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Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




Colonia del Sacramento


Juan Yáñez
Especial para el Diario La Antena. Colonia, Republica Oriental del Uruguay, 14.09.2011. Publicada el 18.09.2011.


                                              Con solo atravesar el Río de la Plata, que explorara por cuenta y mandato de la corona española, Juan Díaz de Solís en 1516 y llamara “Mar Dulce” por la amplitud de su cauce y la carencia de salinidad de sus aguas; nos llegamos tras una breve travesía a la ciudad cuyo nombre nos sirvió de título a la presente nota y que desde los finales del siglo XVII  se le conoce con esta denominación. También al cruzar este río  hemos cambiado de país; Colonia, es una apacible y grata ciudad, enclavada en la orilla levantina del referido río y forma parte del territorio de la República Oriental del Uruguay y que fuera fundada en 1680 por un almirante portugués, quien era en esa época gobernador de Río  de Janeiro en Brasil. El propósito de este asentamiento sobre el estuario del Plata, obedeció a la ambición económica lusitana, de participar en los negocios de la América Hispana en el periodo colonial. Saliéndonos por un momento de la historia, amables lectores y en busca de aquello que despierta nuestro interés, les diremos que atracamos con una embarcación veloz y pertinente, una mañana soleada de la pasada semana, en los muelles de Colonia de Sacramento; habiendo partido de la bulliciosa metrópoli porteña, para darnos un breve paseo por tierras uruguayas. Buenos Aires contrasta en grado superlativo, al menos en espacio, ajetreo y movimiento con esta ciudad “charrúa” la cual es toda tranquilidad, paz, sosiego; dueña de un placentero silencio y por encima de ello, su gente se distingue por la amena hospitalidad que prodiga a los visitantes. Especialmente grato es recorrer sus antiguas calles conservadas como antaño, perderse en su intricado trazado, visitar sus iglesias, museos, la plaza de toros que hoy es solo un documento arquitectónico de pasadas corridas taurinas de los tiempos en que esa actividad era legal en ese país. Su casco histórico, que fuera declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1995, se  identifica con la arquitectura española y la lusitana de los siglos XVII y XVIII y posteriormente con el agregado de construcciones póstumas del periodo colonial. Sus aceras embaldosadas, sus calles adoquinadas, las fachadas de sus edificaciones y otros componentes que todavía muestran la apariencia original, se han conservado a través del tiempo. Ello fue posible por una interesante y precisa circunstancia que hizo que no hubiera ni demoliciones, ni nuevas construcciones por un largo periodo.  Lo que hoy se conoce como Barrio Histórico de la Colonia del Sacramento, el sector céntrico, se detuvo en el tiempo durante casi 200 años. La ciudad, por una eventual, -aunque explicable- declinación social, institucional y económica que se produjera a fines del siglo XVIII, se convirtió en un sitio abyecto con todas las características de un lupanar urbano generalizado. A propósito de ello, según se menciona en un trabajo de investigación que diera origen a un posterior proyecto de restauración y reconstrucción que se efectuaría a partir del año 1968. Con el objeto de informar sobre el tema que nos ocupa, transcribiremos algunos pasajes del mismo que se expresan así: “ …ruina de destrucción y abandono…” y  continuaba: "De prostituta a señora… La historia reciente de Colonia del Sacramento, era un sito olvidado y el último lugar que alguien elegiría para vivir... Por las noches, los dueños de sus calles  eran las prostitutas y sus clientes". “Durante el día, se dejaban ver quienes sobrevivían entre sus ruinas”.  Aprobado el proyecto se dio comienzo a la reconstrucción edilicia con todo lo original que fuera posible rescatar. La restauración final exigió  componentes de difícil obtención y cometido, para alcanzar la mayor autenticidad posible. Las obras fueron terminadas en 1972 y hoy día es posible recorrer sus calles de la misma manera que lo hacían los transeúntes en épocas pasadas. Interesante por demás es el Museo Español, el Museo Portugués; ambos conservan piezas que identifican culturalmente el origen binacional de la ciudad. Es menester destacar la singular preservación del entorno edilicio que ha permitido la utilización de sus calles como exteriores de varias películas de época, como: De eso no se habla (1993) de María Luisa Bemberg, con Marcello Mastroianni como protagonista. De hecho, son pocos en el mundo entero los escenarios de época originales, tan bien conservados, donde no existe a la vista ningún aditamento que desvirtúe la autenticidad del tiempo que sea preciso ambientar. Aquí no existen cables aéreos,  -por lo menos a la vista- que suelen, además de desvirtuar las imágines, afear el aspecto de las ciudades. Aquí se encuentra una vía que se denomina la "Calle de los Suspiros" que es una de las más típicas y conocidas, y de la que se conocen algunas leyendas con mucho de  romanticismo. Existe mucho más digno de mencionarse, como es un faro de época aún activo, y algunos otros testimonios históricos fidedignos que el espacio comunicacional limita… Sigan ustedes bien y  pasen una feliz semana.
Material gráfico: turismoserreno.com

