LAS CÁRCELES, EL GOBIERNO Y LOS DERECHOS HUMANOS
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 26 de junio de 2011
Nuevamente el problema penitenciario vuelve a ser noticia en Venezuela. Ningún gobierno de la “cuarta república” pudo evitar tropezarse con este escollo; tampoco se hicieron las cosas como se debieran y lo poco que se hubo alcanzado, desde los albores de la democracia, se fue desdibujando paulatinamente, hasta llegar hoy día, a convertirse en un problema de difícil y comprometida solución. Esta cuestión tiene su origen, -como todo en este país- en la incompetencia de las autoridades de turno y más tácitamente en las actuales, que aún pretenden gobernarnos a su poco feliz estilo, es decir improvisando, subestimando y ocupándose de aquello que no debieran, desatendiendo lo que les incumbe y que por mandato están obligados a cumplir. Por supuesto y en eso estamos claros, amigos lectores, que el problema de las cárceles es una consecuencia más, -imposible de objetar- del desgobierno actual y su incapacidad para gobernar. Nada es más ofensivo para la inteligencia -y hartos de ello estamos todos- en aceptarle a este gobierno que continúe adosándole los vicios de su incapacidad administrativa a la “cuarta república”, después de más de doce años en el poder; donde aún reina la ineptitud.
Viejo es el problema y desde siempre los políticos en este país han hecho lo posible por ganarse la adhesión de las clases populares, a fuerza de mañas y triquiñuelas populistas. La población penal y sus dolientes, la mayoría de humilde extracción, tienen su propio peso a la hora de reclamar y protestar. El gobierno anda con pies de plomo porque ya bien sabe que a los problemas no hay necesidad de llamarlos para que acudan, de ese modo se embochinche el país, se menoscabe y se desacredite ya más de lo que está. Desde hace ya algún tiempo el brete penitenciario ha hecho crisis y no le queda otra al gobierno que darle una solución inmediata, precisa y expedita, aunque a riesgo de un alto costo político y con responsabilidades penales incluso. En ese sentido, a los gobiernos anteriores nunca les tembló el pulso para restablecer la disciplina cuando fuere necesario. Ahora todo ha cambiado, el mundo se ha globalizado, el respeto por los derechos humanos se ha hecho prioritario, extendido por todo el planeta y está en el tapete internacional.
Este detalle es la principal preocupación del gobierno y bien saben sus personeros que la contingencia es complicada y deben tomar todo con pinzas, con suma prudencia.
En estos últimos tiempos se le dio demasiada soga a la delincuencia, -hasta se valieron de ellos para realizar muchas escaramuzas y otros trabajos sucios- para ahora acortársela de golpe, sin que la acostumbrada ambigüedad les cobre su estipendio. Los derechos humanos son universales y son la piedra angular para calificar a cualquier gobierno, sea de cualquier categoría o tendencia.
Venezuela los viola a mansalva pero pretende ser un adalid de la democracia. DERECHOS HUMANOS tenemos todos y no solo algunos. Tanto derecho tiene un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana, al que se le destina a cumplir arriesgadas funciones de custodia carcelaria, como un delincuente al que se le puso preso por vulnerar la ley. Las cárceles venezolanas se han transformado desde hace tiempo en una aberración imposible de comprender por las reglas y los principios de la disciplina penitenciaria a nivel universal. ¿Cómo es posible que exista un enfrentamiento con armas de fuego entre presos y guardianes dentro de una cárcel. Este sí que es un acontecimiento digno de Ripley; algo tan desmesurado, absurdo y propio de una sociedad decadente. Las armas de fuego dentro de las cárceles nunca habían existido durante la “cuarta república”. Es más, hay reglamentos de larga vigencia que prohíben incluso que sus guardianes las porten en el interior de los penales. Otra pregunta que tiene puntual respuesta es aquella tan elemental que hasta un niño sabe contestar:
