Publicada en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 6 de junio de 2010
Esta novela, la más trascendente de la venezonalidad pasa ya los ochenta años de haber sido publicada. Fue en 1929 en plena dictadura gomecista que su autor adquiriría reconocimiento y nombradía universal por la excelencia literaria de la obra. Rómulo Gallegos era en esos años un profesor de matemáticas que distraía su tiempo libre escribiendo cuentos y relatos breves. Por supuesto no era un aficionado, el talento ya estaba en él y había publicado varios trabajos, entre ellos dos novelas de singular importancia como lo son El último Solar, que reeditaría en 1930 con el titulo de Reinaldo Solar; y La Trepadora.
En la novela se manifiestan lo positivo y lo negativo de los arquetipos venezolanos. Complementando a los dos principales protagonistas, hallamos al desvergonzado Pernalete, al desconfiado Carmelito, al cobarde Musiquita, al leal Pajarote y otros personajes de opuestas conductas. Con la fuerza e influencia de los mejores narradores de la España costumbrista, como lo fue Cervantes, Gallegos se erige como un paladín en el espíritu de la metáfora cuando el viejo Melesio se expresa como el Sancho del Quijote, pero sin apartarse ni un ápice de su distintivo venezolano.Recoge fielmente las expresiones tradicionales y enriquece ilustrativamente el vocabulario del lector, al explicar el significado de las locuciones; leemos en Doña Bárbara:
“Cachipaliar, es decir, cazar a lazo el ganado no herrado que se encuentra dentro de los términos del hato, es la pasión favorita del llanero apureño.”
Juan Vicente Gómez, a quien por lo menos le habrían leído algunos párrafos de la novela se contagió de su clamor popular y en 1931 lo nombró senador por el estado Apure. Gallegos no aceptó el cargo por ser incongruente con sus ideas, pero tuvo la prudencia de expatriarse a Nueva York, luego va a España y se establece allí hasta 1935, después de la muerte del dictador, regresa a Venezuela.
Amigos y consecuentes lectores, Doña Bárbara es la obra fundamental de la estirpe venezolana, de su gloria, de su tragedia y también de su incansable esperanza…Rómulo Gallegos, en el prólogo a la Edición Conmemorativa de los 25 años de la 1ra. Publicación de Doña Bárbara; entre otras líneas escribe:










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