PESIMISMO, MÁS NO DESESPERANZA.
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 26 de diciembre de 2010
Queridos amigos y consecuentes lectores, con esta nota que hoy publicamos despediremos el 2010, que ha sido realmente un año difícil para la mayoría de los venezolanos. Muchos han desmejorado en su condición, otros soportado los embates de la naturaleza que provocaron pérdida de vidas, de viviendas, de los pocos corotos que poseían en el menguado confort de las clases más humildes y populares.
Lamento amigos expresarme así.., quisiera encontrar algo positivo que haya acontecido en este año que finaliza y no logro encontrar nada, tan siquiera, que posea un mínimo rescatable de eficacia para poder alejar mi pesimismo. Sí amigos estoy triste; sé que muchos de ustedes también lo están. La tristeza es un sentimiento maligno que desemboca en la desolación y cuando allí se llega es muy difícil recuperar el optimismo y la esperanza. Amigos todos, (no están en mi ánimo, en absoluto, las diferencias políticas o de opinión) no podemos entregarnos sin luchar. Aún no hemos comenzado a tomar en cuenta nuestra responsabilidad por el país del futuro, por el de nuestros hijos, por el de las nuevas generaciones que encontrarán las ruinas de un esplendor pasado. No hay aun una firme decisión que alcance a la generalidad de los venezolanos para exigir nuestros derechos, y que se cumplan los mandatos constitucionales. Todavía no hemos hecho lo suficiente; aún dista la loable decisión que nos haría dignos, ante nosotros mismos por encima de todo, luego ante los que merecen nuestra protección y cobijo, también a aquellos otros necesitados de solidaridad, apoyo y ayuda; y por último ante Dios, nuestra última e ineludible instancia quien espera y aún confía en nosotros.
Se hace necesario para ilustrar el tema que nos ocupa, transcribir (parcialmente) una noticia que tiene que ver con las injusticias y el inaceptable desprecio oficial a nuestro estado, el Guárico; el cual en su inmensa geografía rural, los guariqueños han producido, en mejores tiempos y circunstancias, alimentos en cantidad suficiente para toda Venezuela y que hoy su tierra, muchos de sus hombres y mujeres agonizan sin dolientes y probablemente sin remedio. La nota a la que hacemos referencia fue publicada el domingo pasado en El Universal y firmada por la periodista Angie Contreras, acompañada por una impresionante gráfica que muestra a unos nobles vacunos que apenas sobreviven mostrando solo cuero y huesos.
Dice así: “Calabozo. Desolación. Ese es el ambiente que se respira en los predios que han sido intervenidos por el Instituto Nacional de Tierras (INTI) en los municipios Miranda y Ortiz, en el estado Guárico. Con el argumento de que las tierras presuntamente se encontraban "ociosas", "baldías", "improductivas" o que los suelos estaban "subutilizados", el INTI ha traspasado a manos del Estado más de 32.750 hectáreas en 17 fundos, que eran propiedad de productores agropecuarios de esa entidad. Hoy casi todas esas tierras, que están bajo la administración de los organismos adscritos al Ministerio de Agricultura y Tierras, se encuentran justamente en esas condiciones: ociosas, baldías, improductivas y, además, abandonadas. Con mucha impotencia y resignación, los ex propietarios ven que día a día se deterioran por falta de mantenimiento esas unidades de producción, que con trabajo y sacrificio labraron durante muchos años.
En principio, algunas de esas tierras "rescatadas" fueron entregadas en concesión a familias campesinas que posteriormente, ante la falta de capacidad para producir rubros agrícolas en suelos tipo V (que son aptos sólo para la ganadería) abandonaron las tierras. En la mayorías de esas fincas intervenidas también se han registrado casos de invasiones, de las cuales muy pocas se mantienen en estos momentos. El pago de las bienhechurías de esas fincas intervenidas es un tema tabú del que ningún funcionario quiere hablar”.
Amigos, solo me queda despedirme de ustedes hasta el próximo año y desearles que cumplan con el júbilo que acompañan a las doce campanadas que marcan el fin de un año que no fue ni pródigo ni venturoso. A partir del último tañido dará comienzo un nuevo año en el que depositaremos nuestras ESPERANZAS, con una gran dosis de OPTIMISMO y FE. Hagámoslo en la amable compañía de la familia, de los amigos y de todos aquellos que se nos acerquen a compartir. Actuemos en afectuosa hermandad, aún con aquellos que disintamos; recordemos que no dejan de ser nuestros hermanos y es necesaria la reconciliación. Impropia sería hasta la menor diferencia y apropiado el mutuo respeto y aprecio…Que Dios nos bendiga a todos…¡Feliz y próspero 2011..!
Material gráfico, agradecimientos a: perugourmand.blogspot.com elsalvador.com laverdad.com codigovenezuela.com videolife.tk docentesytc.wordpress.com