se consumieran entre las llamas de la chimenea en la que los había arrojado el impulsivo gallego; el millonario marqués de Iria Flavia ni siquiera le pagaba la mísera cantidad de 100.000 pesetas a la que sus caros abogados habían conseguido reducir la pensión de mantenimiento. 

Dentro del impresionante tinglado comercial que concienzudamente fue construyendo el empresario - escritor merece una mención especial la Fundación Cela. Esta entidad cultural recibió -desde su aparición en 1986 hasta el año 2000- 1138 millones de pesetas en subvenciones, de los cuales aproximadamente la mitad procedían del dinero público. De este extraordinario baile de millones se hizo eco la revista gallega, Tempos Novos, que denunció una supuesta desviación de fondos efectuada a través de sociedades interpuestas y de la que, presuntamente, se beneficiaban Cela y Marina Castaño. Una historia más que quedó convenientemente olvidada. 

En cuanto a la producción literaria de Don Camilo, en las últimas décadas de su existencia lo cierto es que ésta fue más bien escasa y, todo hay que decirlo, de muy dudosa autoría. En las tertulias literarias y entre ciertos periodistas al parecer se hablaba de los numerosos "negros" que utilizó Cela a lo largo de su peculiar andadura como comerciante de las letras. Existen al menos dudas razonables que permiten cuestionar la originalidad de obras como Mazurca para dos muertos, ambientada en una región de Ourense desconocida por Cela, o de su última e indigesta novela, Madera de Boj.

EL ESCÁNDALO DEL PLAGIO

Sin embargo, el gran escándalo - tan grande que fue imposible evitar que trascendiera a la opinión pública- tuvo lugar cuando una desconocida escritora gallega denunció que Cela había plagiado una obra suya para escribir La cruz de San Andrés, ganadora del Premio Planeta en 1994. Sucedió que la señora María del Carmen Formoso, que así se llama la damnificada - ignorando que la Editorial Planeta tiene decidido con meses de antelación quien será el beneficiario de su premio - envió su primera novela larga, Carmen, Carmela, Carmiña, al amañado certamen. En esta ocasión el suculento premio había sido concedido al insigne Nobel que, sin embargo, no tenía ninguna obra para presentar. Los responsables de Planeta no tuvieron ningún pudor en resolver el problema robando el texto de Carmen Formoso que, ambientado en Galicia, era un material adecuado para que Cela o sus escribanos lo rehicieran convenientemente. Al menos la escritora gallega tuvo la precaución de inscribir su obra 
en el registro de la propiedad intelectual, de manera que fue posible cotejar ambos textos, operación que demuestra, sin lugar a dudas, la existencia del plagio. Idéntico argumento y estructura, parecidos personajes e incluso frases enteras reproducidas textualmente lo atestiguan. 



La escritora Carmen Formoso

No tardaron mucho en salir en defensa de Cela escritores y periodistas de diferente calaña, como Raúl del Pozo, Juan Manuel de Prada, Jaime Campmany o Francisco Umbral. Desde sus tribunas de los rotativos de la derecha estos mercenarios de la pluma hicieron causa común con "el maestro". El singular "izquierdista" de tertulia y columnista de El Mundo, Raúl del Pozo, achacaba a la sempiterna envidia española lo que para él era una acusación tan injustificable como el intento de rescatar, de entre los viejos documentos, el pasado de Don Camilo. No disponemos de los datos necesarios para poder juzgar si su aversión contra la memoria histórica es general o si se manifiesta tan solo cuando la porquería amenaza con salpicar a sus escritores más dilectos. 

Francisco Umbral, íntimo amigo del aristócrata de Iria Flavia, no contento con proteger el honor del Marqués, decidió aprovechar también su habitual columna en El Mundo para ensañarse con Carmen Formoso a la que se refirió como "Una señora de Santiago o así" o "esa concursante de embarazo literario tardío…". En opinión de Umbral, solamente la pataleta de la derrota podía explicar una acusación tan descabellada. Según su reputado criterio, "los únicos paralelismos de ambas novelas consisten en el tema", y "donde la concursante se muestra prosaica, vulgar, anónima, Cela se muestra una vez más creador, poeta, transfigurador de realidades y sueños".