¿Quién permite el ingreso de armamento en los claustros penitenciarios? Sin duda es el gobierno el principal responsable de esta corrupción tan irracional. Es necesario que el régimen definitivamente comprenda que es imposible subvalorar y apartar a aquellos que no compartan sus ideas o postulados. Varios gobernadores de estado han ofrecido reiteradas veces al gobierno nacional, darle solución al problema carcelario ocupándose de la administración y cuidado de estos establecimientos. ¿Por qué no se aceptó esa propuesta y así aliviar la situación carcelaria? Todas las cárceles venezolanas están colapsadas, atiborradas de internos, carentes de servicios e inmersas en una corrupción inimaginable. No es posible que se continúe en favorecer a aquellos sumisos gobernadores, que obedecen al gobierno central sin la menor objeción y menos aún con una decorosa dignidad y se estrangule a aquellos de la oposición, con inocultables méritos y con sobrada capacidad gerencial. Los tiempos se agotan, se agota la paciencia y también se agota la credibilidad. Cuando un gobierno se convierte en un bólido que cae en picada, acrecienta su velocidad constantemente y le será imposible, -si no rectifica a tiempo su rumbo- evitar la colisión. Los principios de la física no son ajenos al comportamiento político; las razones no deben jamás despreciarse y las resoluciones deben siempre limitarse al deber, a la ética, a la justicia y se deberán adoptar las providencias que mejor convengan a la seguridad y el bienestar del colectivo. Solo así se darán soluciones que redundarán en beneficios a todos los sectores de la sociedad y facilitará a las autoridades de turno la realización de un buen gobierno pluralista, capacitado, responsable y justo. Pasen un feliz domingo, amigos todos…
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LA JUSTICIA, EL DERECHO Y LA LEY
Juan Yáñez
Ser santos es una excepción; ser justos es la regla. Errad, desfalleced, pecad; pero sed justos. Los Miserables. Víctor Hugo Amables y consecuentes lectores, dedicaremos la columna de hoy a un tema que siempre es de rigurosa actualidad y ya el título de la misma, los está orientando para donde va nuestra intención. Ante todo aclararemos que no somos profesionales del Derecho, ni aficionados a la Jurisprudencia , ni nada parecido, sino simplemente personas comunes y corrientes. El conocimiento de la LEY es un ineludible y primordial compromiso de todos los ciudadanos, de aquellos que se honran y se enorgullecen de serlo, de los que son indiferentes y también de aquellos que prefieren transitar al margen del orden y del derecho. De la misma manera la aplicación de la ley por parte de aquellos que se encargan de su administración los obliga a proceder con la mayor objetividad posible; se debe aplicar la ley conforme a normas y preceptos preestablecidos, jamás ninguna autoridad deberá exceder los límites de sus funciones porque precisamente fuera de sus linderos es donde comienzan los derechos de los demás.
Las LEYES están hechas para cumplirse por todos y por cada uno de los componentes de la sociedad y ese es el primer requisito de su enunciado. Deben guardar su cumplimiento la totalidad de los ciudadanos, desde el Primer Magistrado Nacional, -quien debe ser el primero en respetarla, acatarla y exigir su ejecución- y en escala descendente hasta el último de los componentes de la comunidad. Es oportuno puntualizar que todos los ciudadanos tienen el derecho, aún la obligación, de atender y velar su justa observancia y correcta aplicación. Lamentablemente desde que el mundo es mundo, se la viola o se la ignora reiteradamente, sin la menor tregua, con el mayor descaro y también de la misma manera se exceden o minimizan sus alcances y sus castigos. Del mismo modo se desobedece el mandato de la ley cuando se usurpan los derechos de las personas o las instituciones. Las leyes y las disposiciones se deben ajustar sine cua non dentro de lo que la Constitución ordena. Si las leyes violan o no acatan las disposiciones Constituciónales, serán estas consideradas, Anticonstitucionales y por lo tanto ilegítimas.
