|
Albert Camus |
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 25 de marzo de 2012
La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.
Este precepto proviene de Albert Camus, un escritor francés preocupado por los acontecimientos de su época, que dejaran en su obra la huella indeleble de un espíritu atormentado. No era para menos, había nacido en Argelia en 1913, en el seno de una familia pobre, aunque lejos del fragor de 1ra. Guerra Mundial que se suscitaría al siguiente año, que le arrebatara la vida de su padre y su falta diera comienzo prematuramente a un encuentro con las penurias y necesidades mas extremas. Desde su temprana niñez hubo de ayudar a sostener su hogar y trabajar en los más diversos oficios, mientras estudiaba y hasta llegara a la universidad para cursar filosofía, vocación que se frustrara por enfermedad. Durante la 2da. Guerra Mundial integró un grupo de la Resistencia, que luchara contra la ocupación alemana en Francia, posteriormente se dedicaría al periodismo y fundara un periódico, tras la liberación, que versara sobre las ideas políticas librepensadoras. Allí escribió hasta 1947 y a partir de este año se dedicará por entero a su labor literaria, aunque siempre mantuvo estrecho contacto con el periodismo. La nota de hoy, amables amigos y consecuentes lectores toma distancia de los disparates políticos que campean y delatan por su alboroto, una turbulencia inmanejable que sin duda llegará a mayores y para eludirle, y a la vez salir indemnes de sus consecuencias, intentaremos a modo de lance de toreo, dejar pasar de largo al que embiste y ocuparnos de revivir el genio de Camus, para aprovechar el tiempo aprendiendo de su obra y nutrirnos con los mensajes que allí se encuentran. Consecuentemente pasaremos un momento agradable, lleno de interés literario y por sobre todo alejado del tóxico estrés que producen las acciones de desequilibrados personajes que creen arreglar al mundo. Así, definitivamente para curarnos en salud evitaremos que el accionar político imperante nos atrinchere y consiga apartarnos de la cultura y de todo aquello que dignifique y tonifique nuestra mente y espíritu. La cultura nada pide a cambio, tampoco nada quita y lo que no hace daño, algo de bueno tendrá. Daremos inicio a esta reseña partiendo con lo expresado recientemente por Catherine Camus, la hija del escritor y fiel heredera y legataria de su memoria. Ella sintetiza todo lo sostenido por Camus, sobre los ideales de vida que volcara en sus escritos, diciéndonos: "Leer a Camus puede hacer mucho bien" y "más en esta época de consumismo e individualismo en la que se fomenta la reacción epidérmica, sin reflexión", y en la que "se han reemplazado los valores humanos por los de desprecio y eficacia". "la búsqueda de éxito conduce a unos hombres a servirse de otros como medios", y continuó diciendo: "la gente piensa que solo tiene derechos y se olvida de sus deberes". Camus murió en un accidente de tránsito en 1960, tres años después en que le fuera concedido el Premio Nobel de Literatura por una trayectoria literaria donde alcanzó por medio de la novela,"la verdad profunda de la naturaleza humana". Ello conlleva según palabras de Catherine a expresar: “El amor a la libertad y el respeto al ser humano, así como la lucha contra cualquier forma de opresión, que le llevó a ser uno de los primeros hombres de izquierdas en denunciar los regímenes comunistas, lo que le valió la reprobación de prestigiosos intelectuales de su época, con Jean-Paul Sartre a la cabeza, son algunos de los rasgos que definen los principios de Camus”.
Catherine Camus, acaba de publicar en español un libro de fotografías de Albert Camus, en el que ofrece una particular visión de una hija que aún tiene mucho que expresar en lenguaje sencillo en torno a la sugestiva personalidad de su padre.
"Mi padre era sensual, al contrario que muchos otros intelectuales, su mensaje pasaba también por el vientre y por el corazón", afirma, y subraya la "coherencia" que existe entre la persona y el escritor en el caso del autor de "El primer hombre".
"Era un ser humano completo, que amaba la vida, a las mujeres, comer bien, bailar, la naturaleza, el sol, el fútbol...", y, por encima de todo, adoraba a su madre, una mujer casi sordomuda que limpiaba casas y que enviudó cuando él tenía apenas un año. A él le salvaron de la miseria su talento y la cultura, "elemento salvador para los desheredados del mundo", dice su hija y agrega para sustentar su admiración: "La vida es dura, pero hay artistas que dan oxígeno, y creo que papá da mucho". Camus es portador de un mensaje comprometido con los más profundos y solidarios ideales humanos. En su novela, “El Extranjero” su protagonista es acosado socialmente por diferentes razones y acepta resignado su destino. En “La Peste” muestra que la única posibilidad de éxito del individuo se encuentra en “el reconocimiento de una comunidad en cuyas luchas ha de participar”. La obra de Camus está representada en la búsqueda de una cierta ética que permita al hombre ubicarse en la realidad y su existencia contenga los elementos necesarios que le obliguen a encontrar una salida satisfactoria. A partir de ello Camus encausa el derrotero que emprendiera a través de su propia meditación filosófica. Por todo ello y muchas cosas más, vale la pena leerlo, más aún si hacemos caso a la recomendación de su hija, que reiteramos: “Leer a Camus puede hacer mucho bien en estos días…”. Pasen un feliz y plácido domingo, amigos todos…
|
Catherine Camus |
material gráfico: abra360.blogspot.com elpais.com