Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 5 de diciembre de 2010
|
Don Nicanor Rodríguez ante el mostrador de su bodega |
Ortiz visita nuevamente nuestra columna, apreciados y consecuentes lectores Tal como ustedes recordarán, no hace mucho publicamos un artículo que llevó por título “Las Casas Muertas de Miguel Otero Silva”, en alusión a la obra literaria que simboliza una imperiosa referencia en la historia de esta ciudad.
|
En este mismo local, hoy una frutería funcionó la bodega de Don Nicanor |
En aquella oportunidad la reconocimos con el preciso laconismo que expresaba nuestra sincera simpatía al llamarla “la ciudad llanera de nuestros más caros afectos”. Días atrás, por una eventual circunstancia visitamos nuevamente a Ortiz, después de más de un año de ausencia.
|
A la derecha Fernando Rodríguez, compañía
del autor de la nota, en el interior de La Rodriguera. |
Fue la pasada semana, precisamente el sábado 27 de noviembre que llegamos temprano en la mañana, recorrimos sus calles, la encontramos favorablemente cambiada, con nuevas construcciones y comercios; y por sobre todo tuvimos la dicha de reencontramos con viejos amigos, de conocer a otros nuevos, de disfrutar de una mañana, sumamente pródiga y placentera.
|
En la biblioteca de su padre |
Previamente, durante el transcurso de la semana habíamos acordado telefónicamente con el Profesor Fernando Rodríguez una cita en La Rodriguera, la casa de sus ancestros, en la esquina de la calle Bolívar con Sucre que se mantiene casi inalterable en el tiempo y constituye un inmueble de invalorable importancia histórica, aún perfectamente habitable y conservado, cargado de recuerdos, de anécdotas, de todo lo bueno y lo no tan bueno con que está hecha la vida.
|
En el corredor de La Rodriguera |
Dentro de sus muros transcurrió la existencia de una familia de extensa tradición venezolana que el profesor Fernando Rodríguez Mirabal, heredara en sus genes y continuara con la labor cívica y humanista de su progenitor, el recordado Don Nicanor Rodríguez. Fue don Nicanor un patriarca, un hombre de principios, con la sabiduría propia de los autodidactas y un relevante temple para organizar dentro de las estructuras cívicas y sociales a un pueblo, desmoralizado y necesitado de consuelo y esperanza.
|
El patio |
Su influencia y reconocida capacidad organizativa que hoy llamaríamos gerencial y que humildemente atesorara detrás del mostrador de su bodega, lo hizo presidir en 1938 la Junta Pro Reconstrucción de Ortiz que creara el gobierno del Guárico para sanear, organizar y reconstruir la economía y recuperar el bienestar social perdido. Posteriormente fue legislador y se ocupó cargos de responsabilidad en la administración estatal. Hoy su presencia de connotado hombre público late en los corazones de aquellos que lo recuerdan por ser el artífice del renacer de este pueblo que fuera abatido y olvidado.
|
En el interior. Al fondo la puerta de entrada. A la derecha
la vitrina-ceibó |
Aquel hombre que contagiara su entusiasmo a una sociedad que no le quedaba otra posibilidad que renacer o morir definitivamente, y los animara a continuar con sacrificio, fe y esperanza; dejó mucho de su aliento y tenacidad en los claustros de La Rodriguera.
|
La biblioteca de Don Nicanor Rodríguez |
Encontramos su implícita presencia al traspasar la puerta de entrada, en el mobiliario, en el corredor, en las cañas bravas de su techo, en las cosas, en las matas, en los libros de su biblioteca.
Visitamos este recinto, que se conserva con el mismo cuidado que mantuviera don Nicanor en vida. Están sus libros perfectamente conservados y clasificados, su escritorio, su sillón y los objetos de uso cotidiano.
|
Ante el escritorio de Don Nicanor |
Sobre el corredor, encontramos una vitrina-ceibó que en su angosta verticalidad nos muestra la cristalería y el menaje de aquellas épocas en que el romanticismo tenía una rutinaria presencia que se extendía a las cosas y al uso que a aquellas se les daba.
|
Miguel Otero Silva |
En ese espacio Miguel Otero Silva y la cineasta Margot Benacerraf oyeron de primera mano las precisas descripciones sobre el pasado orticeño que don Nicanor relatara y que motivara a Miguel Otero Silva, a escribir “Las Casas Muertas”.
|
Margot Benacerraf |
Allí llegaron ambos personajes con la intención de recabar información para un proyecto cinematográfico que reflejara los infortunados sucesos que en el pasado asolaron al pueblo. Don Nicanor guardaba en su memoria imborrables recuerdos que comenzaban en su niñez en que fungía de monaguillo y con su propio nombre de pila, Otero Silva lo eternizara en la novela.
|
El fondo del corredor |
El escritor al oír aquellos relatos llenos de gallardía, de vivencias, de emociones, lo motivó y encendió la inspiración necesaria para escribir su novela, la cual sobreviviera a la película, la que nunca llegara a filmarse.
Nicanor Rodríguez dejó este mundo en 1990, y a partir de allí su hijo Fernando se convirtió en su sucesor de hecho y de derecho, en el continuador de aquella voluntad que se esforzara en mantener viva la fe y la esperanza de su pueblo.
Hoy día, el Profesor Fernando Rodríguez Mirabal, nuestro amigo desde aquellos lejanos años en que llegamos a San Juan de los Morros, sigue firme y participando activamente en la vida de su ciudad y es la referencia obligada para dar a conocer el pasado y el presente de Ortiz. En la actualidad, la ciudad y el municipio se ha consolidado en su desarrollo económico, social y cultural después de largos años de esfuerzo y dedicación de sus pobladores.
|
Ante el micrófono de la emisora de radio donde trasmite
su programa sabatino
Aún, -nos dice Fernando, con su particular entusiasmo- queda mucho por alcanzar y para allá vamos. La vocación por educar, por trasmitir los valores humanos lo ha ocupado desde su juventud y hoy día continúa en la brega con el mismo cuidado, perseverancia y civismo de siempre. La investigación histórica que por largos años ha desarrollado en esta ciudad lo ha convertido con suficiente mérito en su Cronista Oficial. Solo nos queda decirle al Profesor Fernando Rodríguez Mirabal, con todo nuestro afecto y reconocimiento de siempre: Adelante profesor... |
|
La esquina de Av. Bolívar y Sucre en la actualidad. Todo el inmueble corresponde a La Rodriguera
A la derecha, sobre la calle Sucre, el frente de la casa.
Material gráfico del autor y de: sanjuandelosmorros.blogspot.com por12metrosdecultura.blogspot.com womenandholywood.com, a quienes se les agradece. |