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Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




DEMASIADA MÚSICA…!!!



Juan Yáñez

Publicado en El Reportero de San Juan de los Morros, Venezuela, Diciembre 2012.
                                                   La pasada noche del viernes 16 de noviembre, nuevamente Orfeo, el excelso músico de la mitología griega se hizo presente en San Juan de los Morros, para traernos de la mano a uno de sus hijos más dilectos, el Maestro Frank Di Polo. Este músico venezolano, dueño de una disposición artística relevante y una experiencia de larga data, fue capaz de maravillarnos con una dirección y ejecución brillante por demás. (Aclaramos que por esa “demasía” y no por otra razón, nos inspiramos al dar el título a la nota, amables lectores).
  No solamente nos mostró su inigualable arte, sino que nos dio una lección de sencillez, de humildad, de simpatía y de cordialidad, que nos maravilló a todos los que asistieron a los ensayos durante la semana y del mismo modo a los que asistimos dicho viernes,  al concierto, que se realizara en la Iglesia Vida en Abundancia, en La Morera, de esta ciudad. El Maestro Di Polo posee la característica propia de aquellos que hacen de las virtudes nombradas, lo natural,  corriente o cotidiano. Ello y  los demás atributos, que van mucho más allá de la música, nos lo mostró el maestro, para ubicarse en aquellos espacios donde la perseverancia en la perfección, alcanza límites impensados. Los músicos que lo acompañaron admirablemente y fueron tratados con especial afecto por el Maestro,  pertenecen a nuestra Orquesta Sinfónica de la Juventud Guariqueña y también de la Orquesta Sinfónica de nuestro estado e integraron la Selección de Viola del Estado Guárico. Además se contó con un pianista invitado el Maestro Carrio,  también director, de origen español, que forma parte en el Sistema. El programa escogido contó con piezas de delicada composición, entre ella obras barrocas y en particular el “Allegro en Sol Menor para Viola de Antonio Vivaldi, en que el Maestro fungió como virtuoso solista de ese instrumento. Finalizó con una pieza del folklore venezolano en que su viola, conjuntamente con  el cuatro de un joven  músico de la orquesta, luciendo ambos superlativamente. El maestro al finalizar el concierto, expresó sentirse muy a gusto en su visita. Elogió al público sus aplausos,  con los que se sintió confortado, agradeciendo el estímulo con que la sala lo honró conjuntamente con los demás músicos.
      Es oportuno destacar que el Maestro Frank Di Polo está entre los fundadores, -quien junto al Maestro José Antonio Abreu dieron vida en 1975- del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela y la Sociedad Civil Orquesta Nacional Juvenil Juan José Landaeta, la cual preside. Largo es el currículo de este músico que nos visitó y que empezara sus estudios musicales a los 4 años con el Maestro Emil Friedman. En 1971 fue seleccionado como Viola Principal en la “World Symphony Orchestra” para inaugurar la “Sala de Conciertos J.F.K.” del Kennedy Center en Washington. El Sistema lo ha llevado a realizar extensas giras de conciertos por todo el mundo. Actualmente se desempeña como director musical del Departamento Audiovisual de Funda-musical Bolívar. Es la segunda oportunidad que visita San Juan de los Morros. La primera vez lo hizo hace más de treinta años en compañía del Maestro Abreu, en ocasión de los prolegómenos de la fundación de nuestro núcleo orquestal.
Las contingencias de esta eventual visita tiene su lado anecdótico; arribó el Maestro a San Juan, la tarde del domingo 11 del corriente, dando comienzo a los ensayos al siguiente día, el lunes 12 y hubo de soportar conjuntamente con los músicos y los demás colaboradores de la orquesta, en su sede, los destemples naturales de la  violenta tormenta que se suscitara en nuestra ciudad. Durante ella y a posteriori también tuvieron que sobrellevar con el mayor estoicismo, el Maestro y  nuestro núcleo orquestal los continuos cortes de energía eléctrica, ya convertidos en rutinario trastorno que padecemos los sanjuaneros desde hace tiempo. Ya para finalizar, aprovechamos el espacio para enviar al Maestro Frank Di Polo, el más afectuoso agradecimiento de todos los guariqueños, por su música, por su seductora presencia, por su expansiva y valiosa cátedra que ofreció a nuestros músicos. De igual manera, por el afecto que nos demostró a todos los que lo tratamos, por su cortesía y  apreciada sencillez. Reciba querido Maestro nuestro hasta siempre, no olvide, que en San Juan de los Morros siempre estará su casa…

