Publicado en el Diario La Antena de San Juan de los Morros, Venezuela el 4 de julio de 2010
No está de más escribir unas líneas sobre los deplorables y tristes sucesos que reseñó la prensa últimamente y que llenaron de bochorno a la Iglesia Católica y que alcanzaron inclusive a sus fieles. Nos estamos refiriendo a las acusaciones de pederastia que cayeron sobre los curas que descuidaron su apostolado y su misión con la grey y se entregaron a corromper la inocencia de niños y jóvenes.
No existe la menor excusa para justificar ese indigno proceder, como tampoco lo fue el silencio encubridor por parte de aquellos que les correspondía el juzgar, remediar y escarmentar. Asimismo es conveniente puntualizar que nuestra columna es ante todo constructiva y jamás se prestará la misma, a la adjetivación o al sarcasmo.
Somos cristianos, integrantes de una gran familia que se identifica con las acciones, con la palabra y el mensaje de Jesús de Nazareth. También del mismo modo somos humanos y también somos falibles e imperfectos. Hemos de reconocer todos nosotros que es contrario a las enseñanzas de Cristo, el levantar el dedo acusador e inclemente sobre aquellos que han pecado sin habernos hecho previamente -nosotros mismos- un examen de conciencia. Lo inconveniente ronda siempre sobre nuestra pureza. Es más, el pecado no es extraño a nuestra naturaleza; y ello no debe ser motivo de un despiadado escarnio y humillación hacia nuestros hermanos que no pudieron mantenerse en la virtud y han caído.
Gloria siempre a Dios y paz a los hombres de buena voluntad. La vida al transitarla, obligatoriamente nos enseña sin darnos tregua; en este mundo no hay nadie que este libre de cometer errores; por ello debemos siempre honrar a la virtud en todos nuestros actos y expresiones; nunca olvidar que sin ella nunca podremos alcanzar nuestro primordial objetivo, que no es otro que servir y hacernos uno con Dios. A ese destino no escaparán ni santos, ni demonios, ni criatura alguna que exista sobre la Tierra.
Para ser objetivos e imparciales, amables y consecuentes lectores es necesario que hagamos mención de un correo que nos envió un amigo, en el que incluyó una carta de un sacerdote católico, que aclara las conjeturas y pone las cosas en su lugar. El amigo del correo hace, -a modo personal- una interesante y sincera justificación previa: “Yo soy Cristiano por Bautismo, pero no por convicción; menos aún Católico, pero respeto otras creencias y pienso que esta carta dice la verdad, la cual es permanente distorsionada por los medios de comunicación.”
El escrito es espontáneo, veraz y su autor, Martín Lasarte, un salesiano, la envía desde Angola, África, donde reside y ejerce su ministerio y la comienza con la metáfora abierta y franca con que titulamos la columna de hoy: “Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece”. Él se identifica a si mismo así:
“No es noticia que mi amigo, el Padre Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola…,..haya sido ametrallado,…. decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitado a su gente.”….. “En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…, ninguno pasa los 40 años”… “La verdad que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó la noche de Pascua.”.., y termina…:
Material gráfico, agradecimientos:
shalombooksny.com misionescatholic.net misioneros en camino.com naidobopastor.blogspot.com blogs.clarin.com razonesdevida.blogspot.com revistafast.wordpress.com blogscope.es
Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos.
Soy un simple sacerdote católico uruguayo que hace 20 años vivo en Angola .
No hay palabra que justifique tales actos.
Veo en muchos medios de información, la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo.
Pienso que a los medios de información no les interesa que yo haya tenido que transportar por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena ( Angola ), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas.
que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños...
Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados.
que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un asalto en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente.
En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región… Ninguno pasa los 40 años.
La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia , esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua.
Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.
El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico.
P. Martín Lasarte, salesiano, en Angola , África.
Que Dios bendiga a los sacerdotes y les de muchisima fuerza