¿Mejor lector, Borges o la Academia Sueca..?
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 04.09.2011
Especial para el Diario La Antena. Buenos Aires, 30.08.2011
El pasado 24 de agosto del presente año, se celebraron los 112 años del nacimiento de Jorge Luis Borges, el escritor, a quien la Academia Sueca , encargada de decidir, -como lo hace todos los años- sobre quién merece el Premio Nobel de Literatura, fuera reiteradamente relegado y sin embargo esa precisa circunstancia en nada alteró su indiscutible talento y mérito; y por suficientes razones hizo poner en tela de juicio, la probidad, seriedad y confianza, de aquella prestigiosa institución que creara Alfred Nobel. Apartándonos por el momento de ese tema suficientemente conocido y a propósito de este aniversario, la Biblioteca Nacional Argentina, institución de la que fuera Borges su director durante 18 años, organizó en la ciudad de Buenos Aires, un evento que se denominó “Jornadas Internacionales Borges Lector” en el que se mostraron parte de los libros de su biblioteca personal, que el escritor donara a esa institución y paralelamente fue pautado un ciclo de conferencias en que participaron diversos y calificados disertantes del país y del extranjero. La particularidad de esta convocatoria, se estableció en la propuesta: “Borges libros y lecturas” enunciado que tuvo como punto de partida la observación y el posterior análisis de los títulos, ediciones, dedicatorias, anotaciones y citas de aquellos libros de la biblioteca del escritor, referencia que reiteramos. Fueron casi mil volúmenes que Borges legara a la Biblioteca Nacional , durante los años en que se ocupó de su dirección; la mayoría de ellos son libros relevantes de autores clásicos y de otros no menos importantes, pero que difícilmente hubieron de ser de corriente lectura, a no ser porqué los lectores de Borges se sintieran influenciados a tenerlos en cuenta, por ser títulos que el autor de “El Aleph” asiduamente citara en sus escritos y conferencias. De singular importancia para descubrir las peculiaridades que Borges poseía como lector, fueron las anotaciones que el mismo escribiera en pequeñísima letra en las contratapas y páginas en blanco que se encuentran al principio y al final de la generalidad de los libros, precisando la ubicación de los párrafos más relevantes, según su criterio. Es decir que no se comportaba como muchos suponían, de igual manera que los lectores metódicos, que además de leer, subrayan y anotan en los márgenes de las páginas, sus análisis y precisiones. Otra particularidad es que su biblioteca no fuera acumulativa, sino que era sometida a observaciones que denotaban que se la consultaba asiduamente, es decir que lejos de ser un depósito para la conservación de libros, -como generalmente es costumbre- era en realidad un archivo de textos vivos, de constante observación. Fehaciente prueba de ello las dan sus amigos, quienes confirmaron que su biblioteca no sobrepasaba a lo sumo, más de mil quinientos volúmenes. Es imposible, amables amigos, desdeñar la profunda huella que el intelecto del escritor trazara en la literatura universal; suficientes evidencias las dan las constantes investigaciones que en todo el orbe se realizan. Borges poseedor de un talento poco común, se ocupó desde su infancia de explorar todas las fuentes del saber. Haciendo una breve biografía diremos que había nacido en Buenos Aires en 1899 y que muriera en Ginebra en 1986. Antes de cumplir los siete años escribe en inglés, -idioma que dominara a la perfección- un resumen de la mitología griega. Inmediatamente a posteriori escribe “La visera fatal”, escrito inspirado en un pasaje del “Quijote” y a los nueve traduce del inglés la obra de Oscar Wilde: “El Príncipe Feliz”. Vivió en Europa desde su adolescencia y allí realizó sus estudios secundarios en francés y es en ese idioma que escribe una reseña de tres libros de autores españoles, que publica en un periódico de Ginebra (Suiza). Reside en España desde 1914 a 1918 y allí se relaciona con destacados escritores del momento y participa activamente en la vida intelectual del país. Regresa a su patria en 1921 y redescubre su ciudad natal, se interesa por los personajes del arrabal de Buenos Aires, por sobre todo el ambiente pendenciero, donde las peleas a cuchillo son lo corriente y lo impactan sobremanera; ello es motivo temático para algunas de sus obras. Su primer libro de poemas es “Fervor de Buenos Aires”, de 1923, luego seguirá “Luna de Enfrente”, más tarde “Otras Inquisiciones”. Publica en periódicos y revistas y su fama de escritor joven se afianza y se va transformando paulatinamente en uno de los escritores más polémicos y brillantes que ha dado América Latina. Entre 1930-1950, escribe algunas de las más extraordinarias ficciones de este siglo: “Historia universal de la infamia”,1935; “Ficciones”, 1935-1944; “El Aleph”, 1949; entre otros). En 1961 conjuntamente con Samuel Beckett recibe el Premio Formentor y desde allí dará comienzo a su gran reputación intelectual por todo el mundo. Luego es honrado con el título de Commendatore por el gobierno italiano, a posteriori por el de Comandante de la Orden de las Letras y Artes por el gobierno francés, continuó recibiendo la Insignia de Caballero de la Orden del Imperio Británico y el Premio Cervantes, entre otros numerosos reconocimientos. Interesante fue el resultado de una encuesta que publicara en su momento, un prestigioso periódico europeo en que Borges recibe más votos como candidato al Premio Nobel que el escritor Solzhenitsyn, quien fuera el ganador de esa calificada presea. Años después en 1983 cuando la Academia Sueca otorgara el Premio Nobel a William Golding, uno de los académicos se atrevió a denunciar manejos deshonestos en la elección. Es entonces, queridos amigos, dando fin a la nota y ateniéndonos a lo postreramente anotado, con seguridad no nos será difícil dar la repuesta adecuada a la pregunta que el titulo contiene. Pasen un feliz domingo…