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Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




LAS BRUJAS DE SALEM


gráfica: mujeresdeleyenda.blogspot.com

Juan Yáñez

Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 11 de noviembre de 2012
                                             Las Brujas de Salem es el título de una obra de teatro escrita en 1952 por Arthur Miller, el genial dramaturgo norteamericano, quien basara su producción, fundamentalmente en la crítica social y política. La obra citada hace referencia a los juicios que se suscitaron en Salem, una localidad  de Massachussets, en los Estados Unidos de América, en el siglo XVII. Precisamente en 1692,  en que unas mujeres fueran juzgadas, por el delito de “brujería”, que en aquellos tiempos de intolerancia religiosa, se castigaba a los que supuestamente se valían de prácticas mágicas o supersticiosas para hacer el mal, invocando al demonio, quienes en el caso de encontrárseles culpables eran condenados al martirio de  morir en la hoguera. También por aquella época, la “Santa Inquisición” se ocupaba de relacionados menesteres, que incluía además, a la herejía. Arthur Miller, al escribir “Las brujas de Salem” se inspiró en aquellos distantes acontecimientos, como una alegoría al MACARTHISMO, del que fuera también víctima y constituyó sin parangón, un episodio viciado y vergonzoso  de la historia Estaunidense.  Éste será el argumento fundamental en la presente nota. Se desarrolló entre 1950 y 1956, periodo  en que el senador Joseph McCarthy  se ocupara de organizar un absolutista y malicioso proceso que consistía en acusaciones (generalmente especulativas y viles) de deslealtad, subversión o traición a la patria, no apegado al necesario respeto por las pruebas o evidencias. Se aplicaba principalmente a personas sospechosas de ser comunistas, o sustentar ideas de similar carácter y atentar contra el estado. Las personas, organizaciones o instituciones que se opusieron a tal arbitrariedad, que despertara una indignación y preocupación  generalizada, señalaron  al proceso como una "cacería de brujas" y ello dio motivo para que  Arthur Miller se  decidiera a escribir su famosa obra. El término definitivamente peyorativo se suele aplicar generalmente a las situaciones que algunos gobiernos emprenden al perseguir a sus opositores u oponentes políticos y de hecho evidentemente violan los derechos civiles y políticos de los ciudadanos.  El MACARTHIMO, como toda perversión política, encontró un fundamento que lo justificara, aprovechó la tensa situación que originara la llamada “guerra fría”,  que el gigante del norte disputaba con la URSS, en base a los experimentos que esta potencia experimentara con la bomba atómica; al igual que la guerra de Corea que se evidenciaba próxima e ineludible, fue asimismo un factor concluyente.  De hecho, la opinión pública norteamericana se inclinaba a realizar una reacción ofensiva en contra de los enemigos del bloque soviético. Fue entonces, en febrero de 1950 que Joseph McCarthy, senador por Wisconsin, diera inicio a las acciones de una persecución política sin precedentes en la democracia estaunidense. Tal circunstancia era avalada y justificada por una investigación que durante los 10 años anteriores, McCarthy y su equipo realizaron en el senado, con el argumento de descubrir a aquellos supuestamente sospechosos de ser agentes infiltrados o simpatizantes del comunismo soviético que operaban en la administración pública o en las fuerzas armadas o de seguridad del estado. De tal manera, este senador dio comienzo a una formidable “cacería” que contó con el apoyo de fuerzas de entusiastas anticomunistas, psicópatas, extremistas, chivatos, etc., fomentándose la delación y la traición. Tales hechos obviaron lo que una democracia que se precie, tiene como prioridad: La presunción de inocencia. Por el contrario era el inculpado quien debía demostrar ante el senado que no pertenecía o simpatizaba con alguna facción  comunista.  Aquellos que reconocieron su culpa, como es costumbre en estos casos,  podían evitar la acusación delatando a sus camaradas. Entre tantas víctimas se recuerda el caso de los esposos Rosemberg, a quienes se les acusó de haber facilitado a la URSS, información sobre la bomba atómica. Sin pruebas fehacientes fueron ejecutados vilmente por el estado.. También aquella abominación alcanzó al mundo del espectáculo, desde guionistas, productores, directores, actores, técnicos, etc. hubieron de defenderse ante acusaciones sin el menor fundamento. Uno de los actores más perseguidos y vejados fue el famoso Charles Chaplin. Otros que no escaparon a la amenaza fueron Gary Cooper, Ronald Reagan, y Robert Taylor, entre otros también famosos. Infausto episodio que quedó para el recuerdo, sin embargo para curarse en salud será correcto advertir a los ciudadanos del mundo entero que jamás  estos excesos, dejan de ser una amenaza.  Por supuesto todo lo que sube, baja y al macarthismo como todo en esta vida le llegó su fin; el senador McCarthy hubo de responder ante tanta arbitrariedad y quedó en la Historia como un tiranuelo más de los que posaron sus pies en la tierra y aún  lo hacen. Ejemplo de ello lo tenemos en Corea del Norte. Oportuno será tomar en cuenta  lo expresado por  Edward Murrow, periodista norteamericano quien fuera perseguido por el macartismo: “Una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos”.  Pasen un feliz día, amigos y consecuentes lectores

