Buscar este blog

Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




AL MAL TIEMPO BUENA MÚSICA

                                                                                                                            El Musikhalle de Hamburgo
CUADERNO DE VIAJE
Juan Yáñez                                                                      Publicado en el Diario La Antena el 22.11.09

Friedrich Gulda fue un excelente pianista de origen austriaco que se destacó interpretando música clásica y también de jazz. En los finales de los cincuenta ya era considerado uno de los mejores intérpretes de Beethoven, en sus obras para piano.



A principios de 1974, cuando nos encontrábamos a la sazón en Alemania, se anunció la presentación de Friedrich Gulda en el Musikhalle, de Hamburgo, en la Grosser Saal.
 El día del concierto llovió a cántaros durante casi toda la jornada, y al atardecer cuando se creía que escamparía se intensificó aún más.
Por la noche, a la hora de la presentación, el tiempo atmosférico era lo más parecido a un diluvio.

En aquellos años nada se sabía y ni siquiera se sospechaba de la globalización que después vendría.
Asistir a una presentación de un artista de primera magnitud era económicamente accesible. ¡Y qué artistas.., amables lectores. Vivíamos sencillamente y disfrutábamos sin mucha alharaca de todo aquello que espontáneamente se nos ofrecía y más aún.., atesorábamos lo más importante (sin darnos cuenta de ello): éramos jóvenes



  • Esa noche a pesar de la lluvia estábamos allí; teníamos localidades para los palcos altos, - económicamente más asequibles que las de la platea- próximas al escenario. Asistió un público bastante informal, aunque conocedor –y al que no había detenido la lluvia- acorde a la genial informalidad que sobresalía en el músico y que él no ocultaba, sino que le complacía mostrar.

 Había poca asistencia y casi todos los presentes ubicados en la parte alta de la sala.  La platea o patio estaba prácticamente vacío, lo que significaba la lógica deserción de aquellos que tenían más recursos para pagar la entrada, pero menos entusiasmo para afrontar el aguacero.
En el ancho escenario, -que carece de telón- lucía solitario un brillante y negro Steinway.

Se demoró el inicio seguramente esperando más aforo. Se intensificaron las luces del proscenio y por una puerta lateral aparece Gulda, que es toda la informalidad imaginable Con un ligero trote se acerca al piano. Viste un pantalón de corderoy muy arrugado, -parecía que había dormido con él puesto- y un sueter de cuello de tortuga, todo ello tan negro como el piano.

 Luego de saludar escuetamente al público, se sienta frente al instrumento y comienza a desgranar un racimo de notas, que interrumpe imprevistamente y dirigiéndose a nosotros, -el público de la parte alta-… con animadas señas nos invita a bajar a la platea.

 Complacidos y antes de que hubiera finalizado el ofrecimiento, caóticamente desalojamos los palcos y todos tratamos de ubicarnos lo más cercanamente posible al músico. Comenzó con algo que hacía de maravilla: improvisar jazz. En el piano suena la bella melodía de un blues, interpretado con el más puro estilo del ritmo nacido en Nueva Orleáns.


Llevaba el compás moviendo una pierna constantemente. Absorto e inspirado se concentraba en la ejecución y en su amplia frente se dilataba una vena que verticalmente descendía al entrecejo. Era un interprete único.., magnífico, que rebasaba técnica y excelencia El público versado y ávido de buena música lo disfrutaba atento y apasionado.


Tocó casi dos horas hasta que hizo el intermedio. Reanudó el concierto, combinando piezas clásicas y de jazz, durante otra hora más. Al finalizar, hizo bis tres veces, del segundo al tercero fue aplaudido y ovacionado durante casi media hora. Cuando acabó, saludó y por señas, -en forma imperativa- dio a entender que ya eso era todo.

 
A pesar de ello el público no se conformo, delirante pidió bis largo rato…, obviamente sin resultado. Lo que empezó pasadas las ocho finalizó más allá de medianoche.

Al salir de la sala, el frío de la noche se hizo presente. No llovía ya, pero el piso aún húmedo de la calzada y la acera reflejaban la luz diligente de los faroles. La noche estaba serena, gélida y silenciosa, adecuadamente compatible con las inspiradas notas que aún no se habían acallado en nuestros oídos.

