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Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




UNA TRAGEDIA NACIONAL...

Juan Yáñez

Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 27 de junio de 2010

                  Las tragedias no solo pueden provenir de causas naturales, o de accidentes o de otros motivos de la más diversa índole. El fútbol no ha escapado a estas eventualidades, porque desde los principios del siglo pasado, se ha ido convirtiendo paulatinamente en una manifestación popular muy extendida, especialmente en Europa y Sudamérica, que alcanza a todas las clases sociales y económicas; y enciende las más entusiastas e incontroladas pasiones.

El fenómeno ha sido ampliadamente estudiado y su origen se fundamenta en nuestra humana y ancestral afición por la confrontación. Es una forma de hacer la guerra de manera deportiva e inocua, lo que es ampliamente loable, aconsejable, conveniente y divertida.

Es el fútbol un arte que requiere por los que lo practican una disposición semejante a cualquier otra expresión corporal. Tiene cierta semejanza con la danza; requiere una significativa elasticidad; un importante dominio físico; y además es necesario y por sobre todo lo demás, que el atleta disponga, de una habilidad natural para dominar un balón, especialmente con los miembros inferiores.

 En el Campeonato Mundial Fútbol de 1950, que se celebrara en Brasil, confrontaron en la final, la selección anfitriona, llena de figuras, de gloria y de suficiente calidad para llevarse la Copa y el conjunto que representaba al Uruguay, país más modesto aunque también de larga tradición futbolística.

Ambos llegaron a la clasificación de finalistas después de mucho batallar hasta llegar al cotejo final, que se celebrara el 16 de julio en el célebre estadio de Maracaná de Río de Janeiro. Lo cierto fue, que lejos de todo pronóstico, lo que pudo ser gloria se transformó en una tragedia nacional para la escuadra brasilera y por ende para el Brasil entero.

 La causa fue por un resultado, por demás magnífico y también perfectamente merecido para sus rivales, los uruguayos. Terminó el primer tiempo sin goles, de esta manera Brasil tenía asegurado el título porque solo necesitaba un empate para lograrlo. Al reiniciar el partido abrieron el marcador de inmediato los dueños de casa. Más de doscientos mil espectadores locales, vitorearon el gol y ya se comenzaba a festejar el campeonato.

El público uruguayo presente en el estadio, permanecía silencioso. Era un grupo minoritario, nada significativo y al ser Brasil ampliamente favorito, se irían felices con el solo hecho de no perder por goleada. Al minuto 21, Uruguay anotó y el partido quedó empatado a uno. A pesar de ello el público local siguió alentando a su equipo que consiguió crear situaciones de peligro al arco uruguayo.

 La multitud ya estaba contando los minutos para finalizar el partido que ya los consagraría campeones. Y es a partir allí, que tocados por la magia del destino, los uruguayos logran despertar aquella tenaz y valiente bravura, aquella célebre indómita perseverancia que se conoce como la Garra Charrúa.
 En el minuto 79, llegó el gol uruguayo y el estadio se paraliza con un silencio impresionante del que no se pudo rehabilitar durante los 11 minutos restantes que demoró en finalizar el partido.


 Solo se oían apenas las voces de los pocos celestes allí presentes. ¡Venció Uruguay por dos goles contra uno y se consagró Campeón del Mundo! Eso fue una hecatombe sin parangón, que trascendió a la Historia con el apelativo de “El Maracanazo”. Allí se desencadenó todo un drama nacional que alcanzó visos de tragedia.

Se cancelaron todos los preparativos para un festejo que se daba por seguro, invariable y lejos de toda duda. Absolutamente todo, había sido anticipado en exceso; los homenajes, los discursos previamente escritos, los reconocimientos que incluían hasta los nombres grabados en medallas y las celebraciones programadas por adelantado.

 De antemano e imprudentemente; llegando inclusive hasta las actitudes más ingenuas y grotescas, al festejar la ilusión de ser campeones por primera vez y demostrárselo al mundo. Cada componente del evento a celebrar fue calculado sobre una victoria que solo se conjeturaba y como sucede muchas veces, ocurrió lo que no estaba previsto: El triunfo de Uruguay.

Todo Brasil lloró hasta quedarse sin lágrimas, esa derrota incalculada y terrible. Después del partido las calles de las ciudades brasileras quedaron desiertas Se reportaron numerosos suicidios, algunos fueron del público asistente al estadio que lo hicieron arrojándose desde lo alto de la tribunas al vacío.


 En oposición de lo sucedido en Brasil, del otro lado de la frontera se festejó un triunfo tampoco imaginado por ellos, que llenó de gloria al gentilicio uruguayo. El pueblo se volcó a las calles haciendo una fiesta nacional. Aún hoy a casi sesenta años de aquel acontecimiento se sigue recordando con orgullo la victoria más grande del fútbol uruguayo y una de las más significativas del fútbol mundial.