ANFITRIÓN



Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 05 de noviembre de 2012
                            Anfitrión como bien sabemos es aquel tiene convidados a su mesa y los trata con prodigalidad y abundancia. El vocablo tiene origen mitológico y se remonta a la antigua Grecia,  donde se ocuparon de crear un  mundo imaginario de mitos y leyendas  relativos a dioses y héroes propios de su cultura. Mucho antes, otras civilizaciones se habían ocupado de tal menester que se asociaba principalmente a la religión o culto. Ejemplo de ello es la mitología  hindú que abunda en  divinidades que adoptan formas humanas, también de animales, que se comportan con las disipaciones o probidades terrenales propias de cada especie. Sin ir necesariamente tan lejos, tanto Grecia como Roma han suficientemente enriquecido este mundo de fábula, definitivamente imaginario y quimérico. Son historias y leyendas inspiradas en la tradición con la intención de explicar el origen de la Creación, los fenómenos naturales u otros temas cuyo origen  nos es desconocido, donde lo sagrado y lo pagano lograron asociarse para dar forma al argumento narrativo. Volviendo a nuestra palabra en cuestión, amables amigos y consecuentes lectores, con la que titulamos la nota: Anfitrión, es  necesario expresar que  en la mitología griega, Anfitrión era el marido de Alcmena, madre de Hércules,  según nos cuenta un amigo de muchos años, Henry Ruiz Langtry, conocedor e investigador de las culturas antiguas, lo explica con las siguientes palabras en un e-mail que recientemente nos enviara y que dice así: ”Mientras Anfitrión estaba en la guerra de Tebas, Zeus tomaba su forma para acostarse con Alcmena, noche tras noche, tras lo cual ella queda embarazada.
Con el embarazo de Alcmena, un gran alboroto fue creado, porque evidentemente Anfitrión dudó de la fidelidad de su esposa. Al final todo fue aclarado por Zeus y Anfitrión se puso contento por ser el marido de una mujer elegida por el Dios Zeus, para tener sexo. De aquellas noches de amor nació el semidiós Hércules. A partir de allí, el termino anfitrión paso a tener el sentido de:
"aquel que recibe en su casa".  Por lo tanto, Anfitrión es sinónimo de ¡MARIDO ENGAÑADO, FELIZ Y  TRANQUILO!”. La cosa no termina aquí y Henry que de ingenuo nada tiene,  nos alerta  agregando: “Cuando alguien le diga que usted es un buen anfitrión,… por las dudas…esté atento y vigile a su mujer!!!”.  Y finaliza “Demasiada cultura es un problema”
Todo ello nos da motivo para ahondar seriamente sobre la infidelidad femenina e investigando leemos “…que algunos consideran  que las  diferencias entre hombres y mujeres son muchas, y la infidelidad no es la excepción, ya que tanto ellos como ellas ponen el cuerno. Sin embargo, la mayoría de las mujeres, no lo hacen por satisfacción sexual, como sí lo hacen los varones, ellas la mayoría de las veces son infieles por un amor platónico, afecto y sentimientos”. Y continúa. “Estadísticas dicen que las mujeres engañan casi igual que los hombres, casi la mitad (una cifra similar a la masculina), la mayoría buscan más que sólo sexo. Las mujeres son infieles tratando de compensar sentimientos, pasión, cariño, incluso aventura; lo que puede necesitarse si en un matrimonio o relación de noviazgo hay monotonía”.  Agregando lo propio, diremos que  en estos tiempos y en los de otrora,  la infidelidad, -principalmente femenina-  fue siempre motivo, y aún lo será hasta el fin del mundo, tema para desatar la malicia popular, habitual y socarrona,  cuya víctima no será otra que el marido engañado. También viene al caso decir aquello que el refranero popular repite: “Hasta el varón más pintado resulta ser toreado” y otro más soez que dice "Nadie muere mocho". Cada uno sabrá de sus cuitas, si las tiene…, solo nos queda agregar que la nota se inspira en la natural picardía masculina, sin alejarnos del necesario y justo respeto que nos merecen todas las mujeres y en especial nuestras fieles amadas, madres, hermanas, esposas e hijas, la nota no tiene otra intención de pasar un momento sandunguero o divertido, más hoy que es domingo…  Pásenlo ustedes, amables amigos, de la mejor manera posible.
(Fuente informe21.com)  