Sin duda, todos y cada uno de los presentes asentiríamos que bien valió la pena haber enfrentado al aguacero.


Fue un concierto inolvidable.., se aliaron para lograrlo dos circunstancias favorables, que difícilmente dejan inconforme al melómano: un músico genial y un público mayoritariamente exigente.

 Y todo ello por una obstinada lluvia que no consiguió evitar la asistencia de unos auténticos y apasionados cultores de la buena música…

    La ciudad de Hamburgo vista desde el Lago Alster.
Material gráfico: www.weinberger.com.at  www.cdklassik.dk  www.taringa.net  http://www.forocoches.comwebs.uvigo.es/webs.uvigo.es  http://www.flickr.com/   elbucaroblogia.com  http://www.lps.at/  


Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 22.11.09

LA HONESTIDAD..., ¿UN ARTÍCULO ESCASO?



Juan Yáñez                         Publicado el 14.12.08

Amables lectores, hoy nos motiva hablar de una personalidad que en estos tiempos de turbulencia social, incertidumbre económica y devaneo político, entre otras cosas, se hace oportuno acercarnos a Diógenes de Sinope, -el filosofo cínico- para conocer o recordar sus convicciones y creencias.

 En la Grecia clásica y el mundo antiguo, donde occidente se nutrió y estableció los precedentes de lo que sería el mundo civilizado que hoy día disfrutamos y padecemos, existió este pensador del que sólo han quedado anécdotas, que nos muestran a un hombre con una clara percepción de los principios morales y que se esforzó en comunicarlos y cultivarlos.

También el suyo fue un mundo convulsionado, muy parecido a lo que actualmente toleramos. En aquella época, las ideologías, tanto políticas como sociales y económicas estaban en crisis. Las instituciones estaban debilitadas y la inflación corroía la moneda, creando inseguridad y zozobra en la sociedad.

 Diógenes, el cínico se dedicó a educar, a transmitir sus conocimientos y lo hacía habitualmente y abiertamente en la vía pública. El apelativo: cínico, deriva del nombre que llevó la escuela fundada por Antístenes, quien fuera discípulo de Sócrates y maestro de Diógenes.

 Es oportuno aclarar que el vocablo: cínico, en la antigüedad difería del significado actual que tiene esta palabra. Los verdaderos cínicos fueron hombres de una elevada capacidad moral, que no perdían oportunidad para expresar una crítica constructiva a las democracias y dictaduras de su tiempo. Fueron seres independientes que renunciaron a toda posesión innecesaria. Vivian frugalmente y su independencia era su más caro objetivo.

Pasaban su tiempo filosofando, hablando con todo aquel que quisiera oírlos e interesarse en sus palabras En sus conversaciones incluía el reprender los vicios de los opulentos y poderosos, el despreciar los bienes materiales, el ensalzar la humildad y la moral. Todo ello lo hacían de una manera irónica, en medio de risas y con un gran sentido del humor.

Al no tener ninguna ocupación de las que llamamos normales, disponían de tiempo para instruir y trasmitir los verdaderos valores, que hoy conocemos como espirituales, pero que más adecuadamente son morales y éticos.

 Fue Diógenes la personalidad más prominente de esta escuela, y en su discurso se adelanta de manera bastante clara, -por más de tres siglos- a aquella fraternidad que el cristianismo posteriormente estableció y divulgó. Es asimismo es comparable el cínico con el monje cristiano, por la austeridad y la pobreza que ambos practican como ideal de vida.

Fue en Corinto y Atenas donde se le conoció y respetó por su justa palabra y su franqueza. Atrajo la simpatía de pobres y ricos; y trataba con respeto y consideración hasta a los más humildes e ignorantes. Su prédica era cónsona con su condición. Se supone que alguna vez haya vivido de la mendicidad y más probablemente en la forma que conocemos como asceta mendicante.