LAS BRUJAS DE SALEM


gráfica: mujeresdeleyenda.blogspot.com

Juan Yáñez

Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 11 de noviembre de 2012
                                             Las Brujas de Salem es el título de una obra de teatro escrita en 1952 por Arthur Miller, el genial dramaturgo norteamericano, quien basara su producción, fundamentalmente en la crítica social y política. La obra citada hace referencia a los juicios que se suscitaron en Salem, una localidad  de Massachussets, en los Estados Unidos de América, en el siglo XVII. Precisamente en 1692,  en que unas mujeres fueran juzgadas, por el delito de “brujería”, que en aquellos tiempos de intolerancia religiosa, se castigaba a los que supuestamente se valían de prácticas mágicas o supersticiosas para hacer el mal, invocando al demonio, quienes en el caso de encontrárseles culpables eran condenados al martirio de  morir en la hoguera. También por aquella época, la “Santa Inquisición” se ocupaba de relacionados menesteres, que incluía además, a la herejía. Arthur Miller, al escribir “Las brujas de Salem” se inspiró en aquellos distantes acontecimientos, como una alegoría al MACARTHISMO, del que fuera también víctima y constituyó sin parangón, un episodio viciado y vergonzoso  de la historia Estaunidense.  Éste será el argumento fundamental en la presente nota. Se desarrolló entre 1950 y 1956, periodo  en que el senador Joseph McCarthy  se ocupara de organizar un absolutista y malicioso proceso que consistía en acusaciones (generalmente especulativas y viles) de deslealtad, subversión o traición a la patria, no apegado al necesario respeto por las pruebas o evidencias. Se aplicaba principalmente a personas sospechosas de ser comunistas, o sustentar ideas de similar carácter y atentar contra el estado. Las personas, organizaciones o instituciones que se opusieron a tal arbitrariedad, que despertara una indignación y preocupación  generalizada, señalaron  al proceso como una "cacería de brujas" y ello dio motivo para que  Arthur Miller se  decidiera a escribir su famosa obra. El término definitivamente peyorativo se suele aplicar generalmente a las situaciones que algunos gobiernos emprenden al perseguir a sus opositores u oponentes políticos y de hecho evidentemente violan los derechos civiles y políticos de los ciudadanos.  El MACARTHIMO, como toda perversión política, encontró un fundamento que lo justificara, aprovechó la tensa situación que originara la llamada “guerra fría”,  que el gigante del norte disputaba con la URSS, en base a los experimentos que esta potencia experimentara con la bomba atómica; al igual que la guerra de Corea que se evidenciaba próxima e ineludible, fue asimismo un factor concluyente.  De hecho, la opinión pública norteamericana se inclinaba a realizar una reacción ofensiva en contra de los enemigos del bloque soviético. Fue entonces, en febrero de 1950 que Joseph McCarthy, senador por Wisconsin, diera inicio a las acciones de una persecución política sin precedentes en la democracia estaunidense. Tal circunstancia era avalada y justificada por una investigación que durante los 10 años anteriores, McCarthy y su equipo realizaron en el senado, con el argumento de descubrir a aquellos supuestamente sospechosos de ser agentes infiltrados o simpatizantes del comunismo soviético que operaban en la administración pública o en las fuerzas armadas o de seguridad del estado. De tal manera, este senador dio comienzo a una formidable “cacería” que contó con el apoyo de fuerzas de entusiastas anticomunistas, psicópatas, extremistas, chivatos, etc., fomentándose la delación y la traición. Tales hechos obviaron lo que una democracia que se precie, tiene como prioridad: La presunción de inocencia. Por el contrario era el inculpado quien debía demostrar ante el senado que no pertenecía o simpatizaba con alguna facción  comunista.  Aquellos que reconocieron su culpa, como es costumbre en estos casos,  podían evitar la acusación delatando a sus camaradas. Entre tantas víctimas se recuerda el caso de los esposos Rosemberg, a quienes se les acusó de haber facilitado a la URSS, información sobre la bomba atómica. Sin pruebas fehacientes fueron ejecutados vilmente por el estado.. También aquella abominación alcanzó al mundo del espectáculo, desde guionistas, productores, directores, actores, técnicos, etc. hubieron de defenderse ante acusaciones sin el menor fundamento. Uno de los actores más perseguidos y vejados fue el famoso Charles Chaplin. Otros que no escaparon a la amenaza fueron Gary Cooper, Ronald Reagan, y Robert Taylor, entre otros también famosos. Infausto episodio que quedó para el recuerdo, sin embargo para curarse en salud será correcto advertir a los ciudadanos del mundo entero que jamás  estos excesos, dejan de ser una amenaza.  Por supuesto todo lo que sube, baja y al macarthismo como todo en esta vida le llegó su fin; el senador McCarthy hubo de responder ante tanta arbitrariedad y quedó en la Historia como un tiranuelo más de los que posaron sus pies en la tierra y aún  lo hacen. Ejemplo de ello lo tenemos en Corea del Norte. Oportuno será tomar en cuenta  lo expresado por  Edward Murrow, periodista norteamericano quien fuera perseguido por el macartismo: “Una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos”.  Pasen un feliz día, amigos y consecuentes lectores

ANFITRIÓN



Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 05 de noviembre de 2012
                            Anfitrión como bien sabemos es aquel tiene convidados a su mesa y los trata con prodigalidad y abundancia. El vocablo tiene origen mitológico y se remonta a la antigua Grecia,  donde se ocuparon de crear un  mundo imaginario de mitos y leyendas  relativos a dioses y héroes propios de su cultura. Mucho antes, otras civilizaciones se habían ocupado de tal menester que se asociaba principalmente a la religión o culto. Ejemplo de ello es la mitología  hindú que abunda en  divinidades que adoptan formas humanas, también de animales, que se comportan con las disipaciones o probidades terrenales propias de cada especie. Sin ir necesariamente tan lejos, tanto Grecia como Roma han suficientemente enriquecido este mundo de fábula, definitivamente imaginario y quimérico. Son historias y leyendas inspiradas en la tradición con la intención de explicar el origen de la Creación, los fenómenos naturales u otros temas cuyo origen  nos es desconocido, donde lo sagrado y lo pagano lograron asociarse para dar forma al argumento narrativo. Volviendo a nuestra palabra en cuestión, amables amigos y consecuentes lectores, con la que titulamos la nota: Anfitrión, es  necesario expresar que  en la mitología griega, Anfitrión era el marido de Alcmena, madre de Hércules,  según nos cuenta un amigo de muchos años, Henry Ruiz Langtry, conocedor e investigador de las culturas antiguas, lo explica con las siguientes palabras en un e-mail que recientemente nos enviara y que dice así: ”Mientras Anfitrión estaba en la guerra de Tebas, Zeus tomaba su forma para acostarse con Alcmena, noche tras noche, tras lo cual ella queda embarazada.
Con el embarazo de Alcmena, un gran alboroto fue creado, porque evidentemente Anfitrión dudó de la fidelidad de su esposa. Al final todo fue aclarado por Zeus y Anfitrión se puso contento por ser el marido de una mujer elegida por el Dios Zeus, para tener sexo. De aquellas noches de amor nació el semidiós Hércules. A partir de allí, el termino anfitrión paso a tener el sentido de:
"aquel que recibe en su casa".  Por lo tanto, Anfitrión es sinónimo de ¡MARIDO ENGAÑADO, FELIZ Y  TRANQUILO!”. La cosa no termina aquí y Henry que de ingenuo nada tiene,  nos alerta  agregando: “Cuando alguien le diga que usted es un buen anfitrión,… por las dudas…esté atento y vigile a su mujer!!!”.  Y finaliza “Demasiada cultura es un problema”
Todo ello nos da motivo para ahondar seriamente sobre la infidelidad femenina e investigando leemos “…que algunos consideran  que las  diferencias entre hombres y mujeres son muchas, y la infidelidad no es la excepción, ya que tanto ellos como ellas ponen el cuerno. Sin embargo, la mayoría de las mujeres, no lo hacen por satisfacción sexual, como sí lo hacen los varones, ellas la mayoría de las veces son infieles por un amor platónico, afecto y sentimientos”. Y continúa. “Estadísticas dicen que las mujeres engañan casi igual que los hombres, casi la mitad (una cifra similar a la masculina), la mayoría buscan más que sólo sexo. Las mujeres son infieles tratando de compensar sentimientos, pasión, cariño, incluso aventura; lo que puede necesitarse si en un matrimonio o relación de noviazgo hay monotonía”.  Agregando lo propio, diremos que  en estos tiempos y en los de otrora,  la infidelidad, -principalmente femenina-  fue siempre motivo, y aún lo será hasta el fin del mundo, tema para desatar la malicia popular, habitual y socarrona,  cuya víctima no será otra que el marido engañado. También viene al caso decir aquello que el refranero popular repite: “Hasta el varón más pintado resulta ser toreado” y otro más soez que dice "Nadie muere mocho". Cada uno sabrá de sus cuitas, si las tiene…, solo nos queda agregar que la nota se inspira en la natural picardía masculina, sin alejarnos del necesario y justo respeto que nos merecen todas las mujeres y en especial nuestras fieles amadas, madres, hermanas, esposas e hijas, la nota no tiene otra intención de pasar un momento sandunguero o divertido, más hoy que es domingo…  Pásenlo ustedes, amables amigos, de la mejor manera posible.
(Fuente informe21.com)  

