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Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




LA FATUIDAD COMO ARTILUGIO

Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 22 de enero de 2012

                                                       Fatuo es aquel que los necios consideran como un hombre de mérito. La Bruyère
                                                      
                       Los seres humanos somos criaturas perfectibles, es decir que la perfección es una meta a alcanzar.  La vivencia nos ha enseñado que basta darle poder a un necio para que sienta que toca el cielo  y en consecuencia probable será que con sus atribuciones alcance a desmejorar o destruir todo aquello que otros con cordura y capacidad hayan logrado. Desde siempre han abundado personas envanecidas, carentes de tino, moderación y aún de moralidad, que han logrado alcanzar posiciones de mando. Basta leer la historia para enterarnos de todos los desatinos de este orden, ocurridos en todas las  épocas.  La fatuidad es la arrogancia de los necios, que en su pedantería y con cacareada soberbia imponen su autoridad. Lamentablemente ninguna sociedad ha escapado a las aberraciones y disparates de aquellos contrahechos gobernantes que han socavado a sus naciones y por ende a sus pobladores.  Hasta los pueblos más cultos y desarrollados han caído en el infortunio y la devastación que provoca esa aborrecible  plaga. Ejemplos de ello aún  los tenemos a diario, en todo lugar del globo en que fijemos la vista. Hoy día son más notables los excesos, no precisamente porqué se hayan incrementado, sino por la profusión de información que llega con facilidad hasta los rincones más ocultos.  Los últimos acontecimientos políticos que han alcanzado al mundo árabe dan fe de ello. Aún no han acabado, están en plena ebullición y también otros que guardan un paralelismo de sinrazones y excesos. Son países como Irán, en que su gobernante influido por  las jerarquías de la  religión musulmana, -al igual que la cristiana medieval en su época- se convierten en inquisidores y someten a las personas a las iniquidades más crueles y abusivas, amparados por una mala interpretación de la religión. Bien sabemos adonde han  llegado los excesos en este país. Atrocidades como la lapidación y apedreamiento de las mujeres, infinidad de iniquidades, crueles castigos físicos y asesinatos justificados por simuladas convicciones político-religiosas. Un país que constantemente amenaza, que afirma borrará del mapa al Estado de Israel, que califica de falso el holocausto judío y hace continua apología de hechos aborrecibles por la humanidad.   A todo ello nos preguntamos al ser tan pocos los puntos de contacto entre el país persa y los pueblos de nuestra región, para alcanzar a descifrar la retórica y luego dar explicaciones aceptables de las razones necesarias para el acercamiento entre los pueblos, o más propiamente entre los gobiernos que dicen ser por ellos  representados.   ¿Quisiéramos saber que afinidad posible existe entre nuestra cultura y la de la nombrada nación asiática, para establecer lazos de “hermandad” como se pregona?  Todo ello ha propiciado la reciente visita a nuestra región con bombos y platillos del oscuro y artero líder iraní, Ahmadineyad, típico pájaro de cuentas, con su gobierno atravesando dificultades, haciendo agua por todos lados y revestido de una delgada capa de barniz de estadista, con la intención de establecer convenios comerciales bilaterales de comunes intereses. A pesar de las objeciones del mundo libre sigue obstinado en su programa nuclear, al que le es imposible ocultar su finalidad bélica. ¿Y qué pito tocamos nosotros en esta comparsa, amigos y consecuentes lectores, aliándonos con quien provoca a las potencias, nos expone a los riesgos que ello supone y con toda seguridad no necesitaran mayores razones para darle una pronta respuesta a sus agresiones? Aquel que juega con fuego no tardará en quemarse. Digna y precisa fue la actitud de la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, quien señalara para sacudirse la aberración de la presencia en su país de este gobernante, expresando sin cortapisas que estaba “totalmente en contra de la lapidación de Sakineh Ashtiani en Irán”, aquella mujer acusada de adulterio y asesinato en su país. Sin embargo, los gobiernos de los cuatro países que visitara el líder iraní lo agasajaron con claras muestras de conveniencia política. En la corta gira por  Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador, quedó evidenciada la fatuidad de su visita, signada a falta de otras razones de peso, solo por las contundentes e inflamadas declaraciones contra los EE.UU. y toda la cháchara desenfrenada hacia el capitalismo.  Ahmanideyad, presume ser un líder y no es otra cosa que un ser vano, ególatra y desprovisto de cordura. Fidel Castro fiel a su cinismo y su desprecio ancestral por el vecino del norte le concedió un doctorado honoris causa, de esos que se les da cualquier visitante extranjero. Inició su gira en Venezuela con muchas sonrisas, gran protocolo y se le acalambró la mano firmando acuerdos que no son otra cosa que papel mojado. En Ecuador,  el muchacho rebelde que gobierna, fue enfático en apoyarlo y aprovechar la ocasión para descalificar como es su costumbre, a sus enemigos, que también son los de Irán.  El nicaragüense,  sin comerla, ni beberla, seguramente el más inteligente de todos, cumplió con el compromiso que le ordenara su mentor y benefactor. Fue entonces que sin mayor gloria y sí con aquilatada pena transcurrió este evento que careció de significativos logros. Intrascendentes manejes donde se  llenaron  los espacios con la mayor fatuidad posible,  un artilugio de escaso valor y propio de personajes sin mayor cordura,  apropiado sí para lo anecdótico y para lo frívolo. Tengan ustedes un feliz domingo, amigos lectores…