Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros,Venezuela el 03 de octubre de 2010
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Una ciudad de imposible comparación |
Esta celebérrima ciudad de extendida fama es con toda seguridad, amigos y consecuentes lectores, la más emblemática de las capitales europeas y del mundo entero. Desde hace siglos brilla y aún lo hace con luz propia y de allí parte la acertada denominación: La Ciudad Luz.
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La Revolución Francesa se gestó en París |
De su seno partió el lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, que es una síntesis de la Declaración de los Derechos Humanos que se establecieron (por lo menos en los papeles) a partir de la Revolución Francesa, que más propiamente debería llamarse con toda probidad: La Revolución Parisina.
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La Torre Eiffel hace inconfundible a París |
La excelsa belleza de esta ciudad viene de siglos y se mantiene hasta nuestros días dada la excelencia de los materiales y de los elementos arquitectónicos de primera línea que desde sus comienzos se dispusieron en ella y del amor y cuidado que le prodigan sus habitantes y el celo y la responsabilidad de las autoridades.
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La Catedral de Notre Dame |
Fue fundada a partir de la mitad del siglo I, A.C. en las inmediaciones del lugar que ocupa uno de sus símbolos más apreciados, la Catedral de Notre Dame, que fuera comenzada a edificar a mediados del 1.200. En el transcurrir de la Edad Media cuando el continente europeo sufría sin clemencia el mayor desorden, las luchas feudales y religiosas, Paris, ya era el ombligo del mundo, amigos lectores.
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Puente de Alejandro II sobre el Sena |
Allí acudían los intelectuales y artistas más destacados de todo el orbe y allí fueron tratados los temas culturales, filosóficos, político-sociales, científicos y de cualquier otro interés humano que han trascendido en la civilización y que aún guardan vigencia. Luego de existir numerosas e importantes instituciones dedicadas a los estudios religiosos, científicos y artísticos, se creo hacia el 1.200, la Universidad de Paris, que es nada menos que “La Sorbona”, prestigioso claustro al que acudían y acuden hoy día los estudiantes más destacados del mundo.
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La Universidad de París: La Sorbona |
Allí se hablaba solo el latín, -la excelsa lengua que diera lugar a nuestros idiomas románicos- como lengua académica y también cotidiana, a pesar de ser ya en esa época una lengua muerta. De esa peculiaridad, deriva el nombre que se le da al Barrio Latino, que aún existe y es contiguo a la Universidad y allí era donde se alojaban los estudiantes.
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El Barrio Latino en la actualidad |
Residir en esta ciudad siempre ha sido una trascendental experiencia y un honor para aquellos que sobresalieron en cualquiera de las áreas de las actividades liberales y en especial, la artística. La mayoría de los hombres y mujeres reconocidos por sus aportes al universo cultural de todas las disciplinas han hecho de Paris su lugar de habitación. Allí se encontraron, se relacionaron y se integraron a la metrópoli artistas, intelectuales y científicos de todo el planeta.
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Le Moulin de la Galatte, óleo del pintor impresionista
Auguste Renoir (1841-1919) |
Aún hoy día en estos tiempos de la globalización y de un desmesurado desarrollo arquitectónico en muchas ciudades de gran importancia y adelanto, Paris sigue siendo y será siempre París.
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La célebre Exposición de París de 1889,
conmemorando
el Primer Centenario de la Toma de la Bastilla
durante
la Revolución Francesa |
Sin lugar a la menor discusión su monumento más destacado y emblemático sigue siendo la Torre Eifel, la célebre estructura de hierro que fue construida para la Exposición Internacional de París en 1889. La Catedral de Notre Dame, uno de los monumentos más notables del mundo, edificado en la “Ile de la Cité”, una isla del Sena, el simbólico río que atraviesa Paris. El Arco de Triunfo donde están grabados a cincel los nombres de los héroes de Francia y algunos otros que no siendo franceses lucharon desinteresadamente por la libertad, como es el caso de nuestro “Precursor”, Francisco de Miranda.
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El Arco de Triunfo |
Los maravillosos jardines, los espacios abiertos, los bosques, los bulevares y avenidas todos llenos de una originalidad única y sin precedentes embellecen la ciudad.
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Incomparables jardines,
al fondo el Palacio de Versalles |
Los Campos Eliseos, el Palacio de Versalles, la Basílica del Sagrado Corazón, el Teatro de la Ópera, el Museo del Louvre y otros tantos espacios de gran interés y tradición.
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El Museo del Louvre. En primer plano la
Pirámide de Cristal |
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Montmatre, lo que quedó
del Impresionismo.
Puestos en las aceras que venden reproducciones |
Los barrios parisinos todos llenos de encanto, en particular Montmatre, donde se encontraban muchos de los talleres de los pintores Impresionistas, donde todavía se disfruta de los paseos, de las terrazas de los cafés en plena calle y en pleno contacto con la vida ciudadana.
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En el Café de Flore, en la esquina del boulevard Saint Germainy la rue Benoit, en pleno París,sentados ante una mesa en la calle, compartiendo con familiares, amigos y viendo la vida pasar... |
Existe un sin fin de lugares atractivos y todos con historia. Todavía se conservan los empedrados de las calles, los muros, los paseos de antaño, los lugares tradicionales auténticos, todos perfectamente conservados que pueden además de ser vistos, pisados, tocados y disfrutados a plenitud. París, amigos y consecuentes lectores, es una ciudad sin parangón en el mundo.
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El mismo de antaño y en el mismo lugar.
Todavía en pié. |
Posee el maravilloso encanto de poder discurrir amablemente la vida sentado ante una mesa de un café en plena vía, observando los mil y un tipos de características personalidades que conviven en esa agraciada gran ciudad.
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La juventud divino tesoro
y el placer de compartir |
Ya finalizando, es necesario amables lectores, dar una explicación sobre el origen de la famosa frase con que titulamos la nota de hoy y es la siguiente:
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Enrique IV de Navarra
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Enrique IV (1553-1610) de Navarra, (era su tierra natal) quiso ser rey de Francia, pero topó con el impedimento de que él no era católico y por lo tanto le era imposible acceder a ello.
Entonces pronunció la célebre frase que quedara para la posterioridad: Paris bien vale una misa, indicando con ella, que estaba dispuesto a convertirse al catolicismo para acceder al trono francés.
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Réplica del Trono de Luis XIV |
Precisamente allí, se originó el famoso proverbio que da a entender, que para alcanzar algo relevante merece aceptar hasta lo considerado inaceptable
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No podríamos dejar de incluir en esta nota a la mujer parisiense. Catherine Deneuve en sus años mejores mostrando su inocultable belleza.
Para la época en que esta foto fue tomada, la presente gráfica era consideraba atrevida y difícilmente publicada. Hoy afortunadamente nos libramos de esas afectaciones que en honor a la verdad eran solo ruines hipocresías. La belleza es obra sublime de Dios. ¿Por qué habría de ocultarse?
P:D: A pesar de la acotación precedente, el autor insiste y pide disculpas a las damas que podrían llegar a incomodarse, por serle absolutamente imposible
omitir la foto de la agraciada juventud de la Sra. Catherine Deneuve.
Material gráfico, agradecimientos a: destino.me viajarsi.com mundocity.com letona.wordpress.com radiouniversidad.wordpress.com membersfortunegity.es cityguidesblog.com absolutfrancia.com ebrisa.com historiagastronomia.blogia.com elhombre3.blogspot.com sobrefrancia.com comunidadmuchoviaje.com sobreparis.com viajeslapipadelindo.com taringa.net vanessa-spain.blogspot.com nik-las.com love2d.com |