LA LÍNEA DE FLOTACIÓN

imagen: forumvenezuela.blogspot.com


Juan Yáñez

Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 28 de octubre de 2012

                                          Ante todo reciban nuestros amables y consecuentes lectores un fraternal saludo. Luego del impasse, (ya cordialmente resuelto) causa por la que dejamos de publicar en este medio durante algún tiempo, retomamos la pluma para continuar con el mismo entusiasmo de siempre, la mutua labor: que compartimos con ustedes, amables lectores, desde hace más de cuatro años en ésta, la Columna de Papel.
Quehacer que significó por nuestra parte escribir y por la de ustedes leer. Escribir y leer, actividades consecuentes que pueden asociar criterios o por el contrario, discreparlos. Ambos verbos de significados opuestos, son en realidad las dos caras de una misma moneda de idéntico valor. Necesaria será siempre la comunicación y la disposición a avenir de la manera más apropiada y en ello está implícita la aceptación de la diversidad de criterios u opiniones. La tolerancia es fundamental en las relaciones humanas y esta cualidad es el resultado del  respeto y el comedimiento que poseen las personas honestas o probas y aplicables definitivamente a todas las cosas y situaciones que se presentaren. Dando por ya aclarada la situación, nos dedicaremos al tema que hoy nos ocupa; empezaremos por explicar el significado del título del presente artículo, de lo que se conoce como “Línea de Flotación”. Es un vocablo náutico, una medida ajustada al famoso “Principio de Arquímedes”, el sabio griego de la antigüedad, que dice: “Cualquier objeto flotando en un fluido desplaza una cantidad de fluido igual a su propio peso”. Aplicase este principio a los barcos para darles seguridad y eficiencia en su navegación. Sabemos que  cuanta más carga se introduce en un barco, más se hundirá éste en el agua. A pesar de ello no solo depende de la carga, sino también de acuerdo a  la densidad del agua en la que navegue. Por estas razones un barco calará más en agua dulce que en salada; del mismo modo lo hará más en verano que en invierno debido a que la densidad del agua que varía de acuerdo a la temperatura. Para controlar todo ello existe la Línea de Flotación, una marca que se pinta a un costado de la embarcación que indicará el nivel de la profundidad o calado conveniente para navegar con la mayor aptitud y conveniencia. Esta descripción explícitamente técnica que deriva de la física será  apropiada para nuestra reflexión y la emplearemos a modo de metáfora para establecer la relación entre dos elementos diferentes, pero que se corresponden entre sí. En el caso de la náutica, serán  el barco y el agua; y  en política serán el gobierno y los gobernados.  De esta manera lograremos establecer las pautas elementales que se corresponden con  la manera más apropiada, eficaz y conveniente en  las relaciones entre ambos elementos. Gobernar, es considerar y obrar con ecuanimidad, prudencia y criterio. Gobernar es también sinónimo de mandar y quién manda gobierna y ello implica el respeto a los derechos civiles y políticos de los ciudadanos. Los derechos civiles están determinados fundamentalmente al respeto del imperio de la ley, a la libertad de expresión, de prensa, de tránsito, entre otros. En cuanto a los derechos políticos, principalmente están establecidos en el derecho al sufragio, a elecciones transparentes, al respeto al voto, a la división de poderes, etc. Todo ello forma parte de la democracia participativa que tiene relación con la titularidad del poder y su ejercicio. Éste se ejerce por medio de los elementos representativos, que es sustancialmente, el gobierno. Volviendo a la metáfora que utilizamos y que se corresponde con la Línea de Flotación, agregaremos que gobernar es entre otras atribuciones y obligaciones, fundamentalmente respetar y no excederse de  la enunciada línea de flotabilidad, para  que la nave, que representa al gobierno, navegue con la mayor eficiencia, equilibrio y seguridad en las aguas, que en este caso personalizan a los ciudadanos. De esta manera, amables y consecuentes lectores,  siempre navegaremos con la mayor libertad, armonía y  paz,  para el logro de una prosperidad sustentable y equitativa. Ya para terminar, y con la seguridad que da la avenencia  y con la mejor de las suertes,  arribaremos  a buen puerto. No olvidemos las sabias palabras del Libertador cuando expresó: La libertad práctica no consiste en otra cosa que en la administración de la justicia y en el cumplimiento de las leyes”. Porque es necesario comprender para una fraternal convivencia, tanto social como política, un buen gobernante es el que gobierna equitativamente  para el logro del  bienestar de todos sus gobernados. Definitivamente,  el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.
Pasen amables amigos un plácido y reconfortante domingo…  

CUANDO EL MUNDO SE VUELVE CHIQUITO



gráfica: elrincondesele.com
Juan Yáñez     21 de octubre de 2012

"El sentido moral es de gran importancia. Cuando desaparece de una nación, toda la estructura social va hacia el derrumbe."  Alexis Carrel

                              Aquel que no perciba que el espacio político del cual se vanagloriaba el presidente (aún) saliente, Hugo Chávez,  que tiene su tiempo irremediablemente            contado, seguirá creyendo que es posible  tapar el sol con un dedo. Entre tantas causas, la más insalvable,  la salud, ese estado físico necesario para permanecer en la vida, no puede con panaceas, emplastos o calmantes mantenerse indefinidamente habiendo una enfermedad tan maligna de por medio. Poco se sabe porque todo se oculta; pero por lo que se filtra u observa a simple vista, la enfermedad del presidente sigue su curso.   Tampoco se puede mantener, después de las elecciones,  la camuflada idea del oficialismo: Que  la gente se sigue creyendo el cuento de Caperucita Roja, o aquellas “de vaqueros” que con tanta vehemencia  suele contar el comandante. A esta altura de las circunstancias no son tantos los que aún se siguen chupando el dedo. Bien lo saben ellos, que la mayoría se lo chupa aparentando ingenuidad, con la finalidad de recibir aquello que se les ofrece para comprar sus conciencias. Pero está claro, que  para dar hay que tener, (ya no se dispone de tanto) certeramente  no solo con promesas, con discursos dados al boleo, sino también para continuar las dádivas es imprescindible mantener la  bodega llena con lo que se ha de brindar.  La economía no se improvisa, es una ciencia exacta que evidencia que los números no le cuadran al gobierno. El oro, los lingotes de ese metal precioso que sustenta la moneda, que bien guardado estaba en Londres y que se trajera al país para “mejor cuidarlo” que representan el patrimonio y las reservas de la Nación, no del gobierno de turno y nos pertenecen a todos, como venezolanos.  Es bien sabido que el régimen lo está vendiendo por churupos,  para hacer frente al desbarajuste económico de proporciones que aún se mantiene tan oculto como la salud del presidente. Se está raspando la olla y se está hipotecando el país y su futuro. Se destruyó a mansalva el aparato productivo privado y si eso no alcanzara, el ingreso petrolero va en descenso por la incompetencia administrativa oficial, la caducidad de los equipos y la falta de mantenimiento. Hasta la gasolina que malgastamos por su ridículo costo, el gobierno la importa a precios internacionales, descomunalmente altos.  Evidentemente estas políticas de despilfarro no podrán mantenerse y terminarán sin que medie mucho tiempo, en un pozo ciego del cual será imposible salir sin un maremágnum similar a un tsunami que habremos de soportar y no nos quedará otra que padecerlo. En contraste muchos que se enriquecieron y aún lo hacen a costa de las ilegalidades e impunidades tendrán sus recursos a buen recaudo en el exterior y sus maletas prontas para cuando llegue la hora. Mientras el gobierno a modo similar que la implacable e imparable metástasis,  cierre, expropie, clausure; acabe con el empleo, destruya sistemáticamente lo poco que queda en el comercio e industria y se transforme este país en una Cuba castrista. Desde hace tiempo es endémico el “via crucis” de hallar productos esenciales, hasta lo importado escasea, a pesar de que se  importa casi todo. Mientras se continúe nacionalizando las industrias básicas o de otra naturaleza que se transforman invariablemente en ineficientes e improductivas. Que se continúe malversando los recursos, se acepte la corrupción generalizada de los funcionarios.
  Sin duda nos dirigimos hacia la adversidad, conducidos delirantemente hacia  el maligno afán de pretender afianzar el “socialismo del siglo XXI”, un disparate gigantesco que pretende  instaurar la pobreza como modelo político-social; un desvarío personal de Chávez, enfermo de un absolutismo paranoico, caprichoso y malicioso.  
Somos de la opinión de que los tiempos de la espesura ya se están  raleando e inevitablemente llegará el agotamiento del sistema.
 Luego de las elecciones, la oposición representada por al menos 6 millones y medio de almas ya consiguieron preocupar al chavismo. No le será fácil al régimen lidiar con las divergencias que se originarán por una oposición fortalecida y en expansión. Ha nacido un nuevo liderazgo, que exigirá cada vez más al gobierno, respeto, acatamiento a las leyes y procedimientos. También gravita la opinión pública internacional, cada vez más desconfiada y convencida de que la democracia venezolana no es tan democrática, ni tan constitucional como el régimen clama. En líneas generales, al oficialismo no le quedará otra opción que ajustarse a nuevas exigencias, abrir espacios de participación y diálogo sin condiciones con su contraparte para  evitar males mayores, así evitarán que el mundo se  les vuelva chiquito. 