Por todo ello y otras muchas cosas más, los que realmente saben de fútbol, no olvidan que el balón es perfectamente redondo desde cualquier ángulo que se le mire…

Material gráfico, agradecimientos a:
  damepelota.wordpress.com  
aerogaby.blogspot.com
tempos-futbol.blogspot.com
chama-ivah.blogspot.com  oc.wikinoticia.com   archivomarca.com   http://www.elmundo.es/   info-recargada.blogspot.com   fotos.elgrafico.com.ar  
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¿ES NECESARIA LA GLOBALIZACIÓN?

Juan Yáñez


Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 20 de junio de 2010


          Amables y consecuentes lectores, el mundo de hoy día con toda seguridad debe ser igual al que fue ayer, al que fue hace cien años e igual nos atrevemos a decir, al de los tiempos de Cristo. No hay nada nuevo en la viña del señor.

 Los problemas y las vicisitudes siempre existieron, también siempre fue prudente advertirlos, considerarlos, tomar las previsiones que correspondieren y en definitiva hallarles solución.

 El mundo de hoy, evidentemente tiene un nuevo orden y suponemos que ello es debido a la tecnología, que la encontramos absolutamente en todo, también hasta en la sopa… Unánimemente debemos tener claro aquellos que nos toca participar; luchar para ganarnos la vida y cuidar de nuestra familia, que la adaptación al medio es absolutamente necesario e imprescindible.

El éxito de la permanencia de nuestra especie en el planeta, –a pesar del probable y desfavorable futuro vaticinado- se ha debido a esa cualidad tan significativa. O se adaptó o desapareció definitivamente todo aquello que ha existido en la tierra y esa es una indiscutible verdad. Oímos ahora frecuentemente que mundo ahora se ha globalizado y muchos se muestran recelosos de su significado.

Si consultamos en el diccionario DRAE la palabra GLOBALIZACIÓN encontramos: Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales. Tal definición es perfectamente acorde con la economía y esta ciencia se ocupa de satisfacer las necesidades materiales humanas partiendo de los bienes que no abundan o que es dificultoso o costosa su obtención.

La primera necesidad del hombre es tener buena salud física, mental y espiritual, de disponer de alimentos, de cobijo, de espacio vital, de reproducirse y estar integrado a una familia, ésta a una población y con la suma de éstas se establece una nación. El conjunto de las naciones da lugar a las Sociedades Humanas ella está necesariamente ligada a lo que entendemos por CIVILIZACIÓN y nada de lo que existe puede quedar excluido de ella.

Si consultamos en el DRAE esta última palabra, nos dice: Estadio cultural propio de las sociedades humanas más avanzadas por el nivel de su ciencia, artes, ideas y costumbres. Para allá vamos, cualquier camino que se aparte de la integración será una senda errada y como en ella no existen los atajos o acortamientos, para rectificar debemos necesariamente desandar y empezar nuevamente de cero por el camino correcto.

Es entonces que el proceso que se ha dado en llamar GLOBALIZACIÓN no es otra cosa que el desarrollo de las actividades de tipo social, económico, cultural y político de gran alcance para crear una mayor calidad de vida. No nació de la nada, sino que por razones evolutivas propias de nuestra especie, se ha expandido alrededor del mundo y a partir de la segunda mitad del siglo pasado comenzó a manifestarse.

 Precisamente en este siglo se impulsarán cada vez más las economías que integradas alrededor del mundo simplificaran y abaratarán los procesos de producción; crearán necesariamente nuevas fuentes de recursos, aunadas a una mayor integración y participación. Esta nueva economía acarreará inevitables inconvenientes y descontentos, debido a la complejidad de los diferentes mercados, a su acoplamiento y a la forzosa uniformidad de los ajustes.

 De los problemas surgen las soluciones; la vida mira siempre hacia adelante e invariablemente habrá visionarios, que se encontraran entre los hombres y mujeres de buena voluntad, -que siempre existieron y existirán- y son las fundamentales columnas de la existencia. Los valores éticos y morales necesariamente se basarán en la ecuanimidad, en el respeto mutuo y la tolerancia; esta última deberá tener la mayor amplitud posible.

 Los hombres, -dijo Séneca- deben estimarse como hermanos y como conciudadanos, porque el hombre es cosa sagrada para el hombre. Los valores políticos se sustentarán en la democracia, la única vía de entendimiento posible, -por su pluralismo e igualdad- y en la erradicación de los regímenes despóticos, por la vía de la avenencia pacífica, firme e perseverante.

 El activismo político sano e incorruptible se debe situar en las comunidades y de ellas se proyectaran los líderes con la mayor capacidad idónea y gerencial. Un punto importante del proceso de GLOBALIZACIÓN es la supresión de la pobreza y la educación a todos los niveles sociales.