Hubo de soportar tribulaciones y humillaciones, como la de ser capturado en el mar por piratas y vendido posteriormente como esclavo. Xeníades, un personaje de su época, paga por Diógenes su peso en oro, lo lleva a su casa y lo convierte en maestro de sus hijos. Xeníades dice de Diógenes: “Un espíritu benevolente ha entrado en mi casa”…

Ya en su madurez, moraba el filósofo en la periferia de Atenas, en una zona boscosa, de manera precaria, -la leyenda dice que se guarecía dentro de un barril- y en contacto con la naturaleza. Hasta allí llegaban los que gustaban de oírle.

Según cuenta la tradición, fue allí donde sucedió la célebre entrevista con Alejandro Magno de Macedonia, quien arrogante y soberbio, creyendo estimular en Diógenes el interés y la codicia, le preguntó: “-¿Qué puedo hacer por usted? Y recibe como escueta y displicente respuesta: -Apartarse…, me tapa la luz…”  

Interesantes son algunos fragmentos de sus palabras que perduraron en el tiempo:…”Boté mi taza cuando vi a un niño bebiendo con sus manos del río”… ”Un hombre bueno es un retrato de Dios”… “Entre a un prostíbulo y aprenda el poco valor de lo caro”… ”Quienes aman el lujo hicieron de la frugalidad una aflicción”… ”¿De qué sirve un filósofo que no hiere los sentimientos de nadie?...

 De Diógenes es la conocida sentencia, que constituye a la vez, su frustración y su tragedia: “Aún, a plena luz del día, no puedo encontrar a un hombre honesto”… Ya para finalizar, apreciados lectores, se nos ocurre que el contenido de este aforismo nos invita a la reflexión... Sin duda, Diógenes en esas palabras, nos estaba induciendo a realizar nosotros mismos la búsqueda y la realización de esa virtud... Definitivamente, en aquella época y en todas las demás, la honestidad siempre fue… un artículo escaso…




Material gráfico: www.davemckay.co.uk    www.easypedia.gr   www.tradicionclasica.blogspot.com   www.johnwilliamswaterhouse.com




Publicado en el Diario la Antena, de San Juan de los Morros, el 14.12.08

EL PRINCIPITO

Juan Yáñez


A Christopher, nuestro nieto querido.






Muchos de nosotros recordamos con afecto este maravilloso libro para niños, -y para los que ya dejaron de serlo- escrito por la pluma de Antoine de Saint Exupery, un escritor francés, nacido en 1900, que fue aviador y uno de los pioneros del correo aéreo en el sur de nuestro continente.

 Es una novela, escrita en primera persona y en ella su autor personifica a un piloto que obligado por un desperfecto en su avión, hizo un aterrizaje forzoso en un remoto lugar del desierto del Sahara…

Se encuentra lejos de cualquier lugar habitado, con el motor de su avión dañado y con una reserva de agua para pocos días. Pasa la primera noche de su albur, durmiendo sobre la arena y al despuntar el alba lo despierta la dulce y extraña vocecita de un niño…, es El Principito que le dice:

“-Por favor…., dibújame un cordero.” Es allí cuando da comienzo a un dialogo en el que el Principito relata todo aquello que hace a su entorno y a sus experiencias. Vive en un pequeño planeta y en su viaje para llegar a la Tierra atraviesa una serie de asteroides en los que conocerá variados y extraños personajes, cuyas acciones darán lugar a profundas reflexiones y críticas hacia el mundo de los adultos.

Cada uno de los protagonistas que se presentan de manera lineal y consecuente, representa las formas de ser que adoptamos los humanos, donde prevalece el absurdo y la soledad. Allí encontramos al avaro, al alcohólico, al vanidoso, al tirano, al orgulloso.

 La metáfora, bellamente expresada está, presente a lo largo del texto. Es esencialmente una crítica a la conducta humana donde prevalece la insensibilidad y el egoísmo en un mundo deshumanizado donde abundan los conflictos y la intolerancia.

 A pesar de todo y por sobre todo el mensaje es altamente esperanzador, donde quedan abiertas las puertas hacia un mundo ideal, más justo y comprensivo. Es el Principito el mayor ejemplo de la sabiduría y la virtud, y comparte junto a otros personajes, también incomprendidos como son el piloto, el zorro, la flor y el farolero.