Aunque cada uno con su peculiar estilo, las loas que Jaime Campmany y Juan Manuel de Prada le dedicaron a Cela desde la páginas del monárquico ABC vinieron también a reforzar esta alianza de la intelectualidad establecida contra las osadas pretensiones de justicia de la escritora gallega. Al fin y al cabo, y según las palabras del propio Umbral: "la concursante debe estar agradecida, porque el Nobel la ha mejorado". 


MUERTE Y FUNERAL DEL PROHOMBRE 

De esta forma, arropado por el incondicional apoyo de éstos y otros ilustres caballeros, bien instalado en su sillón de académico de la lengua, y sin tener que malgastar su genio escribiendo para ganarse la vida, llegó don Camilo hasta los 85 años de edad. La muerte lo encontró en compañía de su querida Marina Castaño, que se encargaría desde entonces de gestionar en solitario el Emporio Cela. El funeral del ilustre Marqués no careció de toda la pompa oficial que exige el protocolo. Como correspondía, la misa fue convenientemente santificada con la participación de Antonio María Rouco Varela, Presidente de la Conferencia Episcopal. Acudieron los entonces ministros Federico Trillo y Francisco Álvarez Cascos; la esposa del presidente del gobierno, Ana Botella; el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha; los periodistas Jaime Campmany, Fernando Onega y Pedro J. Ramírez; el defensor del pueblo, Enrique Mújica; el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano; entre otras personalidades. Menos nutrida fue la asistencia entre los familiares del finado. No se presentaron al solemne acto tres de sus cinco hermanos vivos y tampoco lo hizo su hijo, Camilo José Cela Conde, a quien el Nobel dejó por toda herencia un cuadro de Miró (que en su momento trató de recuperar desesperadamente). Tampoco puede decirse que el gremio de los escritores acudiera masivamente a rendir postrero homenaje al maestro. De hecho, no apareció por San Jerónimo del Real más que un solitario Juan Manuel de Prada que, a la salida del funeral, ensalzó la calidad literaria de la obra del difunto; al tiempo que se permitía realizar una leve crítica sobre su comportamiento tras la concesión del premio Nobel.

EL NEGOCIO DEBE CONTINUAR 

Pocos meses después de su terrible pérdida, Marina Castaño, protagonizaba la presentación de "Cuaderno de El espinar". Una supuesta obra póstuma de Cela compuesta por doce pequeños textos y trece grabados. Se preparó una cuidada y elitista edición de 300 ejemplares, cada uno de los cuales se vendió por la respetable suma de 400.000 pesetas. Debió de pensar Marina que bien podía la figura de su difunto esposo emular las gestas del legendario Cid y vencer algunas batallas pecuniarias incluso desde la tumba. Quizá estas filantrópicas aportaciones a la cultura, la Presidencia de la Fundación Cela, o sus colaboraciones periodísticas consigan llenar el inmenso vacío que, sin duda, aún hoy debe sentir la desconsolada viuda.

Tampoco Francisco Umbral quiso desaprovechar la ocasión para rendir su sincero homenaje al camarada desaparecido y se dio buena prisa en publicar un libro titulado "Cela, un cadáver exquisito". Sin el más mínimo escrúpulo, el escritor madrileño se dispuso a rentabilizar el morbo del momento aireando algunos chimes o retratando a una Marina Castaño "rapaz de lujos, vestidos, champán y fama social... o nueva rica". Pero el aporte más significativo de este libro de Umbral - por lo que contiene de autorretrato- es su increíble reconocimiento del famoso plagio de Cela: "Luego, el argumento lo denunció una concursante también galaica, que era quien había escrito la historia. La habían tomado el libro para pasarlo por la máquina estilística de Cela". Algo de carnaza había que ofrecer para fabricar un betseller y seguramente Umbral no encontró mejor manera de seguir sacando provecho de su vieja amistad. 

