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Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




LA ESTOCADA DEL DIABLO


Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 06 de mayo de 2012.
                                       El diablo está hecho para la traición y para corromper aquello que no tiene la suficiente disposición y energía, para conservar su pureza. En el “facilismo” humano suele instalarse con toda comodidad, por su engañosa habilidad de ofrecer, es bien recibido, festejado, adulado, hasta que acaba humillando y supeditando a su malignidad a todos aquellos que en él confiaron. Fiel a su ignominia, el diablo jamás abandona la sordidez. Es su espacio vital, por allí se desliza; elucubra, conjetura, acecha, siempre para ampliar su capacidad de causar daño, porque en su naturaleza no cabe más que la perversidad; hábil para falsear la verdad, fingir, disimular y prometer lo imposible. La Historia da cuenta de ello en innumerables vilezas en todos los aspectos posibles de la existencia. Allí encontramos a seres dotados de poder, auténticos demonios con aspecto humano,  que sometieron a muchos, hasta pueblos enteros bajo el yugo de sus caprichos y crueldades. A pesar de sus facultades, jamás el diablo será capaz de doblegar a aquellos que se tienen como norte la justicia, siendo ésta,  una de las cuatro virtudes cardinales, dispuesta a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. La justicia es la característica de los justos, un atributo divino por el cual ordena todas las cosas en número, peso o medida. Ordinariamente se entiende por la divina disposición que infaliblemente premia o castiga según merece cada uno. Entrándonos en terreno práctico, sabemos por viejos, que el diablo ronda por todas partes, hasta se inmiscuye en lo legal o lícito. El pasado 1º de mayo, Día del Trabajador, nos encontramos que la ley que entrara a partir de esa fecha en vigencia, nos confisca como otras tantas veces, por diferentes motivos, la legalidad y el respeto que merecemos como ciudadanos,  hasta nos indispone el buen  ánimo; y lo más insolente: nos menosprecia como seres humanos. El presidente Chávez, por medio de unos poderes que se arrogara luego de los últimos desastres naturales que sucedieron en la República,  potestades que se extendieron sin ninguna razón y se convirtieron en  inconstitucionales, extemporáneas y absolutamente ajenas a sus atribuciones. Afectado por el aciago síndrome que da el poder absoluto, tuvo el dislate  de encomendar a un grupo de leguleyos de su exclusivo círculo, que redactaran una Ley del Trabajo, inconveniente, inconsulta y abusiva con la que pretende tomar un nuevo aire que serviría para estimular su descabellado y nunca aceptado proyecto “socialista”. Un descomunal esperpento con el cual viola severamente la Constitución. La nueva Ley Orgánica del Trabajo, que fuera dictada por el ejecutivo, más no legislada como correspondiera y que convierte a este gobierno en un reiterativo violador de los derechos constitucionales, arrancó el pasado martes a pesar de las protestas de todos los sectores del país. Las organizaciones laborales, los organismos económicos y empresariales, los obreros, empleados, patronos, partidos políticos, los medios informativos, la población en general, han suficientemente advertido el desbarajuste general que habrá de ocasionar su vigencia. Se evidencia en todo ello la torpe disposición  de Chávez para tratar de sustentar su disminuida vigencia frente a las próximas elecciones presidenciales, que bien sabe puede ser derrotado y eliminado del escenario político. Es entonces que se vale de disposiciones populistas de engañosos beneficios para el trabajador y con ello espera  ganar su voto. No se llame nadie a engaño, la ley Orgánica del Trabajo significa el final de las oportunidades para el empleo decente, es decir, digno y sustentable. Ciertamente éste y otros sucesos  provocativos, no admiten dudas que el país se encuentra en una grave crisis, que se asemeja a la suerte que corre una nave sin timón. Son demasiados los desaciertos acrecentados en estos últimos tiempos por la grave enfermedad del Presidente, que imprudentemente insiste en ocultar. Ya se hilan diferencias irreconciliables y se pronostican aún más, entre los miembros de su propio partido, que originan un deterioro generalizado de impredecible final. Pareciera que la ley en cuestión fuera la estocada final del diablo cuando solo le queda  eliminar a su victima, la que ya no dispone de fuerzas para resistir. En breve tiempo la aludida ley ocasionará una crisis  social y económica con el evidente propósito de poner fin a las libertades individuales, arrasar el sistema de libre mercado, que destruirá definitivamente lo poco que queda del sistema productivo nacional. Con la aplicación de la referida ley se estancará aún más, la  producción nacional; la industria y  el comercio se verán afectados, debiendo en muchos casos obligatoriamente cerrar sus puertas, al encarecer la mano de obra por la disminución de la jornada de trabajo y otras disposiciones que atentan contra la competitividad. La clara  intención del régimen es dejar espacio  para lo que se dio en llamar el “Socialismo del siglo XXI”, un comunismo de inspiración bolchevique, fracasado en su tierra de origen y exportado a Cuba; la única nación del mundo que se rige aún en ese despótico lineamento. El Gobierno como patrono comete cotidianamente atropellos de todo tipo. Despide sin justificación alguna a sus obreros y empleados. No les cancela sus haberes ni les paga sus prestaciones, les exige fidelidad partidista. Todavía la Lista Tascón es una referencia insalvable a la hora de despedir y en consecuencia destinar los puestos de trabajo vacantes a sus partidarios. En definitiva, amigos y consecuentes lectores se avecinan conflictos de difícil solución. Ya el país luce caótico, el gobierno pierde su tiempo en su apuro por perpetuarse y no se ocupa de darle solución a la infinidad de problemas que nos aquejan. Pasen un agradable domingo, amigos todos…