¿POR QUÉ SE MATAN LAS BALLENAS?
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros el 2 de agosto de 2009
Si le lo preguntásemos a un economista, nos respondería con toda propiedad, que las ballenas son un recurso natural importante para el desarrollo comercial de países que se dedican a su cacería e industrialización. Y no le falta razón. Pero el meollo del asunto es otro; se trata de los atropellos descarados a la naturaleza y a la ética que cometen los que se dedican esta actividad.
Las empresas responsables de esta profanación, violan flagrantemente las regulaciones, convenios y leyes que protegen a la fauna y por ende el delicado equilibrio ecológico. La desproporcionada cacería que se está llevando a cabo, extinguirá más temprano que tarde, las pocas especies que aún sobreviven.
Todo ello se hace con el beneplácito y la complicidad de países que son del primer mundo y que por su desarrollo social, económico y tecnológico, equivocadamente suponemos que son respetuosos del derecho y de los valores morales.
¿Por que este atentado a la vida? A esta vida que Dios nos dio, que nos pertenece por derecho legítimo, que es tan maravillosa y trascendental; tan íntima y tan nuestra, que para vivirla y acaso comprenderla, se nos va la vida por entero.
¿Qué está sucediendo? ¿Por qué permitimos que unos pocos degraden el delicado equilibrio ecológico? Nos sobra el derecho, pero nos falta la voluntad. Faltamos a la verdad, cuando la violamos, pero también pecamos cuando dejamos que otros la deshonren. ¿Por qué aceptamos las alcahueterías de entidades estatales, que tras oscuros intereses mercantiles, no cumplen con sus obligaciones y nos desprotegen de los enemigos de la vida?
La cacería comercial de ballenas comenzó a gran escala en el siglo XIX y sigue todavía activa a pesar de las leyes, regulaciones y acuerdos que no se cumplen. En 1946 se creó la Comisión Ballenera Internacional conocida con las siglas: CBI, con el objeto de proteger y controlar las poblaciones de estos magníficos cetáceos. Este organismo fue incapaz de impedir la sobrepesca indiscriminada que aún hoy día se hace flagrantemente.
Más aún, la CBI propicia los abusos porque permite que los países miembros interpongan objeciones, por medio de las cuales se les exime de cumplir con las regulaciones. En 1975, la opinión pública y los organismos ecológicos, no gubernamentales obligaron a la CBI a cambiar de estrategia.
Esta organización señaladamente manipulada por la industria ballenera, reformuló el control de la actividad pesquera para aparentar ante los ojos del mundo un trato adecuado y justo para la protección del recurso natural. Fue para las ballenas y para la naturaleza, peor el remedio que la enfermedad. Cínicamente la CBI , dejo en manos de la industria, la información sobre la captura y procesamiento de la especie animal.
Durante muchos años fue reiteradamente falseada o ocultada la encuesta sobre la captura verdadera, para dar lugar a una cacería irracional e inmoral. Insistimos que se hizo y se hace con la colaboración de los países bajo cuya bandera se amparaban y amparan las empresas pesqueras.
De hecho, la desaparecida Unión Soviética engañó por muchos años a la comunidad mundial sobre la verdadera cuota de su producción. Capturó y faenó más de cien mil ejemplares; descomunal abuso que despobló los mares, -con todo el desprecio imaginable- de muchas especies de estos maravillosos mamíferos marinos.
El Japón es hoy, definitivamente el líder de estas trapacerías. Lo acompañan en estos actos delincuenciales, países con larga tradición en el negocio como lo es Noruega y recientemente se agregó Islandia. Estas tres naciones del mundo desarrollado matan más de dos mil ballenas por año, a pesar de las prohibiciones.
En los últimos años, Japón ha desarrollado amplios planes de ayuda a los países del tercer mundo con la inconfesable finalidad de comprar votos dentro de la CBI y reclutar nuevos aliados que favorezcan su política pesquera. La Agencia de Pesca Japonesa, anuncia falsa y descaradamente “que la pesca de ballenas por sus connacionales reviste la única intención de reunir información científica para la conservación de esta especie animal”(sic).
Desvergonzadamente el gobierno nipón declaró en el 2006, que los frigoríficos de su país “están atiborrados de carne de ballena por la escasa demanda del producto”(sic). Refiere la misma fuente, y con ello se termina de colocar la última guinda al pastel, al informarnos sobre el resultado de una supuesta encuesta llevada a cabo en la misma fecha en Japón, que afirma que el 95 por ciento de sus ciudadanos nunca o raramente consumen el producto y más del 70 por ciento no están de acuerdo con su cacería…
Es entonces que nos preguntamos: ¿Por que sigue pescando Japón en forma inhumana y cruel; y a gran escala en las aguas marinas del mundo? Sin lugar a dudas, la hipocresía oficial de ese país, se adueñó de la virtud, que suponíamos existía. Ya es tiempo de no permitir que nuestra conciencia acepte la situación y nos haga indiferentes ante el crimen que hora tras hora, se comete en contra de la naturaleza.
Ayudemos a salvar la vida del planeta, desarrollemos conciencia, participemos y colaboremos con las instituciones no gubernamentales dedicadas a salvaguardar el ambiente. Las venideras generaciones nos lo agradecerán.
Material gráfico, Agradecimientos a: es.wikinews.org www.taringa.net blogaliptico.blogspot.com defensoresoceanicosapaces.com www.planetaazul.com www.veoverde.com rapidscan.me www.periodismo.com pe.kalipedia.com