El Teatro Colón o cuando la Música se viste de gala…

Juan Yáñez

Publicado en el Diario La Antena de San Juan de las Morros, Venezuela el 11.09.2011
Especial para el Diario La Antena. Buenos Aires, 06.09.2011

                                          Buenos Aires ostenta el envidiable privilegio de poseer una de las salas de música más perfectas del mundo, que fuera inaugurada en  1908, con la representación de la célebre ópera “Aída” de Verdi. Nos estamos refiriendo, queridos amigos, al Teatro Colón y por muchas razones también está considerado entre uno de los cinco mejores teatros dedicados a la representación operística. Se encuentra en pleno centro de la capital argentina y su edificio responde al estilo combinado del neorenacentismo italiano, con el barroco francés, donde abundan los dorados y  los tonos escarlatas. Su capacidad está cercana a las cuatro mil localidades.  A punto de finalizar el 2006, el edificio y las instalaciones fueron sometidos a un  amplio y cuidadoso proceso de restauración, donde se respetaron las pautas  originales en grado superlativo. Asimismo en esa oportunidad se dotó al teatro de un equipamiento tecnológico de última generación, que lo modernizó y por sobre todo logró conservarle la relevante acústica que le distinguió siempre. La obra exigió una inversión considerable y demandó más de cuatro años su realización. Reabrió sus puertas en ocasión de los festejos del Bicentenario Argentino, el 24 de mayo de 2010.  Su conformación edilicia, es decir el solar donde están asentados sus cimientos, comprende 8.200 metros cuadrados, asimismo forma parte de los monumentos históricos más importantes de la ciudad. Cuenta con siete niveles en torno a la sala, que presenta forma de herradura al estilo italiano. El escenario posee una boca de escena, considerada entre las de más anchura, con un ancho de 34 metros y una profundidad de 35. La cúpula interior de la sala pintada inicialmente por el artista francés Marcel Jambon y que se dañara por filtraciones en 1930, fue reemplazada por otra pintura que realizara Raúl Soldi, un reconocido artista argentino en 1966. En su centro se encuentra una araña de 700 luces, que tiene la particularidad de poder ser descendida por medio de poleas para el cambio de los bombillos fundidos. El foyer (hall de entrada) es de una gran amplitud y una lujosa decoración digna de ser elogiada, del mismo modo las salas contiguas como el Salón Dorado, el Salón Blanco y el Museo que exhibe, entre otros elementos, el vestuario que utilizaron algunas importantes figuras de la lírica internacional.
Asimismo el edificio alberga varias entidades, como lo es el Instituto Superior de Arte, el Centro de Experimentación Musical, la Biblioteca, especializada en el rubro musical y principalmente los talleres que conforman varias secciones dedicadas la mayoría de  ellas a la producción artística. En esta sección se realizan casi todos los elementos necesarios para las representaciones, que van desde el vestuario a la escenografía, pasando por el mantenimiento, cuidado, manufactura y reparación. En lo concerniente a la actividad  específicamente artística, hemos de indicar que reconocidos compositores tuvieron la oportunidad de estrenar y dirigir sus propias obras y al teatro le cupo el honor de presentarlos. Entre ellos figuran personalidades como Igor Stravinski, Pietro Mascagni,  Manuel de Falla, Camille Saint-Saens, etc. Entre los que se ocuparon de la dirección orquestal y entre los solistas que allí actuaron,  sobresalen Arturo Toscanini, Arthur  Rubinstein, Leonard Bernstein,  Wilhelm Furtwangler, Friedrich Gulda, Pablo Casals, Yehudi Menuhin, etc. Entre los cultores del bel canto de épocas pasadas, sobresalen figuras legendarias como Enrico Caruso,  María Callas, Tito Schipa, Lily Pons, Renata Tebaldi, etc.; y entre los principales representantes del ballet, encontramos a  Anna Pavlova, Margot Fonteyn, Rudolf Nuretev, Alicia Alonso, etc. Sería interminable nombrar a todas de las luminarias que se  han presentado en su más de 100 años que transcurrieron desde su inauguración. Días pasados tuvimos ocasión de visitar el teatro y  acceder a algunas de sus dependencias. Asistimos también al ensayo lumínico de la opera de Debussy: Pelleas et Melisande y posteriormente a su representación. Una interesante puesta en escena y unos intérpretes de alto nivel que lograron realzar el interés de la obra .Ya como palabras finales, tomamos las expresiones del apreciado amigo,  Rodrigo Peiretti, un excelente regisseur, actor y dramaturgista, conocedor a fondo de la sala, quien nos dice: Monumento histórico, casa de arte, congregación de artistas y de devotos, cita con el mundo de la Ópera, el Ballet y los Conciertos, lugar de aprendizaje, el Teatro Colón en un encuentro con la exquisitez estética del tiempo que pasó.  Sus salones palaciegos, las arañas, el mobiliario, los vitrales, los murales, las esculturas hacen del Teatro una reliquia invaluable. Pero el Teatro Colón no es sólo una suerte de museo, es un Teatro vivo y en sus entrañas esconde más de 1000 empleados repartidos entre los cuerpos estables artísticos: Orquesta, Coro, Ballet y Actores Figurantes”. Es entonces queridos amigos y consecuentes lectores que de esta manera nos despedimos  hasta la próxima semana y deseamos como es costumbre, un feliz y plácido domingo…