Todos ellos son puros de corazón y están unidos por la amistad, el amor y la hermandad. Su mensaje alcanza a la humanidad entera, la que tristemente olvidó los valores y la inocencia del niño que todos llevamos dentro.


Es una obra de excelente calidad literaria y sus valores estéticos hacen que su lectura sea amena e interesante y está bellamente ilustrada por su autor. La poesía está presente en el lenguaje y en el estilo.

Su autor volcó en el relato aspectos propios de su preocupación por el momento histórico que le toco vivir. Fue testigo y partícipe en una época de conflictos entre naciones que provocaron las terribles guerras mundiales que asolaron el siglo XX.
 El mismo, como piloto militar participó en la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, Saint Exupery, conmocionado por las hostilidades propias de la guerra quiso mostrar en esta obra la incomprensión entre los hombres y así crea su principito. De esta manera da a entender que en el alma pura y desinteresada de los niños y de los adultos que aún recuerdan su niñez, está la esencia del verdadero significado de la vida.

El autor escribió esta obra, -que ha sido traducida a ciento ochenta idiomas- mientras se hospedaba en un hotel de Nueva York y es en esa ciudad donde se publica por primera vez. A poco regresa a Francia para integrarse a un escuadrón aéreo aliado y es en una misión de reconocimiento que encuentra la muerte, en julio de 1944, tras ser derribado su avión por una nave enemiga….

Ya dando fin al artículo, permítannos amables lectores recordar la conmovedora dedicatoria de su autor, que contiene El Principito, dice así:



“ A LEÓN WERTH “……y prosigue….: “Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños… Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan)……Corrijo, por consiguiente mi dedicatoria: A LEON WERTH…., cuando era niño… ”

Las ilustraciones son originales de Antoine de Saint Exupery


Gráficas: radinito,wordpress.com   www.educar.com    www.losresumenesdeleonmor.blogspot.com   blogs.clarin.com   holismoplanetario.wordpress.com   yopeme.wordpress.com   www.prymax.com   www.artemusicaycultura.
Publicado en el Diario La Antena, de San Juan de los Morros, Venezuela el 06 04.09


EL PADRE DE UNA NACIÓN

                                                                                     Publicado en el Diario La Antena de San Juan
                                                                                                   de  los Morros Venezuela, el 25.04.10

Juan Yáñez



El tiempo pasa inexorable y los hombres también de ese mismo e infalible modo. Esta regla reiteradamente probada nos da fe de la transitoriedad de todo lo creado. Son las ideas, sus resultados y aplicaciones las que perduran.

 Nuestro tema de hoy, amables y consecuentes lectores, tiene que ver con la Política, la maltratada ciencia que siendo de noble origen fue y es reiteradamente deshonrada en todos los tiempos de la de la Historia. Sin embargo es a pesar del vilipendio de uso, que soporta por parte de los malos políticos, una disciplina insustituible para el desarrollo y preservación de las sociedades humanas.

Afortunadamente también existen los buenos políticos y es precisamente uno de ellos, el que nos honrará con su tácita presencia en estas líneas. Se trata de Nelson Mandela, un hombre que fue capaz de desafiar a las instituciones de su país por el injusto trato racial que se les daba a sus hermanos de color.

Hoy el artífice de esa gestión cuenta con 91 años de edad, ya se ha retirado merecidamente y con todos los honores, de las gestiones públicas en las que intervino en su momento con sobrado talento, idoneidad y tesón. Irrumpe complacido a este escenario con una humilde y sincera sonrisa que desde niño no ha cambiado, a pesar de las innumerables y penosas condiciones de vida que hubo de soportar.

 No es una sonrisa estudiada ante un espejo, útil para aquellos que hacen de la política su negocio, sino que en ella muestra la pureza de su corazón y también patentiza la plácida expresión de un estadista de quilates.

Es la más representativa personalidad que luchó contra aquel fenómeno de segregación racial que ocurrió en Sudáfrica, conocido como Apartheid, entre otros de similar connotación en todo el extenso continente africano y causado por la colonización europea.

