Este axioma que existe desde la antigüedad tiene una perpetua vigencia. Nuestro comportamiento, la consideración que observamos ante nuestros semejantes, -más aún- hacia todo los que nos rodea, sean animales, vegetales y hasta la materia misma exige en primer lugar: RESPETO. También están los rústicos que proceden como les parece. Son aquellos que no guardan ningún recato, pudor ni dignidad y creyendo que su existencia se antepone a la de los demás, muestran su mala crianza, su clase, su ignorancia y por sobre todo lo que ellos suponen que carecen: Su flaqueza.
Sin llegar a tanto ni a tan poco, hay personas que en su etapa educativa no lograron aprender lo suficiente o por su intemperancia asociada a su soberbia se comportan con poco tacto y alguna pedantería con aquellos con los que discrepan o con aquellos que son más modestos o que ellos estiman inferiores o que no están a la altura de sus supuestos valores personales.
En contraposición a lo anterior, afortunadamente hay -y en ello nos adherimos incondicionalmente- seres dotados de civilidad, respetuosos y con buenos modales, que son el arte de la simpatía y con este proceder logran ser dignos de admiración, agradables, solidarios y dueños de cuanta virtud exista.
Cuanto más humildes y respetuosos seamos con la mejor legitimidad nos serviremos a nosotros mismos y a todos aquellos con quienes compartimos el paso por la vida. No estamos solos, vivimos en sociedad, es forzoso el contacto con los demás. Tomar parte en la sociedad es la más elevada y hermosa virtud de la condición humana. Aprendamos que todo hombre o mujer virtuosa es la más perfecta y abnegada imagen de Dios…Juan Yáñez www.ahoraescuandohay.blogspot.com + www.sisoydealli.blogspot.com
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 14.03.10




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