Tanto la autoridad que es ejercida y la subordinación que es acatada no se deben apartar de su letra y deben ser ambas respetuosas de su cumplimiento. La administración de justicia es una cuidadosa y delicada tarea que requiere amplitud de criterio para aquellos que la ejercen y por encima de todo, de PROBIDAD, no exenta esta virtud de conocimiento, idoneidad y experiencia. Un magistrado probo, debe hacer honor al adjetivo; ejercer sus funciones con la mayor transparencia posible, ser ecuánime en sus decisiones, no obedecer a ningún interés externo que le aparte de los derechos y obligaciones que su gestión requiere; y por sobre todo asumir la responsabilidad de sus actos ante su conciencia, de la misma forma como está obligado jurídicamente a hacerlo ante la ley y ante las Instituciones del Estado. Reiteramos que de la misma manera que la probidad requiere de la idoneidad, ambas deben estar avaladas por la sensatez, el discernimiento y también con el mayor sentido común.
Con jueces capaces, probos, también de buen tino, responsables, prudentes y no exentos de valentía ya ganamos la mitad de la batalla. Lo demás será firmeza, perseverancia, oficio y una cualidad que deriva de la prudencia: y que también es importante; ella es la tolerancia o la moderación. La exigencia profesional de una autoridad nace de su preparación, experiencia y pericia. De allí sabrá donde está la frontera entre lo admisible y lo inaceptable. Aquellos cuya misión es juzgar, o administrar justicia, deben conocer a fondo la cuestión, desestimar lo que no se encuadre dentro de la ley, observar todos los elementos que están en juego, decidir con la mayor precisión posible, evaluar las posibles consecuencias con responsabilidad y fundamentar correctamente las sentencias. Los reparos y las cautelas no se deben considerar como un signo de irresolución o pusilanimidad, sino por los antónimos de estas palabras. La templanza es una virtud de difícil certeza, que exige de aquellos encargados de evaluar cualquier situación que su decisión no contravenga los derechos o justas reclamaciones de los afectados, ni que se exceda en castigar a los supuestos culpables, pero sí que se cumpla con lo escrito en las leyes y sus reglamentaciones.
Es fundamental al llegar al punto límite de una causa y cuando lo que queda es solo la sentencia, evaluar hasta las últimas instancias el veredicto. A partir de allí solo importará -en el caso de que el procesado sea considerado responsable- que la pena tenga proporcionalidad con la magnitud de lo contravenido y por encima de todo que las decisiones estén en absoluta concordancia con el discernimiento del magistrado y acorde a la ley. Amigos y consecuentes lectores: administrar justicia es una misión sumamente exigente, con mucho de riesgo, de compromiso, de responsabilidad y honor. Sócrates, fiel a sus principios nos legó un aforismo con el cual nos advierte y orienta en cuanto a la justicia: Es preferible soportar una injusticia, que cometerla. Pasen un feliz domingo, amables amigos…
Material gráfico: thetpost.wordpress.com treponemanegro.blogspot.com manuel-miranda.blogspot.com viejoblues.com josepin.net blogs.grupojoly.com
EL DISCURSO DEL HOMBRE DIGNO
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 12 de junio de 2011
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Adán y Eva. (Alberto Durero) |
“No te di, Adán, ni un puesto determinado ni un aspecto propio ni función alguna que te fuera peculiar, con el fin de que aquel puesto, aquel aspecto, aquella función por lo que te decidieras, los obtengas y conserves según tu deseo y designio. La naturaleza limitada de los otros se halla determinada por las leyes que yo he dictado. La tuya tu mismo la determinarás sin estar limitado por barrera ninguna, por tu propia voluntad, en cuyas manos te he confiado. Te puse en el centro del mundo con el fin de que pudieras observar desde allí todo lo que existe en él. No te hice celestial ni terrenal, ni mortal ni inmortal, con el fin de que -casi libre y soberano artífice de ti mismo- te plasmaras y esculpieras en la forma que te hubieras elegido. Podrás degenerar hacia las formas inferiores que son los brutos; podrás -de acuerdo con la decisión de tu voluntad- regenerarte hacia las formas superiores que son divinas.” (Discurso sobre la dignidad del hombre. Giovanni Pico de la Mirándola.
