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Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




EL MORIR, EL DECIR Y LA DIGNIDAD


Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 04 de diciembre de 2011
                                               Inevitable es morir, el  trascendental acto donde finaliza la existencia y donde la dignidad no debería quedar fuera de contexto. Morir es un trance inherente a la vida y está sujeto a ella como las cuentas de un rosario.  Morir es el último episodio de la vida y debería tener perfecta coincidencia con nuestras acciones pasadas, aunque si estas no alcanzaren a ser dignas o aceptables, una sincera y póstuma contrición enaltecería la conciencia de aquel que concluye su existencia. Evidente es, que la vida es una amalgama de errores y aciertos, donde nadie puede disponer de la certeza, ni de la infalibilidad como una cualidad personal. Plausible es reconocer el error y acertado enmendarlo. Seremos solemnemente ciegos si nos ahondamos la superficialidad que dan las presunciones; y alcancemos los valores absolutos y perdurables que se hallan en la profundidad de la conciencia. Ensoberbecernos es un fácil y complaciente derrotero que ocultará la virtud e invariablemente donde no hay virtud habrá ignorancia y envilecimiento. Todo ello será valioso para nuestras reflexiones y jamás será tiempo perdido. Somos criaturas imperfectas, aunque perfectibles y la revisión de nuestro obrar y disposición  será determinante para alcanzar la correcta pauta de la existencia.  El tema de hoy, amigos y consecuentes lectores, deriva de una puntual y precisa circunstancia  del pasado inmediato como lo fue la muerte de Muamar Gadafi. Este hecho nos dará oportunidad para ejercer el derecho de opinión sobre este acontecimiento y las declaraciones del Gobierno Venezolano que procedieron al suceso. La crítica va dirigida hacia el Ejecutivo Nacional, que aunque tardía, no carece de una relevante actualidad por la similitud de los acontecimientos que se están sucediendo en otro país (Siria)  con el cual Venezuela ha establecido recientemente vínculos políticos. Volviendo a Gadafi, destacamos que censurable es desde todo punto de vista y más desde los preceptos cristianos, la violenta muerte del dictador libio, a pesar que los que le dieron muerte le aplicaron la misma medicina que este sátrapa de cuidado, empleara desde hace muchísimos años a su propio pueblo. Es una larga historia de crímenes de la más abyecta naturaleza que soportara gente inocente que clamara por vivir en paz y armonía. Este dictador, lleno de codicia, amante de los lujos y los privilegios, ensombrecido por el poder, con la vileza más acrecentada por su vocación asesina, barrió con saña a cuanto ser no aceptara  sus designios. Sin embargo esa actitud arrogante se trastocó en una despreciable cobardía cuando fuera descubierto, apresado y ya en manos de sus captores temiera por su vida e implorara compasión.  Atrás quedaban sus acciones despóticas y crueles  contra su propio pueblo y hasta ciudadanos inocentes de  otras latitudes a los que alcanzara con sus actos terroristas, en represalia por restricciones económicas que otras naciones le impusieran.  La rebelión que dio origen a su caída se gestó durante años y muchas veces naufragó por culpa de las alcahueterías de gobernantes de países del primer mundo que aceptaban  los lenocinios para favorecer a intereses económicos. Mucho más podemos decir de este semejante, que se creyó Dios y abjuró de todas las probidades  humanas y los derechos de las personas. No hay duda que el pueblo libio agotó la tolerancia y estalló con una violencia incontrolada. Similares acciones comenzaran en otro pueblo árabe y continuarán seguramente por todo orbe donde aumente el descontento y  continúe el  despotismo. El otro tenor que nos ocupa hoy constituye el complemento de lo anteriormente tratado, tiene que ver con honorabilidad en el discurso. Honroso es morir con dignidad, como digno expresarse con templanza y decoro. El Gobierno Nacional por diferentes voceros, tras la muerte de Gadafi,  exteriorizó con  comunicados que enaltecen, sin el menor recato, la figura oprobiosa del dictador desaparecido; ignorando que el occiso jamás respetó los derechos, ni la dignidad humana. Absolutamente inapropiadas fueron las declaraciones del presidente Chávez quien expresara con sus propias palabras, que la muerte del líder libio Muamar Gadafi es un “asesinato” que constituye “un atropello más a la vida”, y afirmó que su ex aliado será ahora recordado como un “mártir”. “Lamentablemente se confirmó la muerte de Gadafi. Lo asesinaron, (es) un atropello más a la vida”, comentó Chávez, quien agregó que el fallecido líder norafricano será a partir de ahora considerado un “mártir” y un “gran luchador”. Estas fueron sus declaraciones a la prensa en la  ciudad de La Grita, donde fuera motivado por su fe en el Cristo,  homónimo de la ciudad, para rogar por su salud. 


Conocido por todo el orbe es la infeliz y bochornosa simpatía del que el presidente venezolano muestra y lo considera un amigo a quien  instaba a proseguir la lucha desmedida y brutal  contra su pueblo. Tal parcialidad impropia e innecesaria  por demás,  nos ofende y avergüenza, más aún por ser alentada por propio presidente.  Nos queda ahora esperar sus comentarios sobre el inevitable derrumbe del gobierno sirio.  Este vergonzoso  régimen  es una copia al carbón del la administración de Gadafi en su represión fraticida y que  su caída será solo cuestión de tiempo. Pasen un feliz domingo, amigos todos...




Material gráfico: personajescaricaturescosdel mundo.wordpress.com