Barach de Spinoza.



imagen: biografiasyvidas.com

     Juan Yáñez   13.10.2012
                              La filosofía es siempre un tema de actualidad, más en estos tiempos de incertidumbre política, que nos tiende a agobiar el genio y nos inclina hacia la desesperanza. A Dios acudimos con más premura cuando el destino se torna incierto y las circunstancias nos adversan en demasía. La situación política en Venezuela se encuentra en ascuas y hasta el gobierno está tanteando el escenario sin estar plenamente seguro de las reacciones encontradas que partan de su entorno o del contrario, que definitivamente le adversa.  Claro está, amigos lectores, que por el título de la nota ya habrán descubierto que no es nuestra intención abordar el tema político.   Ocuparemos nuestro tiempo y el vuestro con un filósofo que se destacara por la peculiaridad de su pensamiento, el que se encuadra dentro del racionalismo filosófico del siglo XVII, que compartiera con Descartes y Leibniz.  Había nacido Barach de Spinoza en Ámsterdam, en 1632,  en una familia judía sefardita de origen español.   
Se formó dentro de la Cábala, que forma parte de la filosofía judía medieval, teniendo acceso a los estudios generales de la ciencia de su época e influido por Descartes, con  quien coincide en la corriente filosófica que dará origen al racionalismo. Su pensamiento se ajusta a un riguroso monismo panteísta, en lo que no existe más que un ser, al que llama, la substancia que se identifica con Dios o con la naturaleza, que son infinitos. De esa manera concibe a Dios con ilimitados atributos, pero el hombre solo conoce dos de ellos, el pensamiento y la extensión. Esta última forma parte de la corporeidad o sea la naturaleza. Queda claro que la substancia es  para Spinoza, a la vez Dios y la naturaleza  (Deus sive Natura).
Spinoza enfatizó sobre tres géneros de conocimiento humano:
1) El hombre es esclavo de las pasiones y sólo percibe los efectos o signos e ignora las causas.
2) La razón elabora ideas generales o nociones comunes que permiten a la conciencia acercarse al conocimiento de las causas, y descubre el modo de  controlar las pasiones.
3) El hombre finalmente  logra acceder a una intuición totalmente desinteresada, pues conoce la verdad desde el punto de vista divino,   se siente ajeno a sí mismo como individuo  y no es perturbado por las pasiones individuales.
En este pensamiento se identifican lo singular y lo eterno, se percibe que todo tiene que ver entre sí y se advierte  la presencia de todo en todo, intuición que dará lugar, para Spinoza,  a la única felicidad posible.
Nuestro filósofo también se ocupó de política. Consideraba a la totalidad de los seres, quienes se comportan de acuerdo al principio de autoconservación y en torno a ello se forma el estado como entidad colectiva. Sin embargo ello forma parte de su propia preservación y el estado no deja de ser una limitación consensual de los derechos individuales. Lo que el individuo busca en el Estado es la conservación propia y mientras la entidad cumpla con ese objetivo la respetará, en caso contrario la descomedirá en sus funciones. La principal premisa de este pensamiento se basa en que Dios crea individuos, no naciones.
 Elogiaba la democracia como sistema político, aunque la limitaba al sexo masculino, sin incluir en forma explícita a las mujeres. Sobre este tema, su criterio esbozaba una inferioridad innata de las mujeres, aunque termina aceptando definitivamente la igualdad de los sexos. A pesar de ello considera imprudente tratar el tema por inconveniente y generador de conflictividades.  
Spinoza es dueño de un pensamiento original e independiente, no comprometido con ninguna escuela, donde se manifiesta el amor por la libertad
Célebres son sus frases que han quedado para la posteridad como una sabia forma de tomar la vida. Algunos de ellos son los siguientes:

“Cualquier cosa que sea contraria a la naturaleza lo es también a la razón, y cualquier cosa que sea contraria a la razón es absurda”.
“Si el hombre tiene una idea de Dios, Dios debe existir formalmente”
“.La experiencia nos ha demostrado que a la persona no le resulta nada más difícil de dominar que su lengua”.
"El orgullo es una especie de placer producido por el hombre que piensa demasiado bien acerca de sí mismo."
"Dios es un ser absolutamente infinito; una substancia que consta de atributos infinitos, cada uno de los cuales expresa su esencia eterna e infinita."

