imagen: forumvenezuela.blogspot.com |
LA LÍNEA DE FLOTACIÓN
Juan Yáñez
Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela, el 28 de octubre de 2012
Ante
todo reciban nuestros amables y consecuentes lectores un fraternal saludo.
Luego del impasse, (ya cordialmente
resuelto) causa por la que dejamos de publicar en este medio durante algún
tiempo, retomamos la pluma para continuar con el mismo entusiasmo de siempre,
la mutua labor: que compartimos con ustedes, amables lectores, desde hace más
de cuatro años en ésta, la Columna de Papel.
Quehacer que significó por nuestra parte escribir y por la de ustedes
leer. Escribir y leer, actividades consecuentes que pueden asociar criterios o
por el contrario, discreparlos. Ambos verbos de significados opuestos, son en
realidad las dos caras de una misma moneda de idéntico valor. Necesaria será
siempre la comunicación y la disposición a avenir de la manera más apropiada y
en ello está implícita la aceptación de la diversidad de criterios u opiniones.
La tolerancia es fundamental en las relaciones humanas y esta cualidad es el
resultado del respeto y el comedimiento
que poseen las personas honestas o probas y aplicables definitivamente a todas
las cosas y situaciones que se presentaren. Dando por ya aclarada la situación,
nos dedicaremos al tema que hoy nos ocupa; empezaremos por explicar el
significado del título del presente artículo, de lo que se conoce como “Línea de Flotación”. Es un vocablo
náutico, una medida ajustada al famoso “Principio
de Arquímedes”, el sabio griego de la antigüedad, que dice: “Cualquier
objeto flotando en un fluido desplaza una cantidad de fluido igual a su propio
peso”. Aplicase este principio a los barcos para darles seguridad y
eficiencia en su navegación. Sabemos que
cuanta más carga se introduce en un barco,
más se hundirá éste en el agua. A pesar de ello no solo depende de la carga, sino también de acuerdo a
la densidad del agua en la que navegue. Por estas razones un barco calará más
en agua dulce que en salada; del mismo modo lo hará más en verano que en
invierno debido a que la densidad del agua que varía de acuerdo a la
temperatura. Para controlar todo ello existe la Línea de Flotación, una marca que se pinta a un costado de la
embarcación que indicará el nivel de la profundidad o calado conveniente para
navegar con la mayor aptitud y conveniencia. Esta descripción explícitamente técnica
que deriva de la física será apropiada
para nuestra reflexión y la emplearemos a modo de metáfora para establecer la
relación entre dos elementos diferentes, pero que se corresponden entre sí. En el caso de la náutica, serán el barco y el agua; y en política serán el gobierno y los
gobernados. De esta manera
lograremos establecer las pautas elementales que se corresponden con la manera más apropiada, eficaz y conveniente
en las relaciones entre ambos elementos.
Gobernar, es considerar y obrar con ecuanimidad, prudencia y criterio. Gobernar
es también sinónimo de mandar y quién manda gobierna y ello implica el respeto
a los derechos civiles y políticos de los ciudadanos. Los derechos civiles están
determinados fundamentalmente al respeto del imperio de la ley, a la libertad
de expresión, de prensa, de tránsito, entre otros. En cuanto a los derechos
políticos, principalmente están establecidos en el derecho al sufragio, a
elecciones transparentes, al respeto al voto, a la división de poderes, etc.
Todo ello forma parte de la democracia participativa que tiene relación con la
titularidad del poder y su ejercicio. Éste se ejerce por medio de los elementos
representativos, que es sustancialmente, el gobierno. Volviendo a la metáfora
que utilizamos y que se corresponde con la Línea de Flotación, agregaremos que
gobernar es entre otras atribuciones y obligaciones, fundamentalmente respetar
y no excederse de la enunciada línea de
flotabilidad, para que la nave, que
representa al gobierno, navegue con la mayor eficiencia, equilibrio y seguridad
en las aguas, que en este caso personalizan a los ciudadanos. De esta manera,
amables y consecuentes lectores, siempre
navegaremos con la mayor libertad, armonía y paz, para el logro de una prosperidad sustentable y
equitativa. Ya para terminar, y con la seguridad que da la avenencia y con la mejor de las suertes, arribaremos a buen puerto. No olvidemos las sabias
palabras del Libertador cuando expresó: “La libertad práctica no consiste en otra
cosa que en la administración de la justicia y en el cumplimiento de las
leyes”. Porque es necesario comprender para una fraternal convivencia,
tanto social como política, un buen gobernante es el que gobierna
equitativamente para el logro del bienestar de todos sus gobernados.
Definitivamente, el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.
Pasen
amables amigos un plácido y reconfortante domingo…