¿Mejor lector, Borges o la Academia Sueca..?

Juan Yáñez

Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 04.09.2011


Especial para el Diario La Antena. Buenos Aires, 30.08.2011

                                               El pasado 24 de agosto del presente año, se celebraron los 112 años del nacimiento de Jorge Luis Borges, el escritor, a quien la Academia Sueca, encargada de decidir, -como lo hace todos los años- sobre quién merece el Premio Nobel de Literatura, fuera reiteradamente relegado y sin embargo esa precisa circunstancia en nada alteró su indiscutible talento y mérito; y por suficientes razones hizo poner en tela de juicio, la probidad, seriedad y confianza, de aquella prestigiosa institución que creara Alfred Nobel.  Apartándonos por el momento de ese tema suficientemente conocido y a propósito de este aniversario, la Biblioteca Nacional Argentina, institución de la que fuera Borges su director durante 18 años, organizó en la ciudad de Buenos Aires, un evento que se denominó “Jornadas Internacionales Borges Lector” en el que se mostraron parte de los libros de su biblioteca personal, que el escritor donara a esa institución y paralelamente fue pautado un ciclo de conferencias en que participaron diversos y calificados disertantes del país y del extranjero. La particularidad  de esta convocatoria, se estableció en la  propuesta: “Borges libros y lecturas” enunciado  que tuvo como punto de partida la observación y el posterior análisis de  los títulos, ediciones, dedicatorias, anotaciones y citas de  aquellos libros de la biblioteca del escritor, referencia que reiteramos. Fueron casi mil volúmenes que Borges legara a la Biblioteca Nacional, durante los años en que se ocupó de su dirección; la mayoría de ellos son libros relevantes de autores clásicos y de otros no menos importantes, pero que difícilmente hubieron de ser de corriente lectura, a no ser porqué los lectores de Borges se sintieran influenciados a tenerlos en cuenta, por ser títulos que el autor de “El Aleph” asiduamente citara en sus escritos y conferencias. De singular importancia para descubrir las peculiaridades que Borges poseía como lector, fueron las anotaciones que el mismo escribiera en pequeñísima letra en las contratapas y páginas en blanco que se encuentran al principio y al final de la generalidad de los libros, precisando la ubicación de los párrafos más relevantes, según su criterio. Es decir que no se comportaba como muchos suponían, de igual manera que los lectores metódicos, que además de leer, subrayan y anotan en los márgenes de las páginas, sus análisis y precisiones. Otra particularidad es que su biblioteca no fuera acumulativa, sino que era sometida a observaciones que denotaban que se la consultaba asiduamente, es decir que lejos de ser un depósito para la conservación de libros, -como generalmente es costumbre- era en realidad un archivo de textos vivos, de constante observación. Fehaciente prueba de ello las dan sus amigos, quienes confirmaron que su biblioteca no