Al fin y al cabo, las exequias de Cela se convirtieron en un expresivo reflejo de lo que había sido su propia vida: un lucrativo negocio en el que, esta vez, él no pudo participar.


San Juan de los Morros nuevamente en concierto


  
Juan Yáñez                     
                 
               El pasado viernes 25 de abril  en el Centro Cultural “Simón Bolívar”, tuvimos nuevamente los sanjuaneros la grata presencia de los músicos que componen la Orquesta Sinfónica del Estado Guárico, quienes se presentaron juntamente con los integrantes de la Orquesta Sinfónica de la Juventud Guariqueña “Antonio Estevez” para darnos un nuevo testimonio de su calidad musical.

 En esta oportunidad y de igual modo, en el anterior concierto celebrado el 11 de abril  se sumó a nuestros músicos, un director asociado que a pesar de su juventud ha desarrollado una extensa y apreciada labor en el Sistema.

 Nos referimos al profesor Luis Castro, a quien le damos la más cordial bienvenida y nuestros mejores deseos de éxito en su gestión musical en el Estado.
Este ilustre músico se inició en la dirección orquestal en 1999 y desde allí ha recorrido un dilatado camino en el que se distinguiera en las principales orquestas del Sistema como lo son la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño, la Sinfónica Juvenil de Caracas, la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela y la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela. 


Profesor Luis Castro
Ahora, éste eximio músico, integrado a nuestro núcleo, nos ha honrado con su exquisito talento y una disciplinada voluntad de trabajo, reconocida por los músicos y por la audiencia sanjuanera, cualidad ampliamente demostrada en este par de conciertos que en la presente nota señalamos.

Comenzaremos nuestro relato, con el más reciente, nos referimos al del pasado viernes 25, el que se titulara, (en consenso con la fecha conmemorativa del Día Internacional del Libro) “Gran Concierto en la Jornada del Libro y el Idioma 2014”. Se interpretó en primer término el Concierto para clarinete y orquesta  en la mayor, de Wolgang Amadeus Mozart, en el que se luciera un solista de excepción, el joven y talentoso Carlos Alexis Escalona, quien integra en la actualidad la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, quien nos asombrara con sus dotes musicales.

Profesor Carlos Alexis Escalona
 Se completó el programa con la Sinfonía Nº 92 “Oxford”, de Joseph Haydn, dando así fin a una velada de gratísima mención por la depurada ejecución y el especial encanto de las obras elegidas.
 Para completar la crónica, haremos referencia al concierto anterior y que se oficiara el viernes 11 de abril, que correspondiera a la presentación en San Juan de los Morros, de nuestro director asociado, el profesor Luís Castro, de quien ya hemos hecho mención. En aquella oportunidad el concierto fue dedicado a los Niños y Niñas del Núcleo Jesús María Torrealba de San Juan de los Morros.

Se dio inicio con el Concierto Nº 1 para corno y orquesta de Richard Strauss, siendo el solista, Daniel Graterol, un eximio ejecutante que se lució y fuera aplaudido con cálidas muestras de entusiasmo por los asistentes.


Profesor Daniel Graterol
Finalizó la velada con una obra de significativa importancia dentro del mundo de la música, la 5ta. Sinfonía de Tchaikovski, pieza de difícil ejecución en que el director mostrara una perfección digna de maestros de extensa experiencia.

 Sin duda, con estos dos conciertos, se abre un nuevo ciclo para la música académica en nuestro estado y ello redundará en mejor música para una mejor sociedad.     

NO SOY CATÓLICO, PERO…




Una entrevista en la Radio Fe y Alegría San Juan de los Morros, Guárico

Juan Yáñez

                                                       Evidentemente la gran mayoría de los venezolanos nos identificamos con el catolicismo y ello forma parte de la tradición religiosa de este pueblo. Aclaro que no nací aquí, pero aquí nacieron mi esposa, mis hijos y aquí me aceptaron como un venezolano más. Los aquí nacidos, del mismo modo que otros muchos latinoamericanos, fuimos bautizados en la pila bautismal de alguna iglesia de los tantos pueblos o ciudades de la extensa geografía de éste subcontinente.