LA LÍNEA DE FLOTACIÓN

imagen: forumvenezuela.blogspot.com


Juan Yáñez

Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 28 de octubre de 2012

                                          Ante todo reciban nuestros amables y consecuentes lectores un fraternal saludo. Luego del impasse, (ya cordialmente resuelto) causa por la que dejamos de publicar en este medio durante algún tiempo, retomamos la pluma para continuar con el mismo entusiasmo de siempre, la mutua labor: que compartimos con ustedes, amables lectores, desde hace más de cuatro años en ésta, la Columna de Papel.
Quehacer que significó por nuestra parte escribir y por la de ustedes leer. Escribir y leer, actividades consecuentes que pueden asociar criterios o por el contrario, discreparlos. Ambos verbos de significados opuestos, son en realidad las dos caras de una misma moneda de idéntico valor. Necesaria será siempre la comunicación y la disposición a avenir de la manera más apropiada y en ello está implícita la aceptación de la diversidad de criterios u opiniones. La tolerancia es fundamental en las relaciones humanas y esta cualidad es el resultado del  respeto y el comedimiento que poseen las personas honestas o probas y aplicables definitivamente a todas las cosas y situaciones que se presentaren. Dando por ya aclarada la situación, nos dedicaremos al tema que hoy nos ocupa; empezaremos por explicar el significado del título del presente artículo, de lo que se conoce como “Línea de Flotación”. Es un vocablo náutico, una medida ajustada al famoso “Principio de Arquímedes”, el sabio griego de la antigüedad, que dice: “Cualquier objeto flotando en un fluido desplaza una cantidad de fluido igual a su propio peso”. Aplicase este principio a los barcos para darles seguridad y eficiencia en su navegación. Sabemos que  cuanta más carga se introduce en un barco, más se hundirá éste en el agua. A pesar de ello no solo depende de la carga, sino también de acuerdo a  la densidad del agua en la que navegue. Por estas razones un barco calará más en agua dulce que en salada; del mismo modo lo hará más en verano que en invierno debido a que la densidad del agua que varía de acuerdo a la temperatura. Para controlar todo ello existe la Línea de Flotación, una marca que se pinta a un costado de la embarcación que indicará el nivel de la profundidad o calado conveniente para navegar con la mayor aptitud y conveniencia. Esta descripción explícitamente técnica que deriva de la física será  apropiada para nuestra reflexión y la emplearemos a modo de metáfora para establecer la relación entre dos elementos diferentes, pero que se corresponden entre sí. En el caso de la náutica, serán  el barco y el agua; y  en política serán el gobierno y los gobernados.  De esta manera lograremos establecer las pautas elementales que se corresponden con  la manera más apropiada, eficaz y conveniente en  las relaciones entre ambos elementos. Gobernar, es considerar y obrar con ecuanimidad, prudencia y criterio. Gobernar es también sinónimo de mandar y quién manda gobierna y ello implica el respeto a los derechos civiles y políticos de los ciudadanos. Los derechos civiles están determinados fundamentalmente al respeto del imperio de la ley, a la libertad de expresión, de prensa, de tránsito, entre otros. En cuanto a los derechos políticos, principalmente están establecidos en el derecho al sufragio, a elecciones transparentes, al respeto al voto, a la división de poderes, etc. Todo ello forma parte de la democracia participativa que tiene relación con la titularidad del poder y su ejercicio. Éste se ejerce por medio de los elementos representativos, que es sustancialmente, el gobierno. Volviendo a la metáfora que utilizamos y que se corresponde con la Línea de Flotación, agregaremos que gobernar es entre otras atribuciones y obligaciones, fundamentalmente respetar y no excederse de  la enunciada línea de flotabilidad, para  que la nave, que representa al gobierno, navegue con la mayor eficiencia, equilibrio y seguridad en las aguas, que en este caso personalizan a los ciudadanos. De esta manera, amables y consecuentes lectores,  siempre navegaremos con la mayor libertad, armonía y  paz,  para el logro de una prosperidad sustentable y equitativa. Ya para terminar, y con la seguridad que da la avenencia  y con la mejor de las suertes,  arribaremos  a buen puerto. No olvidemos las sabias palabras del Libertador cuando expresó: La libertad práctica no consiste en otra cosa que en la administración de la justicia y en el cumplimiento de las leyes”. Porque es necesario comprender para una fraternal convivencia, tanto social como política, un buen gobernante es el que gobierna equitativamente  para el logro del  bienestar de todos sus gobernados. Definitivamente,  el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.
Pasen amables amigos un plácido y reconfortante domingo…