Metafísica

Gráfica: deconceptos.com

Juan Yáñez     30.09.2012

                            Hablar de metafísica, amables amigos lectores, es sin duda una empresa definitivamente complicada, al menos para nosotros. El término es tan antiguo, que ya existía, mucho antes de haberle puesto nombre con que se la conoce  a esta “especialidad” filosófica. 
La metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Para ello hubo de disponer de hombres que se ocuparan por pensar. Como bien sabemos, el pensamiento es un recurso natural de la condición humana. Los presocráticos, (filósofos anteriores a Sócrates) se ocuparon de ello y la historia lo confirma. La antigua Grecia  fue la elegida para dar comienzo a los fundamentos filosóficos propios del pensamiento occidental. La metafísica, como término, comenzó con Aristóteles a partir de unos apuntes que el filósofo había esbozado sobre diversos temas que no guardan relación entre sí. Fue Andrónico de Rodas, un filósofo que se ocupara de estudiar y compilar la obra aristotélica. Aquello que carecía de título y por la diversidad de lo anotado, sin encontrar clasificación adecuada, lo agrupó en volúmenes a los que les puso el rótulo de metafísica, (que significa: lo que está después de la física) por su ubicación en el lugar donde los ubicó. Los dichosos volúmenes fueron colocados a continuación de ocho libros de física. Lógicamente los conceptos anotados en esos apuntes, diferían y en ellos se hablaba de temas alejados del plano físico y Andrónico consideró apropiado colocarle el epígrafe de metafísica.   
Los filósofos presocráticos, como ya hemos expresado, hablaron de metafísica y luego  Platón estudió en sus diversos  Diálogos, la naturaleza de los seres. Con ello prepara a su discípulo, Aristóteles para desarrollar aquello que se llamó «filosofía primera», cuyo principal objetivo era el estudio del Ser como entidad, en sus razones, su finalidad y legado.
En la Edad Media, época de la civilización no tan oscura como se creía se enfrentaron, la teología  y la metafísica. Ambas apropiadas para el estudio de la naturaleza humana, principal objeto de la creación de Dios. Es entonces que el pensamiento se enfoca hacia una forma más racional y da lugar a la  teodicea una rama más de la filosofía, también conocida como teología natural, cuyo objetivo es la demostración coherente de la existencia de Dios mediante la razón.
Para simplificar hemos de recurrir a la objetividad del pensamiento vanguardista, claramente definido por el principio de no contradicción. Es un principio clásico de la lógica y la filosofía, por  el cual, una proposición y su negación no pueden ser una y otra verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido. Del mismo modo nadie puede estar de acuerdo al mismo tiempo y en el mismo sentido una proposición y su negación. Fundamentalmente la metafísica estudia aquello en donde las apariencias de la realidad son impenetrables a la investigación científica. Según Emmanuel Kant, “Una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto («cuando emite un juicio sintético sobre un asunto») que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado sensiblemente por el ser humano”.
De este modo, amables amigos, luego de haber consultados textos diversos, entre ellos a Wikipedia, al menos intentamos por medio de esta breve nota, clarificar un tema de difícil dilucidación. De todas maneras creemos que algo nos ha quedado claro y es la comprensión de  aquella célebre cita de Aristóteles:
 El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.

LA POLÍTICA Y LOS POLÍTICOS


Juan Yáñez   15.09.2012
Aristóteles


               La política no es mala cosa, todo lo contrario, amigos lectores. El buen ejercicio de la política enaltece al que la practica y dignifica al ciudadano, quien goza del beneficio de una correcta y equitativa administración. La política, no solo requiere de un sistema donde la toma de decisiones para la consecución de los lineamientos del asunto público será responsabilidad de los encargados de ejercerla. A estos se les denomina políticos, naturalmente  forman parte de la ciudadanía y en sus funciones representan al estado y establecen el poder, es decir aquello que se da en llamar: la fuerza coercitiva legitimada.
A partir del neolítico, cuando el hombre en el transcurrir de su camino evolutivo surge la necesidad de establecer pautas para la organización social.  Filológicamente, política  es el arte de gobernar y de ello fueron los antiguos griegos los que se ocuparon de la formación, análisis, desarrollo y la práctica.. El propio Aristóteles se ocupó de ello y estableció los cánones filosóficos en su obra, titulada precisamente “Política”. A partir de allí, Atenas evolucionó  el término hasta convertirlo en la ciencia de gobernar  que se esparció por la civilización como un elemento imprescindible  en la organización humana. Siempre hubo en el ejercicio de la política toda clase de imperfecciones, falsedades, errores, intereses inconfesables y excesos de todo tipo. También hubo aciertos, aunque ellos nunca abundaron, porque nuestra naturaleza tiende a ser anárquica, en la que nunca  nos falta la necedad  y otras disipaciones propias de nuestra condición. A pesar de ello, el mundo llegó hasta aquí, mal o bien, pero al no haber otra cosa, debemos esforzarnos por tratar de convivir con la  mayor equidad, pluralidad, tolerancia y por sobre todo perseverancia. Los límites a ello serán infaltables, pero cuando se agote está virtud tan necesaria, deberá prevalecer la conciencia como única salida para el entendimiento.
Abundan  políticos de la más diversa condición. Existen aquellos bien intencionados, que actúan bajo principios y también de los otros, que carecen de toda virtud y no son otra cosa que desvergonzados marrulleros y farsantes. A algunos de estos últimos es pertinente citarlos por su desvergüenza sin límites. Son politiqueros vernáculos que se nutrieron y engordaron en todas las fuentes posibles de la forma más rastrera e indigna.
Existen dos pícaros de pronóstico, imposible de obviar en nuestra agenda doméstica. Empezaremos por Francisco Arias Cárdenas un espécimen de imposible comparación. Desafió a Chávez, lo comparó con una gallina, lo acusó de asesino y hoy indignamente se convirtió ante su comandante una simple gallina de su gallinero  personal.
El otro que citaremos no le va en zaga al avícola nombrado. Es Didalco Bolívar un todo terreno de un cinismo apabullante, de mirada espuria y huidiza, capaz de vender a su madre y entregarla. Luego de su gestión ambivalente en la gobernación aragüeña, acusado de desfalco de dineros públicos por el propio Chávez, se exilió, se arrimó a la oposición y hablo pestes de su acusador. Ahora volvió manso como cordero, adulando a Chávez, aliándosele para  recibir como dádiva una tregua en sus procesos judiciales. Hay muchos más que renquean por la misma pata y son todos ellos bufones del presidente, quien ríe satisfecho por tenerlos nuevamente sumisos en su redil y disponer de sus voluntades a su antojo.


Didalco Bolívar

Francisco Arias  Cárdenas

Material gráfico: superiorquars.wordpress.com        venezolanas capitalistas.blogspot.com     portalplanetasedna.com.ar