Ciertamente, cuando decimos iglesia, en la generalidad más extensa, nos referimos a la iglesia católica, con la excepción de aquellos que han adoptado alguna de las tantas iglesias reconocidas como cristianas, aunque no católicas.

 Ser católico en la más estricta expresión, conlleva una serie de condiciones que parten por sobre todo en aceptar la autoridad doctrinal de la Iglesia. Corresponderá a un verdadero católico, además de apartarse del pecado, deberá comprender su religión, ayudar a sus semejantes, practicar el bien, asistir regularmente al culto y por sobre todo cumplir a cabalidad con los Sacramentos de la Iglesia Católica.
Todo ello y otras disposiciones más, completan el exigente calificativo de católico, algo de no fácil consecución.

A propósito de ello, oportuno será referimos que el pasado sábado, en que dio comienzo el primer día del mes de febrero de 2014, asistimos a un espacio radial que se transmite regularmente en la radio de Fe y Alegría, filial San Juan de los Morros, llamado “La Cara del Esfuerzo” que fuera animado por un gran amigo, el profesor e ingeniero Ernesto Rangel de la Unerg,  un hombre ducho en el mundo de la comunicación y en otros menesteres en que tiene que ver la cultura y la ciencia.

 En cuanto a mi presencia allí, respondiendo a la amable invitación del profesor al programa, que compartiéramos con dos de sus alumnos,  versó sobre temas diversos y algunos proyectos que pensamos llevar a la radio, entre ellos un programa sobre la Orquesta Sinfónica del Estado Guárico. Abreviando ya, amables lectores, contesté algunas preguntas que se me hizo, sobre temas de actualidad, entre ellos se incluyó al Papa Francisco, y este es el quid de la cuestión.
 Mi apreciado compatriota a quien aprecio más por sus cualidades humanas que por su designación papal. Un hombre poseedor de una dignidad sobresaliente, con suficiente amplitud de espíritu que excluye cualquier dogmatismo religioso y llamado a reafirmar la universalidad de la fe cristiana desde el alto cargo al que fue elegido. Esa es la esencia de su ministerio, una clara señal, para nada excluyente que va mucho más allá de lo estrictamente católico. 

Entonces, amables lectores, volviendo al título de la nota, no queda otra que ratificarlo con la mayor convicción:  No soy católico, pero… 