En esta elevada sentencia hay un claro mensaje, pleno de profunda enseñanza, que podrá dar lugar a una precisa reflexión, particularmente en aquellos preocupados por encontrarle un propósito a la vida, más allá de las eventualidades de la diaria rutina y de las estimaciones de grandezas e insignificancias que de ella se derivan. En este discurso su autor, Giovanni Pico de la Mirándola , un pensador y humanista del Renacimiento, nacido en Ferrara, Italia en 1463 y muerto tempranamente 31 años después, personifica al Creador y le habla al hombre en primera persona. De esta manera, amables y consecuentes lectores, DIOS, en la ficción, con claras y concretas palabras trasmite a su criatura más trascendente y suponemos que por ser hecho a su imagen y semejanza, le dedica una especial atención. En sus palabras establece los parámetros de la existencia y lo insta al uso racional de su libertad. El significado de esta palabra, LIBERTAD, es de una excepcional importancia.
Acostumbramos a darle muchos significados, principalmente para sintetizar lo que comprendemos como la liberación de toda opresión, condicionamiento o limitación. Es al primer análisis una actitud natural y subyacente en la conciencia humana. La LIBERTAD es fundamentalmente un patrimonio existente de hecho y de derecho en nuestra naturaleza. De acuerdo a ella, el Creador -en el discurso- establece la responsabilidad y la disposición absoluta de los actos de su criatura y es su propósito de que seamos nosotros, los propios artífices de nuestra realización o destino, concepto que conocemos como el libre albedrío.
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Expulsión de Adan y Eva del Paraíso (Aureliano Milani) |
El mito bíblico de la expulsión por desobediencia, de Adán y Eva del Paraíso da comienzo a una relación existencial por demás conflictiva, en que la religión judeo-cristiana ha sostenido y confundido a los hombres durante siglos. Pico de la Mirándola se cultivó en una diversidad cultural que incluyó fuentes filosóficas y teológicas de diversos orígenes, que incluyó a pensadores latinos, a los clásicos griegos, como Aristóteles y en especial a Platón, y de los filósofos árabes. El texto del discurso está firmemente sostenido por las tres columnas del pensamiento del Renacimiento, que se basan en primer lugar, al derecho irrenunciable a la DISCREPANCIA , en segundo lugar, al RESPETO por las diversidades de opinión, en lo relativo a la cultura, la religión o la política. Y en último lugar el DERECHO a vivir y desarrollarnos con nuestras propias ideas en medio de las diferencias. La Iglesia Católica durante la Edad Media se constituyó en un poder político que obró, -como ya lo acepta la misma, aunque con disgusto- en un equívoco de corrupción y oscuros intereses, apartado de los principios cristianos, que jamás dejaron de ser letra viva en los textos sagrados. El poder eclesiástico se supo arrogar del pensamiento cristiano y cometió en su nombre incontables excesos a las que no escapó Pico.
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Un tribunal de la Santa Inquisición |
Este texto y otros en que mostraba su talante independiente y rebelde, fueron consideradas “sospechosas de herejía.” La cosa no acabó allí, porque nuestro personaje no aceptó la tesis eclesiástica y su insubordinación lo llevó a escribir su Apología, en la que acentuaba sus opiniones firmes y concluyentes. Sus detractores lo acusaron de soberbia y obstinación; por ello fue juzgado y condenado por herejía, -en aquella época los reos de esta acusación acababan en la hoguera-. Pico logra huir y se refugia en Francia, allí fue capturado y encarcelado; sin embargo el que posteriormente fuera rey de los franceses, Carlos VIII, intercede y es liberado. Consecutivamente se instala nuevamente en Florencia a instancias de Lorenzo el Magnífico, uno de los Medicis, poderoso e influyente banquero, político y mecenas, quien le protege y lo insta a proseguir con sus escritos.
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Lorenzo El Magnífico |
Antes de haber cumplido los 28 años la historia lo muestra poseedor de un profundo fervor religioso, que le hace renunciar a los bienes y prebendas de nobleza que aún sustentaba, para convertirse en monje mendicante. Recorre en esa condición por toda la península itálica, hasta que en 1493, el Papa Alejandro VI, lo absuelve de los cargos de naturaleza eclesiástica que aún pesaban sobre él, le levanta la excomunión y lo integra como seglar a la Iglesia. A pesar de que alguna crónica de la época haya vinculado este proceder del Papa a cambio de haber Pico de la Mirándola abjurado de sus creencias, hay suficientes pruebas que no ha sido así. Siempre mantuvo nuestro personaje, humildemente sus ideales y convicciones. Poco tiempo después ingresaría en la Orden Dominica y vistió sus hábitos brevemente hasta su muerte.