O. Henry, un maestro del relato breve...



Juan Yáñez   Septiembre 8 de 2012

                                  En esta oportunidad, se nos ocurre dedicar la columna, -- como en otras oportunidades-- a la literatura, arte exquisito, sin parangón,  que nos ha apasionado desde la niñez y que todavía llena muchos momentos de nuestro diario vivir.  incluiremos para el deleite de los amables lectores a un escritor estadounidense conocido como O. Henry, seudónimo que utilizó en todas sus obras. Hablaremos de él brevemente. Se  llamaba William S. Porter, quien fuera además periodista y farmacéutico.  Nacido en Carolina del Norte en 1882. En principio se ocupó de dirigir un periódico humorístico, sin mucho éxito. En 1896 era empleado en un banco y se le acusó de sustracción de dinero. Marchó a Honduras para evitar una condena. Al regresar fue encarcelado. Allí en la prisión, comenzó a escribir cuentos y a publicarlos. Al ser liberado viajó por Sudamérica durante algún tiempo y a su regreso se estableció en Nueva York donde escribiera sus mejores obras. Es el cuento corto fue su especialidad y en ello brilló como ninguno. La mayoría de sus relatos tienen lugar en la “Ciudad de los Rascacielos”. Son historias llenas de ingenio y en ellas se retratan los personajes comunes y corrientes de esa gran ciudad. Desde los pordioseros, los ricachones, sirvientes, policías, empleados, etc., tienen su lugar en la trama. Se caracteriza este escritor por llevar al lector a través de su relato, a situaciones interesantes que viven sus personajes, que luego de giros y actitudes repentinas, acaban en finales imprevistos y ocurrentes.   Su obra más conocida, Los cuatro millones, titulada así por el número de habitantes que tenía Nueva York en aquellos años del principio del siglo veinte. Hemos escogido, --según nuestro parecer-- uno de sus mejores cuentos, “El regalo de los Reyes Magos”,  por demás ingenioso, que pertenece a la referida obra.
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EL REGALO DE LOS REYES MAGOS   (O. Henry)