El misterio del hombre que cayó del cielo y se estrelló en las calles de Londres


enero 2, 2014

Publicado en: LA PATILLA CuriosidadesTitulares

Eran las 7:30 de la mañana en Mortlake, un barrio a las afueras de Londres. No había nadie en la calle. De repente, un hombre cayó del cielo. Como si de un meteorito se tratara se estampó contra el pavimento, de cabeza. La policía llegó media hora después, tras recibir la llamada de un vecino. El cuerpo se encontraba en una posición tan extraña, y un estado tan lamentable, que los investigadores de homicidios eran incapaces de saber que había pasado con aquel hombre. ¿Cómo imaginar que venía de un avión?, publica El Confidencial.
Mortlake está justo debajo de una de las vías aéreas de acceso al aeropuerto de Heathrow. El detective encargado del caso, Jeremy Allsup, ató cabos, llamó a las compañías aéreas y descubrió que el cadáver que tenía entre manos era el de un polizón que había viajado en un vuelo proveniente de Angola, escondido en el hueco que hay en el depósito donde se guardan las ruedas tras el despegue. El momento de la caída coincidida con el instante en que el piloto había desplegado las ruedas.
Parece una historia más propia de una novela de ficción que de un periódico, pero el suceso ha protagonizado la última edición de The Sunday Times, y ha puesto al descubierto un fenómeno que pocos conocían. El caso de Mortlake no es un hecho aislado.
Desde 1947 se han identificado a 99 polizones que han viajado en el compartimento de las ruedas de un avión. 23 sobrevivieronEn un Boeing 777, como en el que viajaba el polizón, queda un pequeño hueco en el compartimento donde se recogen las ruedas en el que es posible viajar si se tiene muy poco aprecio a la vida. Si la seguridad del aeropuerto no es la que debiera –algo que sucede en muchos países africanos–, es posible acceder a este espacio antes de que el avión despegue. La cavidad no es mucho más grande que un ataúd pero, por increíble que parezca, se tiene constancia de polizones que han sobrevivido a vuelos transatlánticos.
Desde 1947, según ha estudiado el doctor Stephen Veronneay, de la Administración Federal de Aviación de EEUU, se han identificado a 99 personas que han viajado en la cavidad de las ruedas, en 88 vuelos. De estos, 23 sobrevivieron. Según el doctor Rob Chapman, el patólogo que examinó el cadáver de Mortlake, lo más probable es que el polizón estuviera vivo cuando cayó del avión. A lo que no sobrevivió, lógicamente, es al choque contra el pavimento.
A tanta altura, ha explicado Chapman, el oxígeno es reducido y hace mucho frío: el cuerpo entra en un estado de hibernación, para no consumir tanto. Lo más probable, en cualquier caso, es sufrir hipoxia: el estado de privación de oxígeno que acaba provocando la muerte. Hay quien sobrevive, pues, a medida que el avión descendiente, el cuerpo se calienta y el polizón puede recobrar la conciencia. A juzgar por los datos, un tercio tiene suerte, el otro tercio se estampa contra el suelo (ya que no está despierto para evitar que las ruedas se lo lleven por delante al desplegarse) o llega cadáver a la pista de aterrizaje.
Averiguando la identidad del polizón
¿Quién era el hombre que cayó del cielo en Mortlake? No tenía ningún tipo de identificación, sólo unos billetes angoleños, uno de Botswana y una moneda de una libra; un tatuaje, en el que se leía “ZG” y, por suerte, un teléfono móvil. El terminal estaba destrozado, pero Allsup logró recuperar parte del contenido de la tarjeta SIM. Entre otros un mensaje a un número de Suiza que decía “por favor amor call me” (sic).
Sólo hay dos cosas que pueden llevar a alguien a hacer un vuelo de ocho horas y media junto a las ruedas de un avión: el amor o la miseriaPasaron unas semanas hasta que Allsup logró contactar con el número suizo, pero finalmente descolgó el teléfono una mujer con un perfecto inglés. Su nombre era Jessica Hunt y tenía toda la información sobre el polizón, Josef Matada, de 26 años. Su familia había contratado a Josef en su casa de Sudáfrica pero hacía un tiempo que le había perdido la pista. Lo último que había sabido de él es que estaba en Angola y quería viajar a Europa para encontrar una vida mejor.
Esa es la historia que Hunt contó al detective. Pero había algo más. Hunt y Matada eran mucho más íntimos de lo que parecía. El redactor de The Sunday Times, David James Smith, viajó a Ginebra para reunirse con la mujer, y descubrió que Matada no se había metido en el tren de aterrizaje en busca de una vida mejor, se había metido en busca de la mujer que amaba.
Aunque Hunt mantiene que nunca tuvo una relación amorosa con Matada, se hicieron muy amigos –“éramos como hermanos”– y huyeron de casa cuando el marido de Hunt, un acaudalado hombre de negocios, expulsó al joven africano del servicio. Pasaron un tiempo juntos en una casa en la playa pero pronto se quedaron sin dinero, y acabaron en la calle. Hunt decidió viajar a Berlin, donde vivía su madre, para pedir ayuda. Intentó por todos los medios ayudar a Matada, pero el dinero nunca llegó a su destino. Su “hermano” africano desapareció, hasta que encontraron su cuerpo, destrozado, en una calle de Londres. Sólo hay dos cosas que pueden llevar a alguien a hacer un vuelo de ocho horas y media junto a las ruedas de un avión: el amor o la miseria. Matada sufría de ambas.