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Bienvenidos amables amigos y consecuentes lectores de nuestra................. COLUMNA DE PAPEL

Blog de Juan Yáñez, desde San Juan de los Morros, Venezuela....

LA FINALIDAD DEL PRESENTE BLOG ES PARA EXPRESAR IDEAS, COMENTAR LO QUE CONSIDERAMOS DIGNO DE ELLO Y HASTA PARA DECIR LO INCONVENIENTE SI FUERA NECESARIO...




LA CELESTINA


Juan Yáñez

                                        La literatura es por sobre todo razonamiento y dicho con la mayor simpleza, una necesidad de emular la vida con una pluma sobre un papel.  El escritor es un facilitador para crear  historias, que inspirado por los acontecimientos que en la existencia ocurren, lo motiva a figurarlos y concretarlos valiéndose de la palabra escrita.
Roland Barthes, el filósofo, filologo y ensayista francés contemporaneo, simplifica las ideas y para ello dice: "La ciencia es basta, la vida es sutil, y para corregir esta distancia es que nos interesa la literatura." Lógicamente, amigos y consecuentes lectores, para que  literatura cumpla su propósito es necesario que existan escritores y ellos obrando como cronistas, de hechos reales o imaginarios, intentarán esencialmente  establecer un “diálogo con su tiempo”. Esta última proposición también proviene de Barthes y a partir de ella, nos adentraremos en nuestro tema: La Celestina.
Es una obra dialogada en prosa, de gran extensión y complejidad, lo que la hace imposible de ser representada en teatro. Fue conocida en sus comienzos (1499) y años después, como Tragicomedia de Calisto y Melibea. Sobre su autoría, a pesar de que durante largo tiempo se dudara, las evidencias se inclinan hacia Fernando de Rojas, nacido en Puebla de Montalbán,Toledo (circa 1476), quien estudiara leyes en Salamanca, posteriormente se desempeñara como Alcalde Mayor en Talavera (Toledo), donde falleciera en 1541.
 El argumento marca la realidad social de las clases altas que existiera en la época, en la transición de la Edad Media y el Renacimiento. Son Calisto y Melibea los protagonistas principales de la historia, sin embargo es Celestina la que se impone en la obra. Por ello se da el cambio del título. Es el personaje mejor logrado y a la vez el más interesante de los protagonistas creados por el autor. La figura de La Celestina ha servido como obligada referencia sobre los manejos sin escrúpulos que se muestran en la sociedad. La Celestina ha pasado a la posteridad como la encarnación de la moral sin el menor recato, que se practica quizás hoy más que nunca, en ese sub-mundo, político, social, económico, etc. para convertir en legítimo todo aquello que no lo es, que contrapone la ley, a la ética, a la decencia, pasando a la torera, sin el menor escrúpulo, sin un ápice de moral, las disposiciones y normas en provecho propio u otros intereses. El personaje de la Celestina no repara en medios para lograr sus objetivos, y es la perversión personificada que envilece a aquellos a quienes somete.
Son Calisto y Melibea, jóvenes de clase alta que protagonizan una relación amorosa, evidentemente contrariada por diversas situaciones e intereses  y es La Celestina la intrigante, la alcahueta de oficio, que obra como mediadora, que  se vale de todos los elementos a su alcance para favorecer, de acuerdo a sus lucros, la relación. Para ello cuenta con la complicidad de los criados del enamorado a quienes promete y engaña para el logro de sus apetencias. La historia termina trágicamente con la muerte de los amantes. Calisto accidentalmente, cayendo de una escalera y Melibea al saberlo se arroja al vacío desde lo alto de una torre. 

Es La Celestina una obra cumbre de la literatura española y muestra además una lección moralizante que ha influido hasta nuestros días en esta sociedad.