NO SOY CATÓLICO, PERO…
Una
entrevista en la Radio Fe y
Alegría San Juan de los Morros, Guárico
Juan Yáñez
Evidentemente la gran mayoría de los venezolanos nos identificamos con
el catolicismo y ello forma parte de la tradición religiosa de este pueblo.
Aclaro que no nací aquí, pero aquí nacieron mi esposa, mis hijos y aquí me
aceptaron como un venezolano más. Los aquí nacidos, del mismo modo que otros
muchos latinoamericanos, fuimos bautizados en la pila bautismal de alguna
iglesia de los tantos pueblos o ciudades de la extensa geografía de éste
subcontinente.
Ciertamente,
cuando decimos iglesia, en la generalidad más extensa, nos referimos a la iglesia
católica, con la excepción de aquellos que han adoptado alguna de las tantas
iglesias reconocidas como cristianas, aunque no católicas.
Ser católico en la más estricta expresión,
conlleva una serie de condiciones que parten por sobre todo en aceptar la
autoridad doctrinal de la Iglesia. Corresponderá a un verdadero católico, además de apartarse del pecado, deberá
comprender su religión, ayudar a sus semejantes, practicar el bien, asistir
regularmente al culto y por sobre todo cumplir a cabalidad con los Sacramentos
de la Iglesia
Católica.
Todo ello y otras disposiciones
más, completan el exigente calificativo de católico, algo de no fácil
consecución.
A propósito de ello, oportuno será referimos que el pasado sábado, en que dio comienzo el primer día
del mes de febrero de 2014, asistimos a un espacio radial que se transmite
regularmente en la radio de Fe y Alegría, filial San Juan de los Morros,
llamado “La Cara
del Esfuerzo” que fuera animado por un gran amigo, el profesor e ingeniero
Ernesto Rangel de la Unerg ,
un hombre ducho en el mundo de la
comunicación y en otros menesteres en que tiene que ver la cultura y la
ciencia.
En cuanto a mi presencia allí, respondiendo a
la amable invitación del profesor al programa, que compartiéramos con dos de sus alumnos, versó sobre temas diversos y algunos
proyectos que pensamos llevar a la radio, entre ellos un programa sobre la Orquesta Sinfónica
del Estado Guárico. Abreviando ya, amables lectores, contesté algunas preguntas
que se me hizo, sobre temas de actualidad, entre ellos se incluyó al Papa
Francisco, y este es el quid de la cuestión.
Mi apreciado compatriota a quien aprecio más
por sus cualidades humanas que por su designación papal. Un hombre poseedor de una
dignidad sobresaliente, con suficiente amplitud de espíritu que excluye
cualquier dogmatismo religioso y llamado a reafirmar la universalidad de la fe cristiana
desde el alto cargo al que fue elegido. Esa es la esencia de su ministerio, una clara señal, para nada excluyente que va mucho más allá de lo estrictamente católico.
Entonces, amables
lectores, volviendo al título de la nota, no queda otra que ratificarlo con la
mayor convicción: No soy católico, pero…