Por sus ideales, sus luchas y sus acciones fue encarcelado durante 27 años. Recluido en misérrimas celdas, sometido a trabajos forzados e incomunicado con el exterior se fue convirtiendo paulatinamente en un símbolo de la lucha contra la discriminación de todos los hombres negros del continente.

Durante su confinamiento mantuvo su mente y su cuerpo en una sana disciplina, no abandonando su férrea e inquebrantable disposición a un entendimiento político digno, sin claudicaciones y ajustado a la justicia y a la ética. Líderes y seguidores de los derechos humanos, políticos del mundo y todos aquellos hombres y mujeres sensibles ante las arbitrariedades de los gobiernos despóticos se solidarizaron con su gestión y lucharon denodadamente contra el Apartheid.

El gobierno sudafricano acosado por la opinión pública internacional y nacional que minaba sus estructuras descalificándolo implacable y constantemente no le quedó otra alternativa que sopesar la libertad de Mandela para evitar males mayores.

Las condiciones se precipitaron cuando el Presidente Botha sufre un derrame cerebral y es sustituido por Willen De Klerk en el cargo. De inmediato anuncia la libertad del reputado prisionero y legaliza los partidos políticos opositores. Uno de ellos el ANC, elige a Mandela como su líder y allí se inician las conversaciones, que por intolerancias mutuas estuvieron muchas veces a punto de originar una guerra civil.

 A pesar de todo, los dos políticos en pugna comparten en 1993, el Premio Nóbel de la Paz en reconocimiento por las acciones de ambos protagonistas en establecer la democracia y la tolerancia racial en Sudáfrica. Los acontecimientos políticos emergentes van dando lugar a que todos los grupos raciales sean aceptados con derecho a voto.
 Mandela es elegido en 1994, por mayoría como el primer presidente de raza negra de la República de Sudáfrica. Lo secunda como vicepresidente De Klerk, logrando de esta manera una coalición de fuerzas opuestas.

Posteriormente en 1997, Mandela se convierte definitivamente en un líder indiscutido de las relaciones internacionales africanas. El 3 de marzo de 1999 anunció que no se presentaría a la reelección presidencial, terminando a fines de junio de ese mismo año su mandato constitucional.

 Atrás quedaba toda una vida de luchas, de desvelos, de insatisfacciones, de angustias, de errores y también de logros para constituir una nación digna y justa que estuviera equitativamente representada por todos los habitantes de su suelo…
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 25 de abril de 2010

Material grafico:   www.africanmasterweb.com  www.cubanposterart.blogspot.com  jonkeca.wordpress.com  www.infoderechos.org  www.aliciagalvan.com  www.msnbc.msn.com  

 
Juan Yáñez www.lacolumnadepapel.blogspot.com

LOS EMPLEOS IMAGINARIOS

Juan Yáñez

El 30 de noviembre pasado y de la pluma de Mario Vargas Llosa, en “El País” de Madrid, se publicó un interesante y la vez curioso artículo, titulado: “El archivista y los empleos imaginarios” en él, el escritor narra las experiencias de su último viaje a África.

 Su relato despertó nuestro interés por los acontecimientos que se suceden en un país del inmenso continente africano, llamado actualmente: República Democrática del Congo y que otrora se le conoció como: Estado Libre del Congo y que fuera insólitamente propiedad privada de Leopoldo II, rey de Bélgica.

La Historia Universal muestra al monarca como un personaje, avaricioso y cruel,-por decir lo menos- que se convirtió en un despiadado tirano que mediante argucias y complicidades de poderosos estados logró el reconocimiento internacional de su colonia. Es entonces que establece un brutal y sanguinario sistema de trabajos forzados con los que sojuzgó durante trece años a los habitantes del Congo convirtiéndolos en esclavos.

 Para controlar las rebeliones de los nativos, instauró un régimen de terror, en el que se asesinaba y mutilaba a mansalva. La cifra es aterradora, la mayoría de los cronistas reportaron entre cinco y diez millones de muertos. Es en 1900, en que se inició un escándalo internacional que obligó al tirano a renunciar a su dominio personal y entregarlo a la administración de su país y que pasó a llamarse Congo Belga.