Su discurso posee la fuerza que entraña la verdad, su vigencia filosófica es perenne y establece claramente el significado y el alcance del concepto LIBERTAD, como la principal potestad natural de la humanidad. Pasen un feliz domingo, amigos lectores…
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La Humanidad (Cristina Alejos Cañada) Material gráfico: epdip.com holismoplanetario.wordpress.com carmesi.wordpress.com es.wikipedia.org paseandohistoria.blogspot.com pinturayartistas.com |
EL REY ESTÁ DESNUDO
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 05 de junio de 2011
Sí amigos lectores, el rey está desnudo, nada lo cubre, se contonea de aquí para allá como un bailarín de reguetón, como Dios lo trajo al mundo; hace morisquetas, canta, ríe; todavía no llora porque aún no le toca llorar, pero ya llegará el tiempo de ello. Mientras tanto habla, habla y habla.., en su infatigable discurso aborda temas que él supone son de suprema importancia, de alta política, de liderazgos de proyectos que están tomados por los pelos o son puro cuento. Con la mayor naturalidad del mundo se expresa, comparte lo serio con lo trivial, lo anodino, lo intrascendente y lo hace con su particular suficiencia y gracejo. Tiene seguidores, que más que eso son cortesanos, que están siempre presentes a su alrededor, atentos a su discurso. Es oído y festejado por ellos, que hacen de la adulancia un medio de vida; ellos también sonríen, fuerzan alguna carcajada, porque no les queda otra; tienen que mostrar su estudiada complacencia palaciega, porque el rey no admite la adustez y menos aún las caras largas o el ceño fruncido. En palacio todo es optimismo y entusiasmo, por lo menos en apariencia; nadie se atreve a apartarse de esa ilusión, a pesar de que la brisa trae aires que anticipan mal tiempo.
Existe en algunos, que allí se solazan, una cierta inquietud; la exultación les ha mermado, quizás ya no están tan claros en sus valoraciones como al principio, sin embargo deben mantenerse halagando al monarca para no perder sus privilegios, favores y por sobre todo para no caer en desgracia. Fuera del palacio nada está tranquilo. Los súbditos han conmocionado todo el reino y ya no hallan que hacer para hacerse oír. A diario diferentes sectores del pueblo, que incluye hasta a los afectos al monarca, como también aquellos que lo desaprueban, se quejan y lo hacen por diferentes métodos. Últimamente algunos han mostrado actitudes cercanas al sacrificio o la inmolación.
La situación se complica cada vez más y cada vez son más los quejosos; no dan tregua, cuando apenas se logra calmar a unos, surgen otros y el ambiente se convierte en el cuento de nunca acabar. Lo malo de todo esto es que no tiene nada de cuento, no es ficción, es la pura realidad. Sin embargo nos estamos valiendo de un cuento de los hermanos Grimm, titulado “El Rey está Desnudo” para ilustrar acontecimientos con auténticos visos de realidad. Lo cierto es, amables y consecuentes lectores, que el rey de nuestro cuento siempre está deseoso de que lo alaben para sentirse a sus anchas y así lograr su propia estima. El vestuario es para él, de suma importancia; es un consumado comediante que viste con ensayada informalidad, también con uniformidad, con ropa de variadas tonalidades y tampoco le faltan sobrias prendas de afamadas marcas.
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Los Hermanos Grimmm |
Es nuestro rey un personaje que vive inmerso en la ficción, que nada tiene que ver con ninguna monarquía existente o acaecida, ni sabe de potestades de naturaleza nobiliaria, ni nada por el estilo. Hecha esta aclaración seguiremos ocupándonos del cuento; la historia prosigue con la preparación de un acto de gobierno de particular importancia para el reino; su Majestad quiere mostrarse elegante, con prendas distinguidas. Para ello convoca a un sastre de reconocida fama que le han especialmente recomendado; un capacitado artista capaz de realizar un traje antes nunca visto, que lucirá en esa importante celebración. Acucioso el sastre, inmediatamente después de convocado comparece en palacio y luego de tomarle las medidas, le hace saber a su majestad que la prenda que le confeccionará no será un traje cualquiera, sino una vestidura con atributos mágicos. El rey queda sorprendido, encantado, más aún maravillado y sumamente complacido con la propuesta. Continúa el sastre alabando las bondades del atuendo que realizará, pero hace una importante advertencia: El traje, dada su naturaleza mágica, solo podrá ser visto por personas inteligentes, a los necios les será imposible advertirlo.
