Juan YáñezPublicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 12 de diciembre de 2010
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Julian Assange, el creador de Wikileaks |
Desde hace ya algunas semanas, amables amigos y consecuentes lectores, oímos y leemos esta palabra cada vez con más asiduidad y frecuencia. No vayan a creer amigos, que estamos dándonos ínfulas de especialistas en política internacional o algo por el estilo. Nada de eso. Somos tan ignorantes en esa ciencia como en otras tantas cosas, como cualquier hijo de vecino. Sin embargo no carecemos de curiosidad, tampoco de criterio y nos entusiasma la vida y el hecho de vivirla como a la mayoría de los mortales, como Dios manda.
Sostenemos cada vez con mayor convencimiento que el significado positivo de lo que conocemos como Globalización, es sinónimo de evolución y la palabra que hoy nos ocupa se originó en esta nueva era que ya ha comenzado sin dar vuelta atrás. Consideramos que no muchas cosas son malas o inaceptables siempre que obremos con la mayor buena voluntad, sinceros propósitos, prudencia y nos aboquemos a considerar la utilidad y el beneficio que las rodea y que no causen innecesario daño. Explico: El dinero no es malo, pero sí darle un destino inapropiado u obtenerlo mediante, especulación, engaños o tomarlo ilegalmente. Tampoco lo es la ciencia y la tecnología si su uso beneficia a la vida, no contamina o degrada el ambiente o no nos aleja de la ética y los valores humanos, espirituales o sociales.
“Wikileaks (Wiki-Filtraciones o Wiki-Fugas en español y se pronuncia wikiliks) es una organización mediática internacional sin ánimo de lucro que publica a través de su sitio web, informes anónimos y documentos filtrados sensible en materia de interés público, preservando el anonimato de sus fuentes”. (Definición que corresponde a las propias palabras de la organización). Lo cierto es que el portal de Wikileaks, -que obviamente se halla en Internet- y que fuera fundado en el 2006 por un hacker o dicho en castellano: un especialista en manejos dudosos o ilegales en la red, llamado Julian Assange, -a quien pusieron preso el pasado lunes, aunque por una causa de naturaleza diferente- ha despertado temor y desazón en muchos gobiernos del mundo.
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Assange muestra publicada una de sus denuncias en The Guardian,
sobre la guerra en Afganistan |
No ponemos en tela de juicio que el organismo posea las mejores intenciones pero es correcto que se encuadren ellas dentro de la mayor prudencia, respeto y consideración. Hasta los momentos han divulgado al mundo más de 250 mil cables diplomáticos y otros de naturaleza militar con informaciones consideradas secretas, también abusivas, ilegales y hasta criminales, que comprometen al gobierno de los EE.UU. y a otros de su entorno, competencia o implicancia y también a aquellos reconocidos, sin ambages, como sus enemigos. El escándalo ha sido mayúsculo y a despertado una inquietud de pronóstico en muchas naciones, en especial en el Departamento de Estado del país del norte, que lideriza la señora Hillary Clinton, quien visiblemente molesta montó en cólera contra la fuente informativa y la amenazó con la Justicia pero no se atrevió desmentir los excesos denunciados y es que no pocos se hallan suficientemente probados en imagines, declaraciones y testimonios.
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La Sra. Hillary Clinton |
Por lo pronto ha obligado a poner las barbas en remojo a aquellos gobiernos de países que tienen sus cuitas de que el fenómeno pique, se extienda y los alcance. Como siempre es oportuno el refrán, -el que no la debe no la teme- y es correcto que así sea. Es imposible defender lo indefendible, y a los que les corresponden dar explicaciones, justifiquen sus culpas a cabalidad o reconozcan formalmente sus faltas, presenten sus disculpas o reparaciones y todo aquello que sea obvio, necesario y ético. El periódico El País, de Cali, Colombia publicó un encontrado artículo sobre el tema firmado por Diego Martínez Lloreda, que dice así: “Los periodistas debemos estar felices porque toda esa porquería salga a la luz pública. Y defender a muerte el principio de que lo grave no es que se conozcan las vagabunderías, sino que se cometan. Y si ocurren deben conocerse. Yo estoy convencido de que Julian Assange, creador de Wikileaks, le ha prestado un gran servicio a la humanidad al develar todos los excesos cometidos en el mundo por el gobierno de Obama, con la disculpa de defender la seguridad nacional. Y en lugar de perseguirlo judicialmente, debían darle el premio Pulitzer”.
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Un imposible encuentro |
Asimismo es importante que demos lugar al obvio derecho de réplica, para ello está la opinión de la filosofa y profesora de Harvard, Sissela Bok, que nos dice: “Revelar secretos tiene un sentido ético cuando estos están fundamentados en tomar el bien social y no existe detrás de la intencionalidad una finalidad negativa o un deseo manifiesto de causar un daño irreparable a la integridad de otros. En ese sentido muchas de las filtraciones realizadas por Wikileaks son éticas y otras no. Por ejemplo muchas de las revelaciones realizadas con respecto a las comunicaciones diplomáticas presentadas en días pasados, solo buscan poner en ridículo y avergonzar la diplomacia norteamericana exponiendo comunicaciones privadas con opiniones personales de ciertos agentes estatales, cuyo objetivo reconocido por el Derecho Internacional es velar por los intereses de su nación”
Material gráfico, agradecimientos a: domadis.com crisolplural.com enriquedans.com enjoynate.co.cc porlavidayjusticia.com mischingones.blogspot.com cafebabel.es