Un dólar y ochenta y siete centavos. Eso era todo. Y setenta centavos estaban en céntimos. Céntimos ahorrados, uno por uno, discutiendo con el almacenero y el verdulero y el carnicero hasta que las mejillas de uno se ponían rojas de vergüenza ante la silenciosa acusación de avaricia que implicaba un regateo tan obstinado. Delia los contó tres veces. Un dólar y ochenta y siete centavos. Y al día siguiente era Navidad.
Evidentemente no había nada que hacer fuera de echarse al miserable lecho y llorar. Y Delia lo hizo. Lo que conduce a la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, con predominio de los lloriqueos.
Mientras la dueña de casa se va calmando, pasando de la primera a la segunda etapa, echemos una mirada a su hogar, uno de esos departamentos de ocho dólares a la semana. No era exactamente un lugar para alojar mendigos, pero ciertamente la policía lo habría descrito como tal.
Abajo, en la entrada, había un buzón al cual no llegaba carta alguna, Y un timbre eléctrico al cual no se acercaría jamás un dedo mortal. También pertenecía al departamento una tarjeta con el nombre de "Señor James Dillingham Young".
La palabra "Dillingham" había llegado hasta allí volando en la brisa de un anterior período de prosperidad de su dueño, cuando ganaba treinta dólares semanales. Pero ahora que sus entradas habían bajado a veinte dólares, las letras de "Dillingham" se veían borrosas, como si estuvieran pensando seriamente en reducirse a una modesta y humilde "D". Pero cuando el señor James Dillingham Young llegaba a su casa y subía a su departamento, le decían "Jim" y era cariñosamente abrazado por la señora Delia Dillingham Young, a quien hemos presentado al lector como Delia. Todo lo cual está muy bien.
Delia dejó de llorar y se empolvó las mejillas con el cisne de plumas. Se quedó de pie junto a la ventana y miró hacia afuera, apenada, y vio un gato gris que caminaba sobre una verja gris en un patio gris. Al día siguiente era Navidad y ella tenía solamente un dólar y ochenta y siete centavos para comprarle un regalo a Jim. Había estado ahorrando cada centavo, mes a mes, y éste era el resultado. Con veinte dólares a la semana no se va muy lejos. Los gastos habían sido mayores de lo que había calculado. Siempre lo eran. Sólo un dólar con ochenta y siete centavos para comprar un regalo a Jim. Su Jim. Había pasado muchas horas felices imaginando algo bonito para él. Algo fino y especial y de calidad -algo que tuviera justamente ese mínimo de condiciones para que fuera digno de pertenecer a Jim. Entre las ventanas de la habitación había un espejo de cuerpo entero. Quizás alguna vez hayan visto ustedes un espejo de cuerpo entero en un departamento de ocho dólares. Una persona muy delgada y ágil podría, al mirarse en él, tener su imagen rápida y en franjas longitudinales. Como Delia era esbelta, lo hacía con absoluto dominio técnico. De repente se alejó de la ventana y se paró ante el espejo. Sus ojos brillaban intensamente, pero su rostro perdió su color antes de veinte segundos. Soltó con urgencia sus cabellera y la dejó caer cuan larga era.
Los Dillingham eran dueños de dos cosas que les provocaban un inmenso orgullo. Una era el reloj de oro que había sido del padre de Jim y antes de su abuelo. La otra era la cabellera de Delia. Si la Reina de Saba hubiera vivido en el departamento frente al suyo, algún día Delia habría dejado colgar su cabellera fuera de la ventana nada más que para demostrar su desprecio por las joyas y los regalos de Su Majestad. Si el rey Salomón hubiera sido el portero, con todos sus tesoros apilados en el sótano, Jim hubiera sacado su reloj cada vez que hubiera pasado delante de él nada más que para verlo mesándose su barba de envidia.
La hermosa cabellera de Delia cayó sobre sus hombros y brilló como una cascada de pardas aguas. Llegó hasta más abajo de sus rodillas y la envolvió como una vestidura. Y entonces ella la recogió de nuevo, nerviosa y rápidamente. Por un minuto se sintió desfallecer y permaneció de pie mientras un par de lágrimas caían a la raída alfombra roja.
Se puso su vieja y oscura chaqueta; se puso su viejo sombrero. Con un revuelo de faldas y con el brillo todavía en los ojos, abrió nerviosamente la puerta, salió y bajó las escaleras para salir a la calle.
Donde se detuvo se leía un cartel: "Mme. Sofronie. Cabellos de todas clases". Delia subió rápidamente Y, jadeando, trató de controlarse. Madame, grande, demasiado blanca, fría, no parecía la "Sofronie" indicada en la puerta.
-¿Quiere comprar mi pelo? -preguntó Delia.
-Compro pelo -dijo Madame-. Sáquese el sombrero y déjeme mirar el suyo.
La áurea cascada cayó libremente.
-Veinte dólares -dijo Madame, sopesando la masa con manos expertas.
-Démelos inmediatamente -dijo Delia.
Oh, y las dos horas siguientes transcurrieron volando en alas rosadas. Perdón por la metáfora, tan vulgar. Y Delia empezó a mirar los negocios en busca del regalo para Jim.
Al fin lo encontró. Estaba hecho para Jim, para nadie más. En ningún negocio había otro regalo como ése. Y ella los había inspeccionado todos. Era una cadena de reloj, de platino, de diseño sencillo y puro, que proclamaba su valor sólo por el material mismo y no por alguna ornamentación inútil y de mal gusto... tal como ocurre siempre con las cosas de verdadero valor. Era digna del reloj. Apenas la vio se dio cuenta de que era exactamente lo que buscaba para Jim. Era como Jim: valioso y sin aspavientos. La descripción podía aplicarse a ambos. Pagó por ella veintiún dólares y regresó rápidamente a casa con ochenta y siete centavos. Con esa cadena en su reloj, Jim iba a vivir ansioso de mirar la hora en compañía de cualquiera. Porque, aunque el reloj era estupendo, Jim se veía obligado a mirar la hora a hurtadillas a causa de la gastada correa que usaba en vez de una cadena.
Cuando Delia llegó a casa, su excitación cedió el paso a una cierta prudencia y sensatez. Sacó sus tenacillas para el pelo, encendió el gas y empezó a reparar los estragos hechos por la generosidad sumada al amor. Lo cual es una tarea tremenda, amigos míos, una tarea gigantesca.
A los cuarenta minutos su cabeza estaba cubierta por unos rizos pequeños y apretados que la hacían parecerse a un encantador estudiante holgazán. Miró su imagen en el espejo con ojos críticos, largamente.
"Si Jim no me mata, se dijo, antes de que me mire por segunda vez, dirá que parezco una corista de Coney Island. Pero, ¿qué otra cosa podría haber hecho? ¡Oh! ¿Qué podría haber hecho con un dólar y ochenta y siete centavos?."
A las siete de la noche el café estaba ya preparado y la sartén lista en la estufa para recibir la carne.
Jim no se retrasaba nunca. Delia apretó la cadena en su mano y se sentó en la punta de la mesa que quedaba cerca de la puerta por donde Jim entraba siempre. Entonces escuchó sus pasos en el primer rellano de la escalera y, por un momento, se puso pálida. Tenía la costumbre de decir pequeñas plegarias por las pequeñas cosas cotidianas y ahora murmuró: "Dios mío, que Jim piense que sigo siendo bonita".
La puerta se abrió, Jim entró y la cerró. Se le veía delgado y serio. Pobre muchacho, sólo tenía veintidós años y ¡ya con una familia que mantener! Necesitaba evidentemente un abrigo nuevo y no tenía guantes.
Jim franqueó el umbral y allí permaneció inmóvil como un perdiguero que ha descubierto una codorniz. Sus ojos se fijaron en Delia con una expresión que su mujer no pudo interpretar, pero que la aterró. No era de enojo ni de sorpresa ni de desaprobación ni de horror ni de ningún otro sentimiento para los que que ella hubiera estado preparada. Él la miraba simplemente, con fijeza, con una expresión extraña.
Delia se levantó nerviosamente y se acercó a él.
-Jim, querido -exclamó- no me mires así. Me corté el pelo y lo vendí porque no podía pasar la Navidad sin hacerte un regalo. Crecerá de nuevo ¿no te importa, verdad? No podía dejar de hacerlo. Mi pelo crece rápidamente. Dime "Feliz Navidad" y seamos felices. ¡No te imaginas qué regalo, qué regalo tan lindo te tengo!
-¿Te cortaste el pelo? -preguntó Jim, con gran trabajo, como si no pudiera darse cuenta de un hecho tan evidente aunque hiciera un enorme esfuerzo mental.
-Me lo corté y lo vendí -dijo Delia-. De todos modos te gusto lo mismo, ¿no es cierto? Sigo siendo la misma aún sin mi pelo, ¿no es así?
Jim pasó su mirada por la habitación con curiosidad.
-¿Dices que tu pelo ha desaparecido? -dijo con aire casi idiota.
-No pierdas el tiempo buscándolo -dijo Delia-. Lo vendí, ya te lo dije, lo vendí, eso es todo. Es Nochebuena, muchacho. Lo hice por ti, perdóname. Quizás alguien podría haber contado mi pelo, uno por uno -continuó con una súbita y seria dulzura-, pero nadie podría haber contado mi amor por ti. ¿Pongo la carne al fuego? -preguntó.
Pasada la primera sorpresa, Jim pareció despertar rápidamente. Abrazó a Delia. Durante diez segundos miremos con discreción en otra dirección, hacia algún objeto sin importancia. Ocho dólares a la semana o un millón en un año, ¿cuál es la diferencia? Un matemático o algún hombre sabio podrían darnos una respuesta equivocada. Los Reyes Magos trajeron al Niño regalos de gran valor, pero aquél no estaba entre ellos. Este oscuro acertijo será explicado más adelante.
Jim sacó un paquete del bolsillo de su abrigo y lo puso sobre la mesa.
-No te equivoques conmigo, Delia -dijo-. Ningún corte de pelo, o su lavado o un peinado especial, harían que yo quisiera menos a mi mujercita. Pero si abres ese paquete verás por qué me has provocado tal desconcierto en un primer momento.
Los blancos y ágiles dedos de Delia retiraron el papel y la cinta. Y entonces se escuchó un jubiloso grito de éxtasis; y después, ¡ay!, un rápido y femenino cambio hacia un histérico raudal de lágrimas y de gemidos, lo que requirió el inmediato despliegue de todos los poderes de consuelo del señor del departamento.
Porque allí estaban las peinetas -el juego completo de peinetas, una al lado de otra- que Delia había estado admirando durante mucho tiempo en una vitrina de Broadway. Eran unas peinetas muy hermosas, de carey auténtico, con sus bordes adornados con joyas y justamente del color para lucir en la bella cabellera ahora desaparecida. Eran peinetas muy caras, ella lo sabía, y su corazón simplemente había suspirado por ellas y las había anhelado sin la menor esperanza de poseerlas algún día. Y ahora eran suyas, pero las trenzas destinadas a ser adornadas con esos codiciados adornos habían desaparecido.
Pero Delia las oprimió contra su pecho y, finalmente, fue capaz de mirarlas con ojos húmedos y con una débil sonrisa, y dijo:
-¡Mi pelo crecerá muy rápido, Jim!
Y enseguida dio un salto como un gatito chamuscado y gritó:
-¡Oh, oh!
Jim no había visto aún su hermoso regalo. Delia lo mostró con vehemencia en la abierta palma de su mano. El precioso y opaco metal pareció brillar con la luz del brillante y ardiente espíritu de Delia.
-¿Verdad que es maravillosa, Jim? Recorrí la ciudad entera para encontrarla. Ahora podrás mirar la hora cien veces al día si se te antoja. Dame tu reloj. Quiero ver cómo se ve con ella puesta.
En vez de obedecer, Jim se dejo caer en el sofá, cruzó sus manos debajo de su nuca y sonrió.
-Delia -le dijo- olvidémonos de nuestros regalos de Navidad por ahora. Son demasiado hermosos para usarlos en este momento. Vendí mi reloj para comprarte las peinetas. Y ahora pon la carne al fuego.
Los Reyes Magos, como ustedes seguramente saben, eran muy sabios -maravillosamente sabios- y llevaron regalos al Niño en el Pesebre. Ellos fueron los que inventaron los regalos de Navidad. Como eran sabios, no hay duda que también sus regalos lo eran, con la ventaja suplementaria, además, de poder ser cambiados en caso de estar repetidos. Y aquí les he contado, en forma muy torpe, la sencilla historia de dos jóvenes atolondrados que vivían en un departamento y que insensatamente sacrificaron el uno al otro los más ricos tesoros que tenían en su casa. Pero, para terminar, digamos a los sabios de hoy en día que, de todos los que hacen regalos, ellos fueron los más sabios. De todos los que dan y reciben regalos, los más sabios son los seres como Jim y Delia. Ellos son los verdaderos Reyes Magos.
FIN


Agradecimiento  a Ciudad Seva por el texto del cuento y a es.wikipedia.org por la gráfica.