 A partir de allí la nación fue gobernada por las autoridades belgas, quienes no supieron, o no pudieron, o simplemente no tuvieron la voluntad de civilizar adecuadamente a su población; de desarrollar la educación, la producción el comercio libre y por ende abrirla al mundo y hacerla prosperar. Nada de eso se hizo, sino por el contrario se explotó desmesuradamente a sus ciudadanos, se continuó con la esclavitud y el monopolio colonial, hasta 1960, oportunidad en que el país logró su independencia.

 Sin embargo, hoy a casi 50 años de convertirse en un país libre y soberano, la situación no parece haber cambiado; acaso luce maquillada y por sobre todo se ha convertido en un país de ficción. La realidad de su vida cotidiana parece ser una obra literaria, la que no es leída, sino vivida por sus habitantes.

 Amigos lectores, lo insólito todavía no lo hemos escrito, pero para allá vamos…. Nos anticipamos en aclarar que relataremos la historia, que hemos leído en “El País “ y lo haremos en primera persona, es decir, como protagonistas…, con nuestras propias palabras. Para ello es necesario que nos ubiquemos frente a un espacio físico, que corresponde a la ciudad de Boma, la antigua capital colonial, con sus edificios de la época:

Alli está la mansión del Gobernador General, la iglesia, las casas, los edificios gubernamentales, todos de estructura de madera, de dos pisos y paredes de oxidadas planchas de hierro. Todo está ruinoso pero en pié; también vemos la plaza arbolada, el cementerio casi oculto por la maleza, aunque se observan algunas lápidas de sus antiguos difuntos.

Entramos a un edificio acompañados por un funcionario público. Él es el archivista, llamado Monsieur Placide, quien obra de guía y nos conduce al primer piso, a una oficina en la que solo se encuentran dos escritorios, con dos señoras sentadas ante ellos. Nuestro acompañante, con cierto orgullo nos dice: -Esta es la Biblioteca Pública de Boma.

 Nos presenta a la bibliotecaria y su ayudante. Extrañamente no hay un solo libro a la vista; nos explican que el material de lectura está guardado en espera de presupuesto para construir los estantes y las mesas de lectura, que se ocuparán en su momento de ávidos y entusiastas lectores. Mientras tanto ellas ocupan sus puestos de trabajo y cumplen con su horario reglamentario y cobran su sueldo regularmente.

De allí vamos a la Estación Terminal Ferroviaria, un imponente edificio; allí vemos en una enorme placa de bronce, que fue inaugurado en 1877. Hay mucho movimiento; policías vigilando las instalaciones, el Jefe de Estación en su oficina, los empleados sentados ante sus escritorios, llenando documentos en máquinas de escribir, dando y recibiendo órdenes.
Las boleterías abiertas, con su personal en espera de expender pasajes; los tableros de horarios de salida y llegadas de trenes; todo muy ordenado y atareado, pero allí desde hace mucho tiempo, no parte ni llega ningún tren. Algún día se reanudará el servicio, nos dicen; el personal está pronto y en espera para cuando llegue la fecha.

Visitamos los talleres de reparaciones, repletos de vagones y locomotoras fuera de servicio; todo oxidado e inservible. Muchos operarios con sus uniformes, ocupados en ficticias reparaciones; toda una absurda representación en la que participa toda la comunidad. Pronto nos damos cuenta que el disparate alcanza a todo lo imaginable.

Hasta el Aeropuerto Internacional de Kinshasa dispone de espacios que antes ocupaban compañías aéreas, -ahora inexistentes- que aún conservan sus instalaciones y sus logotipos; sin embargo los empleados, como en otros tiempos asisten a su trabajo. Es un mundo de ficción en la que participan millares de congoleños creando la ilusión de trabajar.

¿Qué pueden ellos hacer? Quizás logren así, además de percibir un misérrimo sueldo, mantener las esperanzas y así evitar la desesperación. Sin duda la ficción es un refugio que en algún momento termina, como hace la noche, que se vierte irremediablemente en un real y crudo amanecer…

Material gráfico: www.janegoodalles.com  www.africaencolores.blogspot.com   www.gutemberg.org   www.go-coming.com  www.piratasyemperadores.net



Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 14.06.09