En nuestra columna, amables amigos, desde un principio hemos glosado dentro del más amplio espectro cultural. Hemos entendido y aplicado que cultura es también crítica, es opinión, es adentrarse en la sociedad y tomar parte en sus afanes y perspectivas. Los grandes filósofos clásicos, quienes se ocupaban del pensamiento, también deberían disponer, como cualquier hijo de vecino de tiempo y voluntad para compartir con las personas, enterarse de sus aflicciones y regocijos; además argüir sobre las nimiedades ciudadanas y también intervenir u opinar sobre “cosas serias” entre las cuales se encontraba la discusión y la crítica política. No olvidemos que fue en la Grecia antigua, cuna de grandes hombres, que desarrollaron (por no decir inventaron) la democracia. Por supuesto la política siempre fue para ellos cosa digna, aunque muchas veces los que la ejercían no eran lo suficientemente probos, al igual que en estos tiempos, sin embargo tomaban distancia de parcialidades en pugna y convenían con el consenso; la equidad, la participación generalizada. Salvando las distancias históricas, también las intelectuales y lejos de la sabiduría de aquellos pensadores, intentamos ejercer el derecho de la palabra escrita. Lo hacemos con la mayor mesura, aunque no exenta de apasionamiento; a la vez procurando de ser los más imparciales posibles, sin olvidarnos tampoco, de aquello que dice, lo cortés no quita lo valiente.
Además no carecemos de entusiasmo para exponer las críticas ciudadanas, cuestiones que nos atañen a todos y que son competencia del exordio cultural. La perorata política tan beligerante, excesiva y vigente en estos tiempos preocupa, exige estar alerta ante situaciones que tienden a acortarnos espacios y cercenarnos derechos. Todos los días las autoridades prometen un sin fin de maravillosos beneficios que no es necesario ser muy avispado para descubrir que son meras utopías para ganar tiempo y espacio político. Remiendan una y otra vez el capote y sin embargo luce tan desgarrado que es imposible ocultar la desnudez gubernamental. ¿Por qué tanto discurso y promesa? ¿Por qué no se gobierna de una vez en forma concreta o por lo menos aceptablemente? ¿Es necesario descalificar sin tregua a quienes se le atraviesen, sean políticos de la oposición, o trabajadores, o estudiantes, que dicho sea de paso, días pasados se les arremetió y lesionó despiadadamente y se les encarceló.
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| Estudiante venezolano golpeado por la Policìa de Barinas, Venezuela, la pasada semana. |
¿Por qué se les ha puesto a quienes disientan el mote de contrarrevolucionarios y se les desprecia. No importa si son humildes productores rurales o campesinos que luchan por sobrevivir. Tampoco hay cuidado con los empresarios, posean un trémulo kiosco o un pequeño o mediano comercio y menos aún con las grandes empresas que generan trabajo, producción y recursos para todo el país. Ninguno de ellos tiene la culpa de la inflación y recesión en que esta sumido el país. La culpa es de la incapacidad y la corrupción oficial, cada vez más desbordada. Se amenaza a los medios de comunicación porque informan sobre la cruenta realidad de todos los días; marchas, paros, tomas, huelgas, desordenes, golpizas, robos, atracos, homicidios etc. etc. ¿Por qué se continúa descalificando y ofendiendo con adjetivos indecorosos a los que reclaman? Días atrás la situación de los gremios se complicó y el gobierno al no hallar que hacer con las huelgas de hambre que se han puesto de moda y que el gobierno no sabe como controlar, decretó los aumentos, forzado para tranquilizar la calle.
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| Un enfermero venezolano crucificado en protesta por sus derechos |
No es correcto ni admisible soportar una situación cada vez más caótica, determinante en el aspecto institucional, social y económico que nos deja sin esperanzas para el futuro. Los discursos del oficialismo parecen provenir de un molde o plantilla. Todos sus voceros emplean los mismos estudiados argumentos que no convencen ni a propios ni a extraños.
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| Gadafi y Chávez, imágines no necesitan palabras... |
Provocativo e imprudente es el discurso político del presidente que se arrostra con los conflictos de otras latitudes. Aquí tenemos demasiados problemas que solucionar para parcializarnos con deshonrosos dictadores o sobre terroristas abatidos que se han ocupado por décadas de asesinar y destruir.
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| Bin Laden, el terrorista abatido... |
Aquí nadie nos ha de invadir para aprovecharse del petróleo, no estamos en guerra con nadie, aquí queremos todos vivir en paz, desarrollar nuestras habilidades, emprender aquello que tiene que ver con el trabajo, con el estudio, con la estabilidad, con el progreso. Estamos hartos de mala política, de ineficiencia, de corrupción, de malos servicios; de contemplar impávidos como se destruye el país. Lo que sí anhelamos es que se respete la Constitución , que se concrete la igualdad de oportunidades en todas las actividades de la sociedad; empleos dignos, escuelas en buen estado y que sus alumnos reciban la alimentación que ahora le es negada, imparcialidad en la justicia, eficiencia y dotación en los hospitales y servicios en general, legitimidad de la propiedad privada, y que no se nos imponga una caprichosa y personal ideología. ¿Es acaso mucho o inapropiado lo que se pide?
Es conveniente e imprescindible que el Primer Mandatario acabe con la polarización en que está sumido el país, para propiciar un reencuentro de todos los venezolanos. En el país hay gente generosa, apacible y valiosa, que es indiferente o disiente con la conducción de la cosa pública; no guarda reconcomios con aquellos que con promesas y artilugios los mal dispusieron para la animadversión y el rencor. Entre esos venezolanos con esperanzas de cambios está lo mejor de nuestra sociedad, son los que piensan, los que poseen ideas progresistas y voluntad de trabajo, todos ellos dispuestos a cooperar para encauzar el país. Decídase Señor Presidente, la envestidura sigue siendo suya y suyo el derecho a gobernar a todos los venezolanos por igual. No está en el ánimo de nadie despojarle de sus derechos pero sí, exigirle sus deberes. Le sobra tiempo, aún quedan casi dos años para terminar su periodo de gobierno. No malemplee la oportunidad y los recursos buscando con regalías su reelección. Usted fue elegido para gobernar a todos lo venezolanos con idoneidad, honestidad, justicia y no lo ha hecho a cabalidad. Ya es hora de gobernar correctamente Señor Presidente, complázcanos por favor…
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| Una de las tantas multitudinarias marchas de la oposición venezolana que le dijeron NO a Chávez... |
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