sobrepasaba a lo sumo, más de mil quinientos volúmenes. Es imposible, amables amigos, desdeñar la profunda huella que el intelecto del escritor trazara en la literatura universal; suficientes evidencias las dan las constantes investigaciones que en todo el orbe se realizan. Borges poseedor de un talento poco común, se ocupó desde su infancia de explorar todas las fuentes del saber. Haciendo una breve biografía diremos que había nacido en Buenos Aires en 1899 y que muriera en Ginebra en 1986.  Antes de cumplir los siete años escribe en inglés, -idioma que dominara a la perfección- un resumen de la mitología griega. Inmediatamente a posteriori escribe “La visera fatal”, escrito inspirado en un pasaje del “Quijote” y a los nueve traduce del inglés la obra de Oscar Wilde: “El Príncipe Feliz”. Vivió en Europa desde su adolescencia y allí realizó sus estudios secundarios en francés y es en ese idioma que escribe una reseña de tres libros de autores españoles, que publica en un periódico de Ginebra (Suiza). Reside en España desde 1914 a 1918 y allí se relaciona con  destacados escritores del momento y participa activamente en la vida intelectual del país. Regresa a su patria en 1921 y redescubre su ciudad natal, se interesa por los personajes del arrabal de Buenos Aires, por sobre todo el ambiente pendenciero, donde las peleas a cuchillo son lo corriente y lo impactan sobremanera; ello es motivo temático para algunas de sus obras. Su primer libro de poemas es “Fervor de Buenos Aires”, de 1923, luego seguirá “Luna de Enfrente”, más tarde “Otras Inquisiciones”. Publica en periódicos y revistas y su fama de escritor joven se afianza y se va transformando paulatinamente en uno de los escritores más polémicos y brillantes que ha dado América Latina. Entre 1930-1950, escribe algunas de las más extraordinarias ficciones de este siglo: “Historia universal de la infamia”,1935; “Ficciones”, 1935-1944; El Aleph”, 1949; entre otros). En 1961 conjuntamente con Samuel Beckett recibe el Premio Formentor  y desde allí dará  comienzo a su gran reputación intelectual por todo el mundo. Luego es honrado con el título de Commendatore por el gobierno italiano, a posteriori por  el de Comandante de la Orden de las Letras y Artes por el gobierno francés, continuó recibiendo la Insignia de Caballero de la Orden del Imperio Británico y el Premio Cervantes, entre otros numerosos reconocimientos. Interesante fue el resultado de una encuesta que publicara en su momento, un prestigioso periódico europeo en que Borges recibe más votos como candidato al Premio Nobel que el escritor Solzhenitsyn, quien fuera el ganador de esa calificada presea. Años después en 1983 cuando la Academia Sueca otorgara el Premio Nobel a William Golding, uno de los académicos se atrevió a denunciar manejos deshonestos en la elección. Es entonces, queridos amigos, dando fin a la nota y ateniéndonos a lo postreramente anotado, con seguridad no nos  será difícil dar la repuesta adecuada a la pregunta que el titulo contiene. Pasen un feliz domingo…