El rey no cabe dentro de sí, encantado con las palabras del sastre, encarga la prenda y exige celeridad en su confección. Pasarán algunos días y el sastre volverá, ya con la prenda acabada y dispuesto para la prueba. En el recinto real le aguarda el rey rodeado de sus allegados y presuroso se dispone a que se le vista con ese encantador traje mágico. El modisto hace ademán de retirar la prenda de un vacío envoltorio y asume actitudes de estar cubriendo el desnudo cuerpo del rey. Como ya habrán advertido los amables lectores, no hay ningún traje, como tampoco el sastre es sastre, sino un pícaro de siete suelas, que atraído por la fama de ingenuo y manirroto que el rey ostenta y dispone a su discreción el tesoro del reino. Este incorregible pillo ha encontrado una fácil forma de hacerse de dinero sin mayores esfuerzos e impunemente.
El rey frente al espejo se observa y se ve tan desnudo como antes de vestirse, sin embargo recuerda prontamente de la advertencia del sastre: “Solo podrá ser visto por personas inteligentes”. Y es entonces que para no pasar por necio, simula agradarle la prenda, felicita al artista y luego de ordenar su pago le despide. Sus ministros tampoco quieren parecer necios y menos aún contrariar al rey, por ello alaban el invisible vestuario y fieles aduladores de oficio simulan quedar encantados con el atuendo y se atreven hasta lisonjear al monarca por su pretendida elegancia.
El rey sonríe complacido, ha sido halagado, distinguido y cree ya disponer de un maravilloso vestido para aquella importante ceremonia. Llega el día de la celebración, el rey hace su entrada al recinto dispuesto para tal fin, con su acostumbrado aire displicente y altiva expresión; en medio de los aplausos de los cortesanos desfila desnudo. Se dirige hacia el sitial de honor con paso imponente, entre loas y vítores. Al ubicarse en su trono se hace silencio, el rey adopta una expresión acorde con la gravedad del momento, se encuentra en un estado de sublimación muy intensa, cuando de pronto se oye la estridente voz de un niño que grita: ¡Pero si el rey está desnudo! Es entonces que el rey confundido se pone de pié, apenas logra controlarse; intenta cubrirse y de inmediato evidencia el engaño; se desploma sobre el trono, avergonzado, humillado y luego de un instante de ira comienza a llorar desconsoladamente. Todos los invitados socarrones y simuladores, se miran unos a otros turbados, como si hubieran despertado de un embotamiento y en sus pávidos rostros comienza a hacerse presente una obscena, bochornosa expresión de deshonra y vergüenza.
Fueron los hermanos Grimm fecundos escritores de cuentos para niños que además de entretener, consiguen educar. Éste que hemos elegido, es una parodia de las impropias situaciones que salen a la luz, cuando la política es manejada por politiqueros sin oficio ni dignidad. Se les hace difícil de entender, a ciertos gobernantes, que el Poder es un servicio y no un estatus, ni una forma de vida. Situaciones de comicidad y ridiculez de similares características se han repetido a lo largo de la toda la Historia , amen de otros actos viles y terribles que partieron de aquellos que detentaron poder. Sirva entonces la literatura y en especial los cuentos para niños para ponernos a pensar, logrando de ese modo aprender para posteriormente educar…Pasen un feliz día, amigos.
Material gráfico: actini2.blogspot.com javcasta.com esmas.com efedejota.wordpress.com poemas-del-alma.com merengala.blogspot.com carlosbotana.blogspot.com forodeltransporteyelferrocarril.blogspot.com escuelapedia.com elarpamagica.blogspot.com
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