Para ello es necesaria la integración de firmes voluntades de todo nivel social, educativo, espiritual y político para que aunados todos, se enfrenten a las inevitables dificultades y se encuentren soluciones. Con seguridad DIOS tiene la voluntad de que así sea, solo queda despertar en nosotros esa voluntad, emprenderla, ser honestos, imparciales y justos que por allí es por donde se empieza…


Material gráfico, agradecimientos a:    preguntate.wordpress.com - geocia,wordpress.com  -    www.ite.educacion.es - psuhistoria.wordpress.com -  humanidadglobalizada.blogspot.com - usceap.org - ducomerce.net - blogs.clarin.com - blogparachicas.blogspot.com - edu.jccm.es - taringa.net - corriolst.wordpress.com - orgulloboliviano.blogspot.com - clubjuvenil ppc.wordpress.com - www.oni.escuelas.ede.ar     


DOÑA BARBARA YA PASÓ LOS OCHENTA...





Publicada en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 6 de junio de 2010

Juan Yáñez

Esta novela, la más trascendente de la venezonalidad pasa ya los ochenta años de haber sido publicada. Fue en 1929 en plena dictadura gomecista que su autor adquiriría reconocimiento y nombradía universal por la excelencia literaria de la obra. Rómulo Gallegos era en esos años un profesor de matemáticas que distraía su tiempo libre escribiendo cuentos y relatos breves. Por supuesto no era un aficionado, el talento ya estaba en él y había publicado varios trabajos, entre ellos dos novelas de singular importancia como lo son El último Solar, que reeditaría en 1930 con el titulo de Reinaldo Solar; y La Trepadora.




Gallegos conoció la gloria con Doña Bárbara, que otros grandes de la literatura venezolana no consiguieron y es que en la referida novela, su autor alcanza a despertar el interés hacia lo fidedignamente rural que subyace en lo urbano, presente en toda la idiosincrasia latinoamericana. Ya en 1925 tenía en mente el esbozo de Doña Bárbara. Como la mayoría de los escritores de toda época y nacionalidad que solo conocen lo vernáculo por observación y curiosidad, Gallegos no escapaba de esa invariable peculiaridad.



En 1927 viaja y se establece en los llanos apureños para documentarse sobre la vida de sus pobladores, de sus tradiciones, sus esperanzas y sus desconsuelos. Allí ahonda en la filosofía llanera y le asombra su tenacidad, su bravura y por sobre todo su sapiencia. Descubre las pasiones, la barbarie, las injusticias, la intolerancia, la tiranía y resucita la promesa de las reivindicaciones en la figura de Santos Luzardo, un quijote del llano, que surge como el Ave Fénix de las cenizas de Altamira para luchar contra el atropello de Doña Bárbara, la feroz e implacable dueña, víctima de sus propios resentimientos y tristemente desheredada de justicia en su juventud.




En la novela se manifiestan lo positivo y lo negativo de los arquetipos venezolanos. Complementando a los dos principales protagonistas, hallamos al desvergonzado Pernalete, al desconfiado Carmelito, al cobarde Musiquita, al leal Pajarote y otros personajes de opuestas conductas. Con la fuerza e influencia de los mejores narradores de la España costumbrista, como lo fue Cervantes, Gallegos se erige como un paladín en el espíritu de la metáfora cuando el viejo Melesio se expresa como el Sancho del Quijote, pero sin apartarse ni un ápice de su distintivo venezolano.

Describe el llano en su inmensidad, en su horizonte confundido con el cielo donde el espíritu del hombre no conoce límites; así lo describe Gallegos en la novela:
“¡La llanura siempre! Tierra abierta y tendida, buena para el esfuerzo y la hazaña, toda horizontes como la esperanza, toda caminos, como la voluntad”.

Recoge fielmente las expresiones tradicionales y enriquece ilustrativamente el vocabulario del lector, al explicar el significado de las locuciones; leemos en Doña Bárbara:

“Cachipaliar, es decir, cazar a lazo el ganado no herrado que se encuentra dentro de los términos del hato, es la pasión favorita del llanero apureño.”



Juan Vicente Gómez, a quien por lo menos le habrían leído algunos párrafos de la novela se contagió de su clamor popular y en 1931 lo nombró senador por el estado Apure. Gallegos no aceptó el cargo por ser incongruente con sus ideas, pero tuvo la prudencia de expatriarse a Nueva York, luego va a España y se establece allí hasta 1935, después de la muerte del dictador, regresa a Venezuela.

 Amigos y consecuentes lectores, Doña Bárbara es la obra fundamental de la estirpe venezolana, de su gloria, de su tragedia y también de su incansable esperanza…


Rómulo Gallegos, en el prólogo a la Edición Conmemorativa de los 25 años de la 1ra. Publicación de Doña Bárbara; entre otras líneas escribe:

“Santos Luzardo y Marisela, de pura invención de novelista, pero con formas definidas en las palpitaciones del corazón venezolano. Son, respectiva y complementariamente, la empresa que hay que acometer, una y otra vez, y la esperanza que estamos obligados a acariciar, con incansable terquedad; la obligación de hoy para la sosegada contemplación de mañana”.


           La llanura apureña, sus infaltables corocoras, garzas y potros, presentes en "Doña Bárbara"