Domingo de Monteverde |
PÁEZ FOREVER...
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 03 de enero de 2011
Queridos amigos y consecuentes lectores de nuestra columna, comenzamos este nuevo año recordando a un personaje por demás encomiable que ha nutrido de valor y coraje las páginas más selectas de nuestra historia. Y lo hacemos en un momento en que el país soporta una situación por demás crítica y en el que es necesaria la calma e inexcusable el valor de todos sus ciudadanos. De los claros atributos que posee la palabra que inmediatamente atrás subrayamos y valiéndonos de la conocida metáfora donde se compara esa virtud con una noble madera con la sustancia con que están hechos los hombres valientes. Por ello nos corresponde asentar, -sin que nos quede la menor duda- que de esa preciosa materia estaba hecho el general José Antonio Páez.
Un hombre del más modesto origen que se hizo a sí mismo, forjándose con una férrea voluntad y determinación, cumpliendo las labores más humildes propias del llano venezolano donde el trabajo duro jamás da tregua y de allí parte su entereza y su sabiduría. Desde su niñez, que aunque poco se sabe y por ello nos vemos precisados a imaginarlo a lomo de un caballo con una mano sujetando las bridas y la con la otra su revoleando un lazo, tras las reses, en una sempiterna faena que iba formando un carácter y una personalidad que sería su principal ventaja ante otros que moldeados en condiciones más benignas, aunque no tan efectivas y apropiadas se hicieron. Su juventud no es difícil de imaginar porque en esa etapa de la vida ya se proyecta certeramente al hombre que ha de ser. A partir de allí comienza la historia a mostrarlo como un ser dotado de una distintiva energía, nobleza y agallas, palabra que también subrayamos que nos enfervoriza y obliga a reconocerlo como una figura sin par en la Historia de Venezuela y quizás de la América toda.
Lo hayamos ya en 1812 conchabado en una hacienda donde llegara en busca de refugio luego de herir a un contendor en una riña. Su vocación de soldado prestamente se manifiesta en ese mismo tiempo y lugar donde de las labores del campo consigue su sustento, desarrolla su identidad, se nutre de experiencias y deja transcurrir la vida. Se alista en una rudimentaria hueste organizada por su patrón para combatir a modo de guerrillas a las tropas del Ejército Realista de Monteverde.
Se animan a enfrentarlos y al no salir bien librados se ocultan en una zona boscosa en busca de refugio. Ya en Barinas, su jefe y patrón, agravada su salud por los combates, delega en Páez el mando de ese incipiente ejército y es nombrado Comandante del mismo. Luego se sucede un cúmulo de instantes cronológicos para dar comienzo a la heroica gesta, donde los llaneros fueron los protagonistas de las más encumbradas acciones de la Guerra de la Independencia. Marchó esa gente, lucharon valerosamente empleando sus pericias, conocimientos, arrojo y con ello hicieron patria y que aún en tiempos de paz saben hacerla con el trabajo y sobre todo con la constancia en el mismo. Es posible que algunos de ustedes, amables lectores, se preguntarán porqué agregamos en el título a continuación del nombre de nuestro héroe, la palabra del idioma inglés: forever.
El significado de ella corresponde para nuestro idioma a: siempre. Sin embargo en aquella lengua nórdica su connotación es de un mayor significado y relevancia con la que alcanza el vocablo forever un singular peso e importancia. Y esa precisamente es nuestra intención. Páez, reiteramos y enfatizamos es y será para siempre una personalidad imposible de omitir o subvalorar al hablar sobre valentía o arrojo en las acciones bélicas en que se forjó la Independencia. Sobresaliente, más aún brillante en su más alta medida fue la heroica acción que lideró con sus lanceros en Las Queseras del Medio; reconocida proeza que por su inteligente estrategia, entereza y valor figura en los textos militares de muchos ejércitos del mundo.
A partir de la Batalla de Carabobo en 1821, -donde su actuación fue definitoria para alcanzar sobradamente la gloria y el reconocimiento- Páez pasa a ser el principal protagonista de la escena política venezolana y allí se sitúa hasta el Tratado de Coche en 1863, cuando finaliza la Guerra Federal.
Fueron más de 50 años de lucha, de sacrificio; donde hubo aciertos, fracasos, imprevisiones y grandezas para una vida dedicada exclusivamente a la patria, libre de prosopopeyas y colmada de desinterés y nobleza. Hoy día su figura se agiganta cada día más ante los graves y desafortunados sucesos de naturaleza política, social y económica que el impredecible destino se ocupara de convocar. Páez es Venezuela en grado superlativo y lo seguirá siendo mientras nuestra divisa tricolor flamee libre en esta tierra bendita. Todavía existe un Páez plenamente vigente en los corazones venezolanos, tanto que nos animamos a decir con entusiasmo, firmeza y exaltando las palabras: Aún queda mucho Páez por delante, tanto como para asegurar fehacientemente nuestras más caras esperanzas en el devenir del futuro próximo. Así del mismo modo como titulamos y a la vez daremos termino a la presente nota, reafirmando solemnemente: PÁEZ FOREVER, amigos y consecuentes lectores…
Material gráfico, agradecimientos: biografiasyvida.com joseantoniopaez.blogspot.com venezuelatuya.com freewebs.com efemeridesvenezolanas.com vidaenhierbas.com gentiuno.com generalenjefejoseantoniopaez.blogspot.com