EL ANGEL CAÍDO

gráfica: bigrafiasyvidas.com


Juan Yáñez                        Agosto 26. 2012

                                    Nos acabamos de enterar por una nota publicada justamente hoy en La Nación de Buenos Aires, y con ella nos servimos de fuente, para traer a la columna a Ingrid Betancourt, quien todavía está en el tapete y  no ha sido olvidada totalmente por la opinión pública internacional.  La ex senadora  y rehén de las FARC,  que durante más de seis años soportó el cautiverio, que a pesar de la incuestionable mortificación y secuelas que ello supone, superara, física y mentalmente, (por lo menos en apariencia) sin mayores inconvenientes, luego de ser liberada. Ya en el momento de descender de helicóptero que la transportara desde su calvario en la selva, se la veía como si hubiere regresado de una aventura turística. Lucía sonriente, elegante con un uniforme militar a la medida, rozagante y mostrando una salud a todas luces envidiable.  De ello hace ya cuatro años. Luego sucedió el imponente traspié político que sorprendió a todos, cuando reclamara al estado colombiano una indemnización por una cantidad millonaria, por supuestas responsabilidades en el incidente, en que culpaba por negligencia a las fuerzas armadas de su país. Hoy, Ingrid Betancourt vive en el Reino Unido, estudia teología y griego antiguo en Oxford y goza de de una salud al parecer estable, Seguramente el largo cautiverio dejó huellas en su psiquis y ello tuvo sus efectos,  pero lo que más le preocupa y lo siente en lo profundo de su corazón, es el aborrecimiento de sus connacionales que le perdieron el cariño, luego de la indecorosa exigencia pecuniaria que habrían de pagar los contribuyente colombianos; ni más ni menos, sus propios paisanos y admiradores. Por supuesto “todo se derrumbó”, como bien dice una canción; sin embargo no le ha ido mal en lo económico. Logró recaudar millones por publicaciones y otras actividades afines y está en proyecto una película. Aún no ha regresado a Colombia, se la suele ver por las principales ciudades europeas, donde aún es reconocida y homenajeada en contraposición al desprecio y olvido en su patria sudamericana. Por supuesto tiene muy en alto el orgullo por su otra  nacionalidad, la francesa. Nación que la glorificara con la Legión de Honor. Distinciones no le han faltado, fue agraciada con el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, en España y recibiera los santos óleos de la santidad por el papa Benedicto XVI, además de  otras importantes deferencias. Nada de ello ha valido para su máxime ambición, llegar a la primera magistratura de Colombia. Sus anhelos  fueron  siempre enfocados hacia el plano político, y para ello son  necesarios los votos  de los electores de la tierra que le vio nacer. Por ahora todo ello luce distante y quizás inalcanzable. Mientras tanto reflexiona sobre los avatares de la vida que le tocara vivir. Afortunadamente dispone de dinero y de posibilidades de incrementarlo haciendo buenos negocios relacionados con su aventurada odisea. Ya el tiempo dirá como sigue la historia…

LA GORRA DE CAPRILES RADONSKI


Imagen: lapatilla.com

Juan Yáñez   Publicado el 11 de agosto de 2012
                          “No hay mal que por bien no venga”.

                                             Evidentemente nuestro CNE, el órgano responsable de la transparencia de los procesos electorales y referendarios;  regulador por excelencia de la equidad electoral y mucho más aún, que  debiera ser de todos; sin embargo, no lo es. En esta Tierra de Gracia, no hay quien ignore que el CNE, forma parte del aparataje chavista y que obedece a directivas del gobierno. Su portavoz, más calificado, su presidenta, Tibisay Lucena, competente dama que antes las cámaras muestra una actitud de seguridad y firmeza, “le ha salido el tiro por la culata”. Que me disculpen los elegantes del idioma por esta expresión propia del vocabulario popular y coloquial,  pero así nos tiene acostumbrados nuestro presidente en sus peroratas y a pesar de que no nos gusta, inevitablemente se nos pega. Así de simple y franco, amigos y consecuentes lectores. La  referida expresión se nos ocurrió, a  propósito del invariable afán de la titular del CNE, de prohibir y censurar, no lo propio, sino lo ajeno, que devino, según nuestra opinión, su desacertado dictamen o advertencia, hacia Capriles Radonski, por el uso de la gorra tricolor.
La doctora Tibisay Lucena logró (sin proponerlo) crear un elemento simbólico que necesitaba la oposición para su campaña.  ¡Ahora la gorra somos todos!!!  Hay gorras por doquier, por donde se vaya y no hay más, porque la demanda es tan exigente que los fabricantes no dan abasto en confeccionarlas. Por ello queda una vez más demostrada la infalibilidad  del conocido refrán: “no hay mal que por bien no venga” Lo axiomático y trascendente de esta situación que compromete al uso de la gorra tricolor radica en la desobediencia del candidato Capriles a quitársela. Como consecuencia de ello, que podríamos llamarlo rebeldía justificada” producida por las numerosas violaciones a las normativas comiciales  reiterativas por demás, del candidato oficialista y que el CNE consiente ilegalmente y en algún momento deberá responder por ello.
Esta prenda (la gorra tricolor) se ha convertido en una digna muestra de absoluta firmeza y de valiente convicción política para aquellos que anhelamos una patria libre y soberana; un trascendental acontecimiento que lejos de ser una eventualidad, se acerca y mucho a la CAUSALIDAD, que no es otra cosa que la  ley natural que alcanza por su propia virtud a producir los hechos de la existencia.
 Como dato ilustrativo  recurrimos a la Historia Universal que nos habla del Gorro Frigio, una especie de caperuza cónica de extremo curvado confeccionado con lana o fieltro. Su probable origen proviene de la región de Frigia, en lo que hoy es Turquía y era un distintivo de emancipación patriótica de ese pueblo. Los griegos lo trajeron a occidente y el  Imperio Romano lo convirtió en el distintivo de los libertos. Durante la Revolución Francesa el gorro frigio  se convertiría definitivamente como símbolo universal de la libertad  y la  independencia. Lo apreciamos en el célebre cuadro de  Delacroix de 1830, “La libertad guiando al pueblo” Lo exhibe en su cabeza la dama que representa a la Libertad, que es símbolo de la República Francesa. A partir del siglo XIX, varias repúblicas  ostentan el gorro frigio en sus símbolos nacionales. Es entonces amables lectores que la gorra tricolor se semeja día a día con el célebre gorro frigio, símbolo de la emancipación de los pueblos sometidos. La gorra tricolor es nuestro símbolo de unidad que pertenece a todos los venezolanos sin distinción de ninguna naturaleza. Ya llegará el tiempo de poner fin a las diferencias inexistentes, concebidas por avieso  capricho irracional y vejatorio. La esperanza reside en el voto del próximo 7 de octubre y en la determinación de no aceptar la violación de  los preceptos constitucionales. La gorra tricolor es un símbolo irrenunciable que